Veintinueve
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JungKook cerró la puerta detrás de él en lo que entró al apartamento de JiAh, observó el oscuro lugar con la suposición de que ella se había ido a dormir temprano. Caminó dejando las llaves de su moto en la mesa del hall y suspiró despeinado un poco su cabello.
Se sentía un poco frustrado con todo lo que había averiguado hasta ahora, y quería hablarlo con JiAh para que no haya problemas entre ellos, en verdad quería que fuese sincera con él.
— Has llegado. — pronunció la voz de esa hermosa mujer dueña de su corazón. Levantó la mirada cuando estuvo frente a él y no podía creer lo que estaba viendo.
JiAh vestía un traje de cuero completo, desde sus botas de tacón alto hasta su pecho, el cual tenía un cierre que lo había dejado al punto en que sus pechos redondos resaltaran. El traje era manga larga, lo cual era totalmente ajustado y hacía marcar sus atributos.
— Wow~ — susurró al conectar sus ojos con los de ella. Estaba muy bien maquillada y sus labios rojos le daban ese toque lujurioso que lo volvía loco, complementando todo con una cola alta.
— Te estaba esperando. — murmuró sonriendo de lado para cruzar sus brazos y dejar ver en su mano un látigo de tiras largas.
Él parpadeó rápidamente para intentar concentrarse, pero JiAh le hacía echar todo por la borda. Se acercó a ella y sus manos las llevó a esa cintura delgada, sintiendo el material de cuero bajo su tacto. La miró fijamente cuando ésta le sonrió nuevamente, por lo que no se resistió en besar esos hermosos labios que cada día lo volvían más loco.
Los chasquidos sonaron por toda la sala y suspiraron entre el beso para que luego JiAh se separara lentamente mientras dejaba sus brazos alrededor de ese cuello blanquecino de su novio.
— Creo que tu y yo tenemos algo pendiente. — murmuró la castaña mientras llevaba su dedo índice a los labios de él, este mismo miró los labios de ella perdido en el deseo y luego quedó maravillado cuando JiAh acarició con el dedo su mejilla y luego su cuello.— Ven conmigo. — susurró en sus labios para separarse y tomarle el cinturón en su pantalón para guiarlo con ella hacia aquella última habitación del pasillo.
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Los suspiros del chico incrementaron cuando sintió los labios de JiAh por todo su pecho adornado con unas cuerdas rojas. Empezó a gemir un poco cuando ella pasó su lengua por el largo de su cuello, cosa que se sentía aún más fuerte por el hecho de tener también sus ojos vendados.
Estaba a total disposición de ella, con sólo escuchar, sentir y oler lo que ella hiciera.
Su perfume representaba la lujuria, sus labios el deseo, y sus palabras sucias la excitación. JiAh era perfecta para eso.
— Necesitas un poco de alivio. — susurró en su oído y JungKook soltó un gemido bajito. Estaba arrodillado sobre la cama mientras sus manos en la espalda estaban amarradas con la misma cuerda que adornaba su torso.
Totalmente desnudo y a su merced.
JiAh tomó el miembro despierto de su novio y empezó a masajearlo con suavidad para escuchar sus gemidos, unos que incrementaba al pasar los segundos con ese vaivén de su mano sobre su órgano viril.
— Nena~ — susurró y JiAh sonrió victoriosa con lo que sabía que él le pediría.— necesito de ti... — pidió con la voz agitada en medio de sus suspiros. Ella se acercó a su oído y besó el final de su mandíbula.
— ¿Quieres que te la chupe y te haga sentir en el cielo? — preguntó en un murmullo antes de sacar su lengua y mojar el lóbulo de su oreja.
— Quiero que me hagas sentir en el infierno. — pidió en un susurro necesitado. JiAh sonrió de lado.
Se acercó a los labios de él y los besó con deseo, con una pasión desenfrenada por hacer a su novio el hombre más afortunado del planeta. Llevó una mano a la nuca de él y le acarició el cabello mientras se besaban de esa forma salvaje que los comprometían a tener una noche descontrolada.
Ella bajó, poco a poco lo hizo, tratando cada parte como el tesoro más valioso que tenía; si no es que lo era. Llegó hasta su pelvis y de allí vio al chico echar su cabeza hacia atrás. Con sus labios atrapó la punta con algo de presemen y empezó a chupar la misma de forma suave, teniendo en cuenta que a su novio le encantaba que ella chupara la punta del mismo. Con su mano tomó el miembro viril y lo masajeo mientras seguía su labor en la punta, hasta que sus gemidos aumentaron y ella lo cubrió hasta donde le cabía, sentía arcadas cuando llegaba la punta a su garganta, y aún así tenía que usar su mano también.
A ella le encantaba lo pervertido que su novio llegaba a ser, puesto que le encantaba cuando a ella le daban arcadas mientras se lo hacía, lo notaba por cómo este se gemía más fuerte al sentir y escuchar que eso pasaba.
JiAh terminó su labor luego de unos minutos y lo dejó en la misma posición sobre la cama. Se paró en el piso a los pies de ésta y miró a su novio de esa forma tan sexy que le provocaba volver a él de inmediato. JungKook estaba sudado, muy sudado, su cabello negro y algo largo se le pegaba a su piel mientras su pecho se movía algo acelerado... le encantaba esa imagen.
Ella bajó el cierre de su traje hasta la cintura y luego bajó el mismo hasta quitarlo por completo. Quedó igual de desnuda que él y volvió a la cama para acariciar sus brazos ejercitados y sudados, se pegó a su cuerpo para sentirlo y él gimió por el contacto de sus senos con su pecho.
— Vamos a ayudarnos un poco, cariño. — susurró en sus labios para luego darse la vuelta.
Ella misma tomó el miembro de él y lo alineó en su entrada mientras escuchaba un gemido de su parte por el contacto de sus intimidades, lo introdujo lentamente y se echó para atrás hasta sentir su trasero chocar con la pelvis del mismo. Apoyó sus manos en los muslos ejercitados de él y luego se empezó a mover un poco para entrar y salir de su cuerpo de forma placentera.
— Se siente tan bien, nena... oh~ Dios... — susurró lo último mientras sentía la cálida humedad de su chica.
Ella se movió más rápido y el sonido de sus cuerpos junto con el de sus gemidos era lo único que podían escuchar los mismos. El sudor incrementaba y el deseo aún más.
Como pudo apoyó las manos en la cama y se ayudó un poco más en los movimientos, ya que el trabajo lo estaba haciendo ella sola. Alcanzó su límite y se dejó caer sobre la cama agotada.
— Oh~ Dios... estás cada vez mejor en esto, amor. — murmuró él en un halago que la hizo sonreír. JungKook se echó un poco para atrás y dejó salir su miembro de ella, sintiendo cómo su orgasmo brotaba de su entrada.
JiAh sintió lo mismo y al menos le confirmó que también había alcanzado su orgasmo, no quería dejarlo con las ganas.
— Y tú eres perfecto. — murmuró ella en respuesta para levantarse un poco. Se acercó a él y le quitó la venda para verle esos ojitos brillantes junto con una sonrisa encantadora.— Te amo. — susurró más que enamorada de ese chico de ojos saltones.
— Y yo te amo a ti, preciosa. — murmuró en respuesta para acercarse y besarle los labios con suavidad, ella correspondió entre risitas mientras le rodeaba el cuello con sus brazos aún estando él amarrado.
La castaña se separó para desatar las cuerdas y después de hacerlo JungKook simplemente la tomó desprevenida, abrazando su cintura con posesión para luego tirarla sobre la cama, quedando él encima de su cuerpo mientras besaba sus labios con admiración.
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El pelinegro despertó de su sueño y se dio cuenta de que aún era de noche, estaba en el cuarto oscuro de JiAh y ésta misma estaba a su lado totalmente dormida mientras le abrazaba la cintura bajo las sábanas de satín rojo.
Como pudo se levantó al darle mucha sed, fue hasta la cocina y se sirvió un poco de agua para calmar su garganta. Suspiró dejando el vaso sobre el mármol de la isla y se puso a pensar en lo que había investigado, llevó su mano al cabello para echarlo un poco hacia atrás y volvió a suspirar sin saber qué hacer con toda esa información. ¿Cómo podría mantener a ese tipo lejos de JiAh si pertenecía a una banda que está en casi toda Corea?
— ¿JungKook, está todo bien? — preguntó esa voz hermosa y adormilada. Él volteó un poco sorprendido y la vio masajear uno de sus ojos con sus dedos.
— Hermosa... ¿Por qué te levantaste? Sólo vine por agua. — murmuró. Ella lo vio un poco extrañada y se sentó en uno de los taburetes.
— Sentí que te levantaste y me desperté. — murmuró en respuesta y luego lo vio cansada.— Algo te pasa, te conozco bien. — mencionó con el mismo tono cansado.
Él se dio la vuelta completamente y caminó hacia ella, se sentó en el taburete a un lado de su cuerpo y la miró a los ojos fijamente.
— Esta bien... — murmuró mirando luego hacia el mármol y eso a JiAh le dio curiosidad.— quiero que seas honesta conmigo... ¿Crees que puedas?
JiAh frunció el ceño con eso, era extraño que le pidiera eso de esa forma.
— Claro. — contestó con una sonrisa obvia.
— Quiero que me digas realmente quién es Min YoonGi en tu vida. Y no me mientas, JiAh. — la chica se vio muda, y JungKook juró ver cómo su rostro se puso pálido de un momento a otro, ya no tenía la sonrisita de hace un momento; en cambio parecía nerviosa.
— Min YoonGi... — susurró.— ¿Cómo sabes su nombre? — preguntó mirándolo con confusión para luego suspirar con la idea clara.— SoHee te contó ¿verdad? — preguntó prácticamente afirmando el hecho.— le dije que no te mencionara nada, y seguro ahora estás demasiado molesto conmigo... — susurró negando con su rostro.
— JiAh, no estoy molesto contigo porque no me lo hayas dicho... — ella lo miró nuevamente luego de mirar el mesón y sus ojos se veían tristes.— Estoy triste porque no me hayas querido decir... — hubo unos segundos de silencio y continuó.— Escucha, se supone que somos una pareja ahora, deberías tener la confianza en mí, esa que me prometiste tiempo atrás que tendrías...
— Es que YoonGi no es una persona de la cual me guste hablar, JungKook. — lo miró un poco exaltada y luego se calmó mirando hacia el mesón nuevamente.— lo conocí en esos dos años que estuvimos separados, cometimos locuras juntos y es algo que no quiero recordar ni hablar con la persona que amo. — volvió a mirarlo y él bajó su mirada un poco tocado con el tema.— me importas demasiado como para dañarte con mis pecados... tengo problemas y lo sabes, JungKook.
Ella se levantó queriendo ir a la habitación pero JungKook le tomó la muñeca impidiéndole hacerlo.
— JiAh, espera, hablemos, no tengo problema con...
— Pero yo sí, JungKook... — interrumpió y lo miró a los ojos fijamente.— no quería hablarte de YoonGi porque sé que eres capaz de hacer muchas cosas... — se acercó al rostro del chico y lo tomó con sus manos desde las mejillas.— Pero sé que él es capaz de hacer mucho también. Y ahora, la persona que más me importa eres tú... no quiero que te haga algo, JungKook. — acercó su nariz a la de él y la acarició antes de dejar un beso suave en sus labios.— ¿Sabes que moriría si te pasa algo?
— No me pasará nada, amor. — negó en un susurro.— estamos juntos en esto... — ella negó con sus ojos cerrados y él prosiguió.— quiero que me digas si fue él quien te indujo a las drogas. — JiAh lo miró a los ojos fijamente y con dolor bajó la mirada asintiendo.— es un maldito. — siseó para recibir de ella un beso.— Podemos hacer algo para denunciarlo ante las autoridades.
— Me arrastraría con él. — susurró.— tiene pruebas de que consumimos juntos una vez. — al mencionar eso, JungKook sintió su corazón quebrarse, pero no podía verse débil en esos momentos donde más necesitaba fuerza.
— ¿Sabes dónde vive? — ella negó.
— No, pero conozco los lugares que suele frecuentar. — mencionó con suavidad.
— Podemos entregarlo con la policía de Daegu, el testimonio de SoHee nos podría ayudar muchísimo. — JiAh frunció el ceño.
— ¿El testimonio de SoHee? — JungKook se dio cuenta de que no le había contado la parte de la banda y suspiró.— Pero ella sólo lo conoció un día ¿Cómo podría?
— YoonGi pertenece a una banda criminal, JiAh... — ésta se vio un poco sorprendida, pero no le parecía raro.— una banda con la que SoHee tuvo un desagradable cruce en la vida.
— ¿Cómo así? — preguntó confundida. Él suspiró y le indicó que se sentara.
— Cuando SoHee tenía catorce años, su madre falleció de un problema en el hígado causado por su problema con la bebida. — JiAh suspiró entristecida y tocada con el tema, puesto que ella había perdido a su madre también al igual que JungKook.— Su padre cayó en depresión por ello y decidió irse por un tiempo hacia Daegu, donde vivían los abuelos paternos de SoHee. — JiAh asintió escuchando atentamente y recordó cuando SoHee le negó este hecho.— hubo un tiempo en que SoHee conoció a un chico, no recuerdo su nombre... pero este hizo el papel de un buen chico, uno que estuvo allí para ella cuando lloraba por la pérdida de su madre... aunque al final el chico era parte de una banda criminal llamada "El dragón Rojo"
— ¿La misma a la que pertenece YoonGi? — JungKook asintió.
— En las calles los identifican por el dragón que suelen tener en un tatuaje de tinta roja, pero no todos lo tienen a la vista. — tomó una pausa y continuó.— SoHee confió tanto en ese amigo que al final empezó a caer en el mundo de las drogas... y... — tomó aire tomando una pausa.— una noche que salía con ese amigo a drogarse, este la llevó a un club... uno donde solo miembros de la banda solían asistir... allí la presentó con sus compañeros de crimen y les pidió que la aceptaran. — mordió su labio inferior y JiAh percibió cómo apretaba sus manos en puño.— los pervertidos jefes de esa mafia abusaron sexualmente de SoHee para "aceptarla" — hizo comillas con los dedos y empezó a llorar un poco. JiAh no evitó hacerlo también y apretó un hombro del chico.— cinco viejos pervertidos abusaron de una niña de catorce años, JiAh. — la miró con dolor y luego siguió llorando para voltearse a ella.— ¿Ahora entiendes porqué estoy tan preocupado por ti?
JiAh, quien también tenía lágrimas por su rostro, lo abrazó del cuello y hundió su rostro en ese cuello blanquecino y con olor varonil que tanto le gustaba.
— Lo siento. — susurró en su oído.— lo siento tanto, amor... — siguió abrazándolo con fuerza y besó su mandíbula.— prometo ser más abierta contigo, y te prometo que me mantendré alejada de ellos... lamento tanto no habértelo contado antes, sólo tenía miedo de que te pasara algo. — susurró acariciándole el cabello y él abrazó su cintura con todo el amor que sentía por ella.
Eso esperaba él, que su novia tuviese la confianza que quería y necesitaban.
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