-Habla con él.-

Esas palabras estuvieron repitiendo todo el rato en la mente de Hermione, mientras emprendía el camino de regreso al castillo después de despedirse de Harry en los campos de práctica de Quidditch.

Esto necesita valor, además no del tipo de valor al que los Gryffindor están acostumbrados. Después de todo hace poco en el comedor, ella ya puso tanto a ella misma como a Draco en circunstancias de apuro, unidas a rumores, bajo la vista de todo el mundo. Por el momento no decir primero qué es lo que ella dirá después de ver a él, tal vez hasta fuera una incógnita si sería capaz o no de permanecer frente a él con el rostro inmutable.

-Seguramente es porque algo salió mal.-

Murmuró para sí misma, -Nunca me gustó Malfoy, ahora sigue sin gustarme.- Como al decir de esta forma pudiera convencer a sí misma de dejar de pensar en ello, parecía como si cayó en trance, coreando sola.

-Él simplemente me regaló un obsequio no barato, para satisfacer su egoísta deseo de hacer travesuras.......Yo simplemente sentí curiosidad por su misterioso y repentino paradero, y quedé hipnotizada por su astuto disfraz exterior......-

Sin embargo las palabras de Harry siempre saltaban fuera de lugar:

-Te estás mintiendo a ti misma.-

-Te gusta Malfoy.-

Como un hechizo irrazonable, recordándole esta cruel verdad una y otra vez. ¿A qué se debe esto, y desde cuándo empezó? Intentó desenredar los hilos y buscar respuestas entre los recuerdos.

-Es imposible que me gusta Malfoy, en ese caso, él debe haberme hecho algo. Creo......, ¡creo que seguramente es porque él me tendió poción de amor!-

Finalmente encontró una razón de la que podía convencerse a sí misma, ella incluso comenzó a creer que este pensamiento loco no tenía fisuras,

-Debe haber sido ese collar, él espolvoreó encima poción de amor......Oh, ¡este desgraciado!-

Cuanto más lo pensaba, más furiosa se sentía, ni siquiera molestó en pensar por cuál causa Malfoy lo hubiera hecho, ella ahora sólo quiere encontrarle, para darle una buena lección.

Quizá porque estuvo demasiada embelesada con sus pensamientos, cuando dio cuenta que la escalera bajo sus pies de repente cambió de dirección, un pie ya casi pisaba el aire. Esto era más o menos unos dos pisos de altura, la inercia de su cuerpo la hizo inclinar hacia delante sin poder evitarlo, y justo cuando creía que iba a caer, alguien detrás de ella rápidamente le dio un tirón, ella cayó de espaldas, cayó en una curva de brazo cálida.

El brazo de esa persona tiene mucha fuerza, ha sido capaz de sostener la fuerza de todo el cuerpo de Hermione, encima suyo resplandecía fragancia tenue, pareciendo mucho al olor de poción de amor que ella había olido en la clase de pociones no hacía mucho tiempo.

Antes de que pudiera dar las gracias, ya fue empujada hacia otro lado de una, y entonces esa voz que no le puede resultar más familiar llegó desde un lateral de parte superior de la cabeza:

-Granger, siempre haces cosas que te quitan la vida.-

Oh, la persona que todavía preguntaba dónde encontrar en el anterior segundo, en este segundo ya ha aparecido repentinamente frente a ella. Todavía conmocionada por el susto que acababa de recibir, su mente no puede pensar con claridad de momento, ella oyó a sí misma decir:

-¿Me has seguido?-

Vio a Draco palmear el polvo encima del brazo, frunció el ceño echándola una miraba impotente, luego señaló a esa dirección de la parte delantera de la escalera:

-Fíjate bien, esa es la sala común de Slytherin. En cambio me gustaría preguntarte qué haces apareciendo aquí. Oh olvídalo, en realidad no quiero saberlo.-

Con una cara de burla miró el rostro algo enrojecido de Hermione, sacó algo de su bolsillo y lo lanzó a los brazos de Hermione:

-Por cierto, no tengo costumbre de reciclar las cosas que regalo. Puedes cogerlo y tirarlo pero no me lo devuelvas.- Hablando se dio la vuelta para subir por la esquina de otra escalera.

-Le pusiste poción de amor encima de este collar, ¿verdad?-

No daba tiempo para pensar en una forma más eufemística de decirlo, voceó hacia la espalda de Draco, quien a punto de desaparecer en la entrada de la sala común de Slytherin.

El aire quedó repentinamente en silencio, ella ha visto cómo su espalda se detuvo visiblemente un momento en ese instante cuando escuchó sus palabras, él un poco rígido se giró para mirarla, los ojos profundos y conllevando ciertos asombros.

En seguida, la sorpresa en sus ojos inmediatamente transformó en calma, él con tranquilidad abrió la boca:

-Espero que te des cuenta de las cosas que dices, Granger. Además, yo nunca necesito ese tipo de cosas.-

Luego él volteó la cabeza y entró en el sótano de Slytherin.

Ella por supuesto sabía de lo que hablaba, de hecho, se arrepintió de las palabras tan pronto cuando salieron de su boca. En ese mismo segundo ella se dio cuenta, que si Draco no hizo nada al collar, entonces sus palabras son como una admisión, de que ella misma surgió sentimientos similares a los efectos de poción de amor sobre él.