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JiAh sacó el teléfono de su bolso de cuero en cuanto este vibró y emitió un sonido de notificación, era JungKook, quien le decía que ya estaba fuera del edificio del bufete para llevarla a su casa. Contestó una confirmación de salida y caminó hacia la puerta para cerrarla detrás de sí.

— Sana, ya me voy ¿le avisas al fiscal? — la chica asintió con una sonrisa y JiAh se la devolvió.

— Que tenga feliz tarde, señorita Seo. — deseó amablemente y ella asintió.

— Gracias, Sana. Te deseo igual feliz tarde. — contestó con la misma amabilidad y terminó por salir de las oficinas.

Caminó hasta salir del edificio y a su izquierda vio a lo lejos su auto estacionado a la orilla de la acera, JungKook tenía la ventanilla abierta y su mano estaba sobre el volante mientras golpeteaba un ritmo desconocido para ella. Al ver esa escena sonrió ampliamente con lo lindo que se veía.

Bajó las escaleras con tranquilidad mientras veía sus tacones blancos cubrir sus pies, su atuendo formal del trabajo era blanco con negro, por lo cual la hacía ver mucho más blanca de lo que era; aunque temía verse gorda, puesto que el atuendo se le ajustaba un poco.

Al caminar por la acera llegó cerca de la puerta y decidió no hablar cuando lo escuchó murmurar una canción con su hermosa voz.

— Toma mis manos ahora... Eres la causa de mi euforia. — hizo una pausa de su canto melodioso y JiAh iba a hablar, pero continuó su melodía y ella era incapaz de interrumpir tal preciocidad.— Incluso si la tierra se divide... Incluso si alguien sacude este mundo... Nunca sueltes mi mano... Por favor, no despiertes de este sueño. — tomó aire y suspiró dejando su cabeza reposar en el cabezal del asiento.— Escucho el océano desde muy lejos... Camino por el sueño a través del bosque... Por favor, no despiertes de este sueño... Y voy hacia ese lugar que cada vez se pone más claro... Toma mis manos ahora... Eres la causa de mi euforia.

Al culminar su melodía ella sonrió ampliamente, pues esa canción era más emotiva de forma positiva que la otra que le había escuchado en la ducha.

— Siento que escuché a un ángel. — susurró en su oído por la ventanilla y lo vio sonreír con sus ojos cerrados.

Abrió los ojos y se incorporó para verla con una sonrisa suave sin mostrar los dientes.

— ¿En serio? — miró todo su rostro y luego sus ojos cuando asintió viéndolo con un brillo especial en estos.— porque yo ahora mismo siento que estoy viendo a uno. — le dijo con su rostro maravillado y JiAh no pudo evitar ampliar su sonrisa aún más y sonrojarse un poco para acercarse a él y robarle un beso que sonó con un chasquido suave al separarse.

— Siempre buscas la manera de callarme mientras me sonrojo. — le comentó escuchando de él una risita.

— Ya entra ¿Sí? — pidió en una queja suave.— No sabes cómo muero por besarte. — susurró esta vez, y JiAh estando más roja que un tomate procedió a caminar hasta el asiento copiloto.

Al entrar y cerrar se dio cuenta que JungKook ya había cerrado su ventanilla, casi de inmediato se acercó a ella y la besó de forma apasionada.

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JiAh con sus manos se aferró a las mejillas del chico para que este no se apartara del beso mientras ella caminaba hacia atrás en la puerta del apartamento, obligándolo a entrar al lugar.

— Debo volver al gimnasio. — susurró sobre los labios de la chica entre los besos que ella no dejaba de darle.

— Sólo un ratito ¿Sí? — pidió en un susurro mientras lo besaba. Él rio suavemente y continuó el beso hasta que se separó luego de un rato.

— Debo volver, tengo clientes dentro de media hora. — comentó hacia la chica que hacía un leve puchero.— prometo que al volver resolveremos esto. — la miró con picardía y ella sonrió de igual forma, elevó los brazos a sus hombros y luego juntó sus manos detrás de su cabeza de él para abrazarlo del cuello.

— ¿A mi manera? — preguntó con lascivia y él ampliamente sonrió mientras asentía.— Bien... te veo en la noche. — aceptó conforme y él le dio un corto beso para alejarse y despedirse de ella, no sin antes tomar las llaves de su moto.

Iría en su moto esta vez, pues hacía tiempo que no la conducía, desde que vivía con la hermosa chica frente a él.

Cerró la puerta luego de darle una última sonrisa antes de irse, JiAh soltó una risita en un bufido y negó con su rostro. Eran imparables e impacientes esos dos.

Luego de una ducha con agua fresca, JiAh se sentó en su cama y tomó una de las carpetas que el fiscal Woo le había pedido revisar sobre un caso que tenían ambos, al leer un poco y estar sumergida en la historia, fue interrumpida por el sonido de su teléfono en una notificación de mensaje.

Jimin:
Hola JiAh, he vuelto a Corea, sólo quería preguntarte si tendrías tiempo mañana de ir por un café. Hace mucho que no hablamos, me gustaría que lo hiciéramos y nos pusiéramos al día.

JiAh sonrió un poco y luego frunció los labios para quedarse pensativa. Es verdad que hacía mucho tiempo no se encontraba con Jimin, pero temía hacerlo por una parte; ella tomaba sus medicamentos, pero aún no estaba segura del todo sobre cómo reaccionaría delante de él.

Pensó un poco en JungKook. Ella se había dado cuenta de las veces en que Jimin quería verla y JungKook aparecía con cualquier propuesta que ella no podía rechazar... luego de hablar con JungKook sobre su relación con Jimin, este no estuvo conforme con que la amistad aún estuviera allí, pero lo aceptó al final, de mala gana, pero lo aceptó.

Al día siguiente no debía ir temprano al bufete y JungKook entrenaría temprano, así que quizás sí pudiera verlo al menos unos minutos si es en una cafetería.

Contestó una afirmación y recibió de este un emoji de una carita sonriente. Dejó el teléfono a un lado y este volvió a sonar, creyendo que era Jimin, nuevamente sonrió; pero su sonrisa se borró al ver el mensaje.

Desconocido:
Me encantó conocer a tu amiga, se ve amable y es preciosa. Es una pena que hayas decidido irte sin antes disfrutar conmigo un rato... ¿Por qué me evades? Sabes lo que sentimos cuando estamos juntos, es una sensación extraordinaria... espero encontrarte de nuevo JiAh, y que esta vez, sí puedas disfrutar de un buen momento en mi regazo.

La castaña apagó el teléfono y suspiró con su rostro un poco apagado, estaba segura que cualquiera notaría su rostro de nervios y tristeza, pero debía buscar la manera de evitar a toda costa el acercamiento de YoonGi.

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JungKook se encontraba en la oficina que SoHee le había brindado tiempo atrás para el manejo de los pedidos del Gimnasio. Detrás de su escritorio escribió en su computador el nombre de Seo JiAh, buscando noticias referentes a ella, y a su vez, recordando la pequeña discusión con SoHee al llegar a su lugar de trabajo luego de dejar a JiAh.

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— Dime el nombre, joder. — gruñó molesto y SoHee negó.

— Que no. Habla con JiAh y resuelve esto con ella... no te encargues tu solo de la situación, Kook, mantén a JiAh al tanto. — regañó y este soltó un bufido.

— Ella no me dirá nada, le hablaré de esto en lo que tenga el nombre de ese malnacido. — nuevamente dijo con su furia apoderándose de su tono.

— ¡Ash~ eres un terco! — se dio la vuelta y entró a su oficina para cerrar con pestillo.

【●●●】

Ya que SoHee no le había querido decir nada, él se propuso a sí mismo investigar alguna información de JiAh en Internet que le pudiese ayudar.

Estuvo mal mentirle a JiAh sobre su horario, pues no tenía a nadie para entrenar luego de dejarla en su casa, pero debía aprovechar el tiempo que podía tener solo para investigar sin ser regañado por alguna de esas dos mujeres mandonas.

— Bien... ¿Qué tenemos aquí? — susurró leyendo el título de la noticia.— "Abogada envuelta en escándalo por beber en exceso en una discoteca"... — no podía negar que le doliera ver esos titulares, pero debía olvidarse de eso y enfocarse en lo que en realidad le interesaba.

Vio noticias de ella bailando, tomando, actuando de manera extraña mientras estaba tomada y otras cosas más. Hasta que llegó a una noticia más llamativa para él.

— "Abogada del año envuelta en un gran escándalo por fotos de ella fumando en un callejón junto a un hombre" — susurró JungKook mientras leía el título. Le causaba impotencia, demasiada diría, pero debía concentrarse.

Abrió el artículo y vio fotos de JiAh, específicamente dentro del callejón en una noche, estaba recostada de la pared mientras daba una calada al cigarrillo con un hombre frente a ella. Tenía el cabello negro y largo, además de tener una piel muy pálida. Ambos fumaban, porque en las otras fotos se veía a ambos soltar el humo del cigarrillo.

Él no había querido ver nada de esas noticias luego de enterarse de todo lo que su actual novia había pasado, pero ver todo eso, ver con sus propios ojos lo que hacía su novia mientras él estaba en el ejército, le dolía, y le dolía muchísimo. Todo eso le recordó a la vez que en un campo militar recibió un disparo en su pierna, uno que casi le hace perder toda la sangre de su cuerpo, recordó que lo único en lo que pudo pensar en ese momento fue en JiAh, en su hermoso rostro sonriéndole... mientras ella la pasaba mal a su modo.

No habían sido dos años fáciles para ninguno.

Siguió observando las fotos y una en particular le llamó la atención, la acercó hasta la parte de la oreja del pálido chico en la foto y pudo percibir un pequeño y borroso tatuaje; tal vez el mismo que dijo SoHee. Dándose cuenta que era el mismo hombre de la piscina, apretó sus manos en puño y lo miró fijamente, recordando también cuando consiguió la cocaína en la casa de JiAh.

Cerró las páginas luego de guardar las fotos y decidió imprimirlas, las tomó nuevamente para verlas y detallarlas antes de levantarse de la silla y salir de su oficina para ir a la de SoHee.

— ¿Es este? — puso la foto sobre el escritorio de SoHee y ésta levantó el rostro para mirarlo a él.— ¿Es este tipo, no? — preguntó para ver a SoHee bajar la mirada hacia las fotos, ella suspiró seria y JungKook supo que tenía razón.— Dime el puto nombre. — pidió con molestia.

— JungKook, basta. — pidió cansada.— no vayas a hacer una locura, por favor... — nuevamente le pidió preocupada.

— No pienso hacer una locura. Dime el nombre. — aseguró pero SoHee sabía que eso no tenía ni una pizca de sinceridad.

— Kook... es gente peligrosa... sólo, mantén protegida a JiAh y a ti mismo. No hagas algo de lo que te puedas arrepentir. — aconsejó y el chico negó.

— Lo que más quiero es alejar a JiAh de esa gente... no quiero que pase por lo mismo que tu, SoHee. — dijo preocupado y la castaña bajó la mirada.— Dime el nombre... yo hablaré con JiAh y buscaremos la manera de resolver esto y...

— Min YoonGi. — susurró cabizbaja interrumpiendo al chico.— su nombre es Min YoonGi, pero por favor no hagas una locura, Kook. — lo miró nuevamente y se dejó ver preocupada. JungKook se conmovió con sus ojos aguados y la acercó hasta abrazarla fuertemente.

Quizás con esa información podría conseguir algo de justicia para su mejor amiga.