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JungKook entró al gimnasio luego de dejar a JiAh en su trabajo. Últimamente él usaba su auto para trasladarla y luego buscarla, puesto que por el tratamiento y los antidepresivos que tomaba no le gustaba que ella condujera sola por la ciudad. No es que fuera posesivo, pero quería cuidarla al menos un poco más de lo que pudo cuidar a Suni, pues JiAh era su vida entera y no quería que le pasara nada, no quería perderla como perdió a Suni... no lo soportaría

Entró a la oficina de SoHee en cuanto la vio mientras leía unos documentos detrás de su escritorio. Cerró la puerta detrás de él y luego sus ojos se encontraron con los de ella, estaba nerviosa y podía notarlo por los años que tenían conociéndose.

— Estaba esperándote. — mencionó con suavidad para intentar controlar los nervios. Él frunció el ceño un poco y ella sonrió.

— No pareces estar bien. — mencionó con sus ojos entrecerrados. Caminó hacia la silla frente a ella y luego tomó asiento.— sabía que tu y GaEun estaban muy extrañas. — la detalló un poco y luego esperó su respuesta.

— No es eso, Kook... — suspiró desviando un poco la mirada volvió a verlo.— Quería preguntarte algo... — él asintió y la castaña prosiguió con lo que tenía planeado desde la mañana mientras se hacía preguntas de si hacerlo o no.— ¿Conoces a la familia de JiAh?

— Claro que sí. — respondió asintiendo. — te conté que conocí a su padre y hermana la otra vez. — continuó, mintiendo un poco sobre cómo había conocido antes a JiAh y a SunMi.

SoHee sabía de su vida en el Club Dionysus, pero no sabía que de allí había conocido a JiAh, ella creía que conoció a JiAh cuando reunió el dinero para pagarle los honorarios a un buen abogado para el caso de Suni.

Es decir, sabía la verdad a medias.

— ¿También a sus amigos? — preguntó mirando sus manos sobre el escritorio jugar con el bolígrafo.

JungKook se quedó pensando esa pregunta. JiAh no tenía muchos amigos a excepción del tal Jimin, al cual no le tenía mucha confianza luego de saber que follaban antes de su noviazgo con JiAh. Sí, soportaba mucho teniendo que aguantar que ella aún tenga contacto con él, pero el tipo iba muy poco a Corea; y cuando lo hacía, trataba de mantener a JiAh ocupada todo el día.

Ella ya había aclarado las cosas con ese tipo, según lo que le había contado, pero igualmente su instinto celoso hacía lo que fuera porque no se vieran.

"No me culpen, lo intento, pero no puedo soportarlo aún" Se dijo a sí mismo.

— Bueno, JiAh no es la persona más sociable del mundo. — SoHee asintió.— menos ahora, sabes cómo todo el mundo la ve. — ella volvió a asentir jugando con el botón del bolígrafo, acción que JungKook también observó.— ¿SoHee, qué pasa?

— El día antes de venirnos a Seúl, cuando desayuné con JiAh en la piscina... un hombre se acercó a ella, la conocía y según JiAh lo conoce desde la primaria... me dijo que eran mejores amigos pero que él la pretendía y por eso se alejó. — JungKook se quedó mudo por unos segundos mientras pensaba en lo dicho por su mejor amiga.— Kook, vi la cara de JiAh en ese momento y se veía tan incómoda con la presencia de ese tipo tan... extraño. — murmuró por lo bajo.

— ¿Qué quieres decir con "extraño"? — preguntó con la voz ronca por la seriedad que empleó al formularla.

— Es que... — recostó los codos en el escritorio.— él se le acercaba mucho, y... me di cuenta de cómo le tocaba la pierna debajo de la mesa... y al hablar era muy extraño. Sinceramente no me cayó nada bien. — el pelinegro apretó las manos en puño y luego bajó la cabeza pensando en ello.— Pero te diré algo de una vez antes de que pienses mal de ella... — añadió rápidamente, él levantó la mirada.

— No pienso mal de ella. — negó de inmediato esa idea errónea. Ella asintió más tranquila.— continúa.

— JiAh... ella tenía algo más en su mirada incómoda.

— ¿Algo más? — preguntó con la mirada molesta.

— Tenía miedo, JungKook. — murmuró.— me parece que JiAh le tiene miedo a ese tipo...

— ¿Miedo? — preguntó levantándose con furia.— ¡maldición, SoHee! ¿Por qué mierdas me lo vienes a decir ahora? ¿Por qué no me lo dijiste allá? ¡Hubiera ido a golpear a esa rata asquerosa! — masculló molesto y SoHee suspiró.

— Y por esa misma razón no te lo dije. — respondió mirando sus ojos furiosos fijamente. Se levantó y caminó hasta posarse frente a él, le extrañó que de pronto empezara a reír bajito.

— ¿Por esa razón GaEun estuvo ofreciéndome el desayuno? — negó con su cabeza mientras observaba por el ventanal a las personas que entrenaban.

— Tuve que pedírselo, temía que llegaras, vieras la escena y pensaras cosas que no eran. — respondió con el mismo tono serio que había empleado desde que empezó la conversación.

— ¿Por qué JiAh no me lo dijo? —preguntó mirando aún hacia la misma dirección, volteó hacia su mejor amiga y prosiguió.— ¿Acaso aún no confía lo suficiente en mí?

— Me temo que al igual que yo, quiere protegerte. — murmuró en respuesta cruzando sus brazos.

— ¿Protegerme de qué, por Dios? — preguntó molesto y confundido. Para él eso era insólito.

— Escucha, luego de ese día no pude quedarme tranquila. Hablé con GaEun y luego de varias opiniones compartidas me puse a buscar en Internet información de ello... — se quedó muda un momento mientras miraba los grandes ojos de él, por los cuales se había ganado el apodo de "Bambi" como contacto hace muchos años.— Supe todo lo que pasaba con JiAh durante estos dos años en los que te ausentaste... y me entristece, Kook, claro que sí, joder. — siseó lo último para colocar las manos en sus hombros.— pero te amo, eres como mi hermanito, y temo que los problemas de ella en esos dos años te persigan a ti...

— Eso no me importa ni me detiene de amar y estar con JiAh, sólo habla claro de una puta vez, SoHee. — interrumpió más que molesto con todo lo que estaba pasando. SoHee entendió eso con ese tono que acaba de emplear.

Suspiró bajando la mirada y quitando sus manos de él.

— Lo que más temo de esto, es que... vi un tatuaje de un dragón rojo detrás de su oreja. — murmuró cabizbaja, JungKook frunció el ceño y luego le tomó los brazos.

— Dios... SoHee... — susurró con pesar para sacudirla un poco y hacer que lo mirara.— ¿Y estás bien?

— Sí, sí... — dijo bajito mientras quitaba sus manos de ella.— Kook, esto ahora no se trata de mi... se trata de tu seguridad y la de ella. — mencionó con más preocupación esta vez.

— ¿Crees que pertenezca a esa banda? — preguntó sintiéndose nervioso y preocupado por su novia.

— Me temo que sí... jamás olvidaría ese tatuaje en mi vida. — susurró mirándolo con los ojos un poco aguados y después tomó aire para parpadear y evitar así llorar.

— Hablaré con JiAh. — mencionó pensativo para luego jugar con los piercings en su labio inferior, esos que nuevamente abrió hace poco.

— Espero que me perdone, Kook... pero no quiero que te veas involucrado con ellos. Tu no. — mencionó recalcando lo último con preocupación. Él chasqueó la lengua y la atrajo para abrazarla.

Hablaría con JiAh sobre el tema. Estaba furioso, pero haría todo con calma para no alterarla... no debía olvidar que ella estaba bajo tratamiento psicológico y no podía alterar sus emociones repentinamente.

Debía siempre hacer las cosas a favor de ella y su salud.