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Hasta oír la voz de Dama Gorda decirle que dijera la contraseña, Hermione allí dio cuenta de que sí misma caminando llegó a la puerta de la sala común de Gryffindor.

Ella levantó la cabeza, descubrió que la Dama Gorda estaba las manos en la cadera mirándola con una cara de preocupación, sabe que sí misma debía llevar mucho tiempo aquí congelada.

-Baratijas.- Sonrió disculpándose, informó la contraseña.

-¿Por quién está preocupada la señorita Granger?-

La puerta de la sala común fue abierta de inmediato, la Dama Gorda puso un aspecto misterioso como si hubiera descubierto algo extraordinario, quedó mirando el cuello de Hermione por un rato:

-Por cierto, ¡ese precioso collar no es "baratijas" en absoluto!-

Así es, es una broma muy cara.

Hermione no dijo estas palabras, dejando caer un susurro "gracias" y deslizó rápidamente adentro.

Mientras sentía que el ajetreo y la calidez vienen hacia su dirección, la fuerte voz de Ron y sus palabras de costumbre de últimamente también llegaron a sus oídos:

-Simplemente no puedo creerlo——¡ella en verdad ha sido arrastrada voluntariamente por Malfoy! Quiero decir, aunque haya preguntas académicas, ¡por qué tienen que discutirlos de noche!-

-No puedo creer que Hermione le pidiera consejos académicos a Malfoy.-

Harry escuchando las quejas de Ron a un lado, añadió sin rodeos y dando en el clavo.

Hermione sólo sentía un poco cansada, desde haber terminado esa desagradable conversación con Malfoy, ella estuvo un poco embrollada en el camino de vuelta. En toda su mente era la espalda donde él dio la vuelta para marchar con determinación, y también el "capricho" que ella no podía entender.

Al menos en este instante, ella no quiere hablar con nadie de ese bastardo.

Cubriéndose la cara con el largo dobladillo de su túnica de bruja, intentó colar a escondidas en el dormitorio por el borde, sin embargo el hecho demuestra que su disfraz resultó muy inútil.

Casi en el momento en que iba escapando lentamente por detrás de Harry y los demás, Ron ya la llamó deteniéndola.

-Hermione, tú y Malfoy estáis......- Sólo dijo la mitad de la frase, y ya no continuó. Hermione levantó la vista inquisitivamente, para descubrir que las miradas de ellos posaron todas sobre su cuello.

-Maldición.- Ella cerrando los ojos murmuró.

Debía haberse dado cuenta desde recién, cuando la Dama Gorda elogió su collar, de lo fácilmente que llamaba la atención esta cosa.

Sintió que la voz de Ron iba a penetrar toda la sala:

-¡Oh! ¡Pantalones de Merlín! No me digas——cuándo fue esto——¡Claramente no había cuando estábamos en la puerta de la biblioteca! Malfoy te dio——Oh, ¡simplemente no puedo creerlo!-

Era evidente, que estaba incoherente por la emoción. Al dar cuenta que los gritos de Ron llamaron mucho la atención, ella apresuradamente lanzó miradas suplicantes a Harry y Ginny.

No importa lo que sea, Harry tendrá una forma de evitar que ella pusiera en ridículo delante de Ron, incluso bajo situación de cuando él tampoco conocía los hechos.

-¿Esto no es el regalo de Navidad anónimo que Hermione recibió antes?-

Harry descubrió con ojo avizor, -Ron, no es para tanto.-

Aunque sabía que era muy contraintuitivo que Hermione, quien nunca puso el collar, se lo pusiera cuando encuentra con Malfoy, pero ahora era imprescindible para estabilizar el ánimo de Ron.

Hermione estaba increíblemente agradecida por la delicada mente y la extraordinaria memoria de Harry en ese instante, hay que saber bajo ese tipo de situación de recién ni siquiera ella misma podía recordar esa retórica sobre el regalo anónimo.

Dirigió a Harry una mirada de agradecimiento y asintió con la cabeza, para luego fingir una actitud tranquila.

-Ronald, ¿acaso crees que Malfoy me regalaría un collar, o crees que el collar que él regala yo lo voy a aceptar?-

Luego siguiendo la tendencia ella fue yendo hacia el interior, sin mirar la expresión repentinamente algo avergonzada de Ron, tosió dos veces : -Me voy a ir a dormir, buenas noches.-

Al doblar la esquina del pasillo que conducía a los dormitorios, oyó la voz apenada de Ron: -Oh, Harry, creo que me estoy volviendo loco. ¡No puedo creer que sospechara que Hermione y Malfoy tendrían algo!-

Ella curvó los labios sin hacer ruidos, "Qué adorable." Pensó en silencio, ella conoce muy bien que Ron aunque es impulsivo, pero también es muy inocente, esto era probablemente donde tiene de encantador.

Sólo que......cómo debería explicárselo a Harry,
sintió con claridad que aunque Harry la había ayudado por la boca, su mirada era dubitativa, y ella nunca le oculta nada a él.

Cómo debería explicar que ella, quien siempre fue competitiva, pediría consejos académicos a su archienemigo Malfoy......Cómo debería explicar que ella, quien nunca había puesto este collar, se lo ha puesto cuando estuvo a solas con Malfoy.

Y aún recordaba, hace un año, después de recibir aquel regalo anónimo, ella le había dicho repetidamente a Harry que no llevará accesorio de origen desconocido. Entonces, ¿una vez más cómo debería explicar ella el origen del collar......?

Se sentó delante de la cama, mirando a través de la ventana de su dormitorio hacia Hogwarts que fue envuelta en la oscuridad, sus pensamientos vagaban inexorablemente hacia el otro lado del castillo. Recordó la última frase de Malfoy: "Fue sólo un capricho, es lo mismo para cualquiera", ese tipo de tono tan gélido.

De pronto pensó que tal vez no era tan complicado en absoluto, ella no necesitaba explicar nada, esto sólo fue un truco de Malfoy. Nada ha cambiado en la propia relación entre ellos, ni su actitud ni las cosas que él le ha hecho a ella, seguían siendo todo......muy maléficas.

-Bastardo.-

Quitó el collar del cuello, apretaba con fuerza en la mano, escupiendo esta palabra entre dientes, indignada. Por alguna razón, sintió un poco agraviada, una fina capa de lágrimas acudió a sus ojos mientras soplaba la brisa nocturna.

A la mañana siguiente, cuando fue al comedor para desayunar, Hermione sorprendida descubrió, que Draco ha hecho una rara aparición en la larga mesa de Slytherin. Ron respecto a esto demuestra que es muy desagradable a la vista:

-Hasta creía que era tan noble que ya no comía alimentos de Hogwarts.-

Hermione halló que, por mucho que recordara a sí misma no ir deliberadamente tras él, su color de cabello siempre hace que él convierta en una presencia inconfundible entre la multitud. Por eso en ese instante que le vio, naturalmente tampoco pudo ignorar a la voluptuosa Pansy Parkinson pegada a su lado. Después de ver que él no rechazó un filete cortado por Parkinson, ella por fin no pudo dejar a sí misma seguir "espiando" más.

Esto es realmente extraño.

Bajó la cabeza para mirar a su propia comida, de pronto sintió revoltoso en estómago. Ayer ella ya había convencido a sí misma, dejando a sí misma creer que sólo le importaba Malfoy por el asunto del collar, y como sólo fue una broma, entonces ella debe seguir aborreciéndole. Pero la verdad en cambio es que ella está secretamente feliz por su aparición, y triste por la proximidad de Pansy a él.

-¡Esto es una locura!-

Exclamó estridentemente mientras se puso en pie entre pensamientos. El comedor de repente volvió un poco silencioso, cuando ella recuperó, dio cuenta que mucha gente la miraba fijamente.

Ese Slytherin quien estaba separado por unas filas, en el momento que ella miró hacia él inconscientemente, durante ese instante donde encontró con su mirada, en cambio sólo dio la vuelta para estar de acuerdo con el chiste que Parkinson contaba al lado.

Sintió un nudo en la garganta, al recordar ese collar que lleva en el bolsillo, de pronto se sintió un poco ridícula.

Ella derechamente dirigió hacia la larga mesa de Slytherin, sin mirar a nadie mientras tanto y, naturalmente también ignoró las llamadas desconcertadas de Ron y Harry.

Caminó delante de ese adolescente rubio, viéndole que por fin dejó de hablar con la persona a su alrededor, viéndole cómo un trazo de sorpresas en el fondo de sus ojos estaban a punto de transformar en calma. Sacó el collar del bolsillo y lo colocó pesadamente sobre la mesa frente a él, dándose la vuelta para marchar antes de que él pudiera reaccionar de cualquier modo.

Entendía que sus propias acciones de este instante son muy irracionales, anoche todavía estaba esforzando al máximo por aclarar la conexión entre el collar y Draco, y esta mañana tan así de temprano se lo entrega directamente delante de tanta gente.

Debe marcharse de allí de inmediato, puede que el revuelo que acaba de armar no fuera todo lo grande, pero al menos encandiló a los Gryffindors y Slytherins del mismo año al respecto.

Sabía que si no daba prisa, entonces Harry y Ron la perseguirán preguntando qué pasó exactamente entre ella y Malfoy.

Oh, Merlín, esto no es nada propia de ti. No puedo creer que hicieras algo tan estúpido, vas a tener que lidiar de nuevo con todo tipo de especulaciones de la gente, tal vez no pasará mucho tiempo y ya habrá alguien que irá a donde está Rita Skeeter a aportar manuscrito.

Draco no dijo nada mientras miraba ese collar que tenía delante sus ojos, esa nutria plateada todavía sonríe hacia él, como una tierna ironía.

Oyó a Pansy al lado gritar alarmada: -¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Ahora encima ella te regala este tipo de cosas!-

Sintió que Blaise le empujó un momento su brazo, usó tono como de haber descubierto nueva tierra para preguntarle qué había ocurrido.

Él vio a cabeza de cicatriz Potter perseguía saliendo en dirección a Hermione, y ese pelirrojo le miraba con una cara enfurecida.

Maldita sea, él no quiere lidiar con esto en absoluto, sin embargo en cambio todo esto fue causado por él, parecía una reacción en cadena, dejándole impotente para escapar.

Dios sabe lo nervioso que estuvo cuando recién la miraba viniendo hacia ellos, de hecho no llegó a escuchar en absoluto lo que Pansy decía, la única voz en su cabeza era: -Ella está viniendo, ella está viniendo.-

Pero él siempre es capaz de disimular sus emociones, esto es una habilidad innata que posee siendo un Malfoy. Snape siempre dice, en comparación con los compañeros del mismo año, él está dotado de talento extraordinario para la oclumancia. Al llegar a pensar esto, su corazón pesó un poco más otra vez.

Lo siento, realmente no puedo explicar a nadie lo que está pasando aquí, ni siquiera consigo convencerme a mí mismo.

Agarró el collar sobre la mesa, lo guardó en el bolsillo de borde bordado en verde oscuro, una vez más sin prestar atención a nadie, caminó derechamente en dirección a la entrada del comedor sin apartar la vista.

Y ellos limitaron a observar en silencio cómo esa nuca de color platino desaparecer en la puerta, dando por sentado que él era igual que antes, seguía actuando sin importarle nada sobre haber roto el corazón de alguien este asunto.

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