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Veintiuno

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— Echa para allá, engendro. — SoHee empujó a JungKook luego de que este la abrazara de espalda y le diera un beso sonoro en su mejilla. Ella aún estaba molesta con él.

Ah~ SoHee, no te molestes. — se quejó como un niño mientras la seguía abrazando fuertemente.

— Háblale a mi trasero. — le respondió con tono seco y él río apretándola más fuerte hasta que se empezó a quejar.

— OK. — se inclinó en forma de broma luego de soltarla y ella le dio un golpe en su nuca para que dejara las estupideces.

Aish~ eres en serio insoportable Jeon JungKook. — gruñó molesta y se fue a su oficina, JungKook rio fuertemente y los otros miembros del Gimnasio rieron por la escena.

Es que esos dos eran como perro y gato, aunque se querían mucho a su vez.

— ¿GaEun, qué puedo hacer para que me perdone? — preguntó JungKook con sus brazos cruzados mientras sonreía burlón al ver junto a GaEun a una SoHee frustrada dentro de su oficina.

— Bueno yo la contento con cosas que tu no le puedes hacer... — JungKook volteó a verla con los ojos bien abiertos y ella rio.— SoHee tiene razón, te escandalizas por todo.

La chica caminó entre risas hacia una de las máquinas para empezar su rutina y JungKook luego se dio la vuelta siguiéndola.

— ¡Oye! Con una SoHee en mi vida me basta ¿bien? — mencionó y ella siguió riendo.

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JiAh miró a SunMi frente a ella en el restaurante y asintió cuando ésta la miró de forma seria.

— ¿De verdad, JiAh? — preguntó y ella volvió a asentir.

— Sí, SunMi. — empezó a picar la carne en su plato y se llevó un poco a su boca.

— O sea, que no sólo eres novia del stripper que te hizo sufrir hace dos años, el cual te dejó por dos años y no supiste más de él... sino que también vive contigo. — JiAh asintió restando importancia a las palabras de su hermana y esta resopló.— ¿Te tengo que recordar cuántas veces lloraste por él?

— SunMi no te estoy pidiendo permiso. — soltó de una vez en cuánto dejó los cubiertos.— Sólo... como eres mi hermana quise contarte antes porque vamos en serio...

— ¿Y si te está usando? — preguntó y JiAh la miró cansada.— ya lo hizo una vez.

— Nunca me usó, todo fue un negocio entre los dos, pero ya... eso pasó hace dos años. — le dijo cansada de sus reproches.— además... él me convenció de ir a terapia y... ya estoy en tratamiento.

SunMi la miró con los ojos bien abiertos y sonrió feliz.

— ¡JiAh! Que bueno que hayas decidido buscar ayuda... no sabes lo feliz que me hace saber eso. — comentó en un chillido contenta. JiAh sonrió suavemente y tomó de su bebida, la cual era solo jugo natural.

— JungKook me acompaña en esto... quiero que lo sepas. — contó nuevamente y SunMi borró la sonrisa.

— ¿Él te convenció? — la menor asintió.— ¿Y lo estás haciendo por ti o por él?

— Por ambos. — murmuró en respuesta. SunMi apretó los labios mirando a otro lado.— Quiero que lo nuestro funcione... para ello quiero estar bien. — SunMi volvió a verla y vio sus ojitos brillantes cuando mencionaba al chico.

— En verdad lo amas mucho ¿no es así? — JiAh acomodó su cabello detrás de la oreja y asintió lentamente, su hermana suspiró y tragó fuerte.— Si tu estás bien, nosotros lo estamos, JiAh. — murmuró tomándole las manos con delicadeza por encima de la mesa.

— Gracias, SunMi. — susurró sonriéndole suavemente, la cual la mayor imitó.

— ¿Por qué no lo llevas al cumpleaños de papá? — preguntó, JiAh la miró al levantar la mirada nuevamente y la mayor asintió con una sonrisa.— Lo celebraremos en la casa en las montañas, donde a papá le gustaba ir con nosotras de pequeñas. — contó con la sonrisa más amplia.— irán algunos doctores compañeros de papá y unos abogados compañeros de mi trabajo que lo conocen desde hace tiempo... — JiAh apretó sus labios pensativa y SunMi continuó.— Es un buen momento para que papá lo conozca también.

JiAh sonrió ampliamente y asintió.

— Estoy segura de que querrá... — comentó viendo la sonrisa de SunMi.

A la mayor le preocupaba que su hermanita sufriera de nuevo si él no tenía buenas intenciones, pero ahora mismo veía a JiAh tan radiante y dispuesta a cambiar para bien... en parte se lo debía a él, pero aún le preocupaba.

——— •⚜• ———

JungKook abrió la puerta entrando junto a JiAh al apartamento de la misma. Había pasado a buscarla donde vivía su hermana y la trajo consigo nuevamente en su moto. Amaba tenerla junto a él, y que ésta lo abrazara fuertemente mientras manejaba por la ciudad... se sentía demasiado bien.

— Entonces SunMi me propuso invitarte al cumpleaños de mi padre... — contó pasando al apartamento cuando JungKook le dio el pase como todo un caballero.

— ¿Y tu quieres que vaya? — preguntó cerrando la puerta detrás de sí, la vio voltear con una amplia sonrisa y asintió, se acercó a ella y ésta lo recibió colocando los brazos en sus hombros. Venía algo sudado por los ejercicios pero a ella poco le importaba.

— Es un buen momento para presentarte como mi novio ¿no te parece? — sonrió sin mostrar los dientes y él la imitó para abrazarla de la cintura de forma posesiva.

— Me encantaría. — sonrió sonrojándose un poco y ella rio al verlo bajar la cabeza.

— ¿Qué pasa? — preguntó entre risas.

— ¿Y... y si no les agrado? ¿Y si te llevan lejos para separarte de mi? — JiAh apretó los labios pero no pudo aguantar las ganas de reír.

— JungKook, claro que no. — dijo entre risas y él la miró de forma enamorada.

— Puede suceder. — repitió y ella siguió riendo mientras negaba con su rostro.

Se acercó un poco más a él y besó con suavidad sus labios.

— Me escaparía contigo si eso sucediera. — susurró en sus labios sintiéndose más enamorada de él. JungKook apretó su abrazo y sonrió juntando su nariz con la de ella.

— Esa es mi chica... rebelde y traviesa. — susurró entre risitas y ella volvió a besarlo, esta vez con más ganas.

Al separarse se sonrieron mutuamente y fueron a la habitación para tomar un baño.

— ¿Y si nos bañamos juntos? — propuso ella.

— ¿Para ahorrar agua? — preguntó de
vuelta quitándose la camisa, con tono coqueto mientras la miraba de la misma forma cuando ella se deshacía de sus prendas.

JiAh volteó a verlo y le sonrió quitándose los Jeans, luego se acercó y le rodeó el cuello con los brazos.

— Ya hace unos dos días que no hacemos nada. — dijo con tono coqueto y él sonrió abrazando su cintura. Aún tenía puesta su ropa íntima y él estaba con su boxer también.

— Conozco tus tácticas. — susurró en sus labios y luego se acercó a su oído.— mi zorrita preciosa. — susurró nuevamente y dejó un beso en el final de su mandíbula.

— Y también te gustan. — dijo JiAh en otro susurro. Le dio unos besos a su cuello hasta volver a sus labios para darle otros allí.

— Me encantan. — susurró embobado por ella y luego correspondió con más ganas sus besos.— te amo muchísimo.

— ¿Eso significa que si me harás el amor en la ducha? — preguntó con falso tono de inocencia. Él soltó una carcajada y asintió.— Te amo. — sonrió con ganas para verlo a él hacer una igual.

Ella emocionada saltó a su cuerpo para que este la abrazara y la sostuviera del trasero, un trasero hermoso que estaba creciendo un poco más que antes.

— Están más grandes. — comentó viéndola de forma traviesa cuando ella le sonrió amplio.

— Me alimentas muy bien. — respondió con ese mismo tono travieso que la caracterizaba.

— Eres una sucia. — susurró yéndose de inmediato a sus labios para fundirse en un beso apasionado.

— A ti te gusta ensuciarte. — respondió en medio del beso cuando este les dio la vuelta para caminar a la ducha.

— Me encanta. — volvió a susurrar llegando a la ducha, donde la bajó para volver a besarla con más salvajismo, haciendo que sus lenguas danzaran al compás del beso húmedo.

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