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Treinta y siete

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Al JungKook llegar junto a SoHee a su residencia no esperó ni un minuto para dejarle un mensaje a JiAh de que ya estaban allí.

— ¿Quieres una cerveza? — preguntó SoHee desde la cocina mientras este seguía sentado en el sofá.

— Sí. — afirmó sin dejar de ver el teléfono mientras escribía su pregunta.

Nena♡
Ya voy de salida, estaba buscando unas cosas.

¿Y si él mismo la buscaba? Esa propuesta llegó a su mente y de inmediato la escribió.

Nena♡
Amor, no te preocupes, ya voy de salida. Hoy es tu cumpleaños así que llegaré pronto.

No estuvo conforme con ello, fácilmente él podría ir a buscarla sin problemas, por eso se lo hizo saber. Aunque el que tardara en responder le hizo sentir un poco de culpa. Así que simplemente se disculpó y le dijo que la esperaría.

— Ven y tómatela que se va a calentar. — advirtió SoHee y JungKook resopló sin más.

Se levantó y caminó hacia la chica mientras ella lo miraba atenta. Habían salido a las cuatro o cinco de la tarde del gimnasio para celebrar el cumpleaños de JungKook en casa de ella, así que estuvieron una o dos horas yendo en el auto de ella hasta que pararon en un sitio que JungKook le pidió. Ella se sintió curiosa pero no le preguntó nada al verlo tan entusiasmado preguntándole cosas al señor mayor que le atendió.

— ¿Por qué me miras así? — preguntó entre risitas y ella parpadeó rápidamente.

SoHee normalmente era chismosa y alocada para preguntar las cosas haciendo sonrojar a quienes recibían dichas preguntas, pero esta vez se sentía un poco nerviosa y cohibida de preguntarle algo que quizás sea muy personal o no quiera él hablar de ello; JungKook normalmente era muy discreto con sus cosas.

— Tengo curiosidad... — mencionó mirándolo fijamente e hizo un gesto con sus labios para hacerse ver avergonzada. JungKook bebió de su cerveza y sonrió entendiendo.

— Ah... ya sé. — tomó otro trago de la misma.— te refieres al porqué te dije que pararas y me acompañaras a ese sitio. — asintió conociendo muy bien a su amiga y ella mostró sus dientes algo avergonzada con la mirada de JungKook.

— Sé que si no me lo dijiste cuando nos detuvimos no te debo preguntar, porque así eres tu y...

— Quiero proponerle matrimonio a JiAh. — lanzó la bomba para SoHee que se sintió en shock sin saber como reaccionar.

JungKook, quien estaba sentado en uno de los taburetes de la isla de la cocina sonrió levemente y se sonrojó.

Wow~ — susurró SoHee sorprendida, mirándolo fijamente como si estuviese concentrada en sus gestos.

— Llevo pensándolo un tiempo, pero no me había atrevido a dar el paso. Sólo... — parpadeó un par de veces.— la amo, SoHee. — miró a los ojos castaños de la chica y ella parpadeó rápidamente para sonreír de a poco hasta hacer una de ternura.

— ¡Ahh! — chilló de emoción y luego ambos escucharon la puerta abrirse.

— ¡Llegué! — se anunció GaEun mientras entraba al hogar con dos bolsas.— He traído algo para celebrar. — mostró las bolsas y SoHee sonrió más amplio, pues se encontraba demasiado feliz.

— Amor... ¿has traído las papas? ¿y los aliños para preparar la salsa? — GaEun hizo un gesto de sorpresa al recordar que no lo había hecho.

— No. — mencionó avergonzada y SoHee le sonrió simplemente, por lo que GaEun entendió que tenía que volver al supermercado por ellas.

Al irse nuevamente al supermercado, SoHee miró a su mejor amigo, quien tomaba un largo trago de su cerveza.

— En verdad, no sabes cuanta felicidad me da saber que quieres avanzar aún más con JiAh... es... asombroso, Kook. — mencionó emocionada y él asintió bajando la cabeza.

— Hace un tiempo JiAh me aconsejó invertir aquel dinero que tenía guardado de cuando Suni estaba enferma... compré acciones en la bolsa como ella me indicó y actualmente el dinero ha incrementado... — suspiró.— tenía pensado sacar una carrera pero... siendo sincero no tengo muchas ganas de hacerlo. — negó con su cabeza, mostrando las pocas ganas a través de sus gestos.

— Si no quieres no lo hagas, Kook... — dijo con suavidad.

— Lo sé... pero es que mi padre... no quiero decepcionarlo cuando le prometí sacar mi carrera para que se sintiese orgulloso... no quiero que se sienta avergonzado con sus conocidos. — SoHee lo miró compasiva y entendió.

Ella había estudiado negocios en una buena universidad, pero al día de hoy no lo ejercía más que en manejar su gimnasio.

Pasó un rato en silencio y él aprovechó de enviarle un mensaje a su novia para saber donde estaba, ya que no había llegado.

Nena♡
Estoy llegando, ya estoy en el estacionamiento, señor desesperado.

Sonrió con lo último y sintió una calidez en su pecho.

— Te aconsejaría hacer lo que más te guste sin necesidad de pensar en los demás. — él la miró y ella volvió a sonreírle como siempre lo hacía. Como una hermana mayor a su hermano menor.

Él resopló y sonrió negando con su mirada al mármol.

— Es lo mismo mismo que me dice JiAh. — mencionó con una risita y SoHee amplió su sonrisa.— ¿Sabes, SoHee? — levantó la mirada hacia su mejor amiga y ella lo vio atenta.— hace un tiempo, antes de entrar al servicio militar y... antes de la pérdida, yo... me decía a mí mismo con el dolor latente... ah~ — suspiró.— algo como... no sé "creo que nadie nunca me amará como lo hizo Suni" — hizo una pausa y SoHee lo interrumpió.

— Ella en verdad te amó mucho. — murmuró en una afirmación, destacando las últimas tres palabras.— Pero ya no está. — JungKook asintió estando de acuerdo y luego sonrió aún más amplio con la imagen del amor de su vida en su mente.

— Pero JiAh... JiAh lo ha dado todo por lo que sentimos, se ha enfrentado a los fantasmas del pasado y aún así ella sigue allí presente... amo demasiado a JiAh, así como estoy seguro de que ella me ama demasiado también. — asintió suavemente y SoHee lo imitó.

— Estoy totalmente de acuerdo con eso. — rio un poco y después se dedicaron a tomar lo último de la jarra de vidrio.

— Por eso llevo tiempo pensando en la propuesta... y estoy completamente seguro, SoHee... estoy seguro de que quiero a JiAh como mi esposa. — asintió mostrando esa seguridad y no esperó mucho para ver y oír la reacción de su amiga.

— ¡Ah! Soy madrina. — le agarró fuertemente la muñeca y este rio.— Por favor, convence a JiAh para que me deje serlo ¿Sí? Prometo no volver a hacerles bromas a ambos. — suplicó y él siguió riendo.

La haría suplicar un rato.

Unos cuantos minutos, casi media hora después se le hizo raro de que JiAh no haya llegado si hacía un momento le había dicho que estaba en el estacionamiento.

— GaEun me dijo hace rato que se encontró a JiAh y que están yendo al supermercado. — mencionó SoHee al ver el ceño fruncido de JungKook.— aish~ estás tan baboso por amor que te estás volviendo su sombra.

— ¿Querías ser madrina, dijiste? — mencionó con falsa confusión para verla reír.

— Ya, ya... me callo. — se volteó hacia el refrigerador y sacó dos latas más para luego servirlas.

Cuando dieron el primer sorbo la puerta de entrada se abrió con algo de brusquedad y se dieron cuenta de GaEun entrando con dificultad por las bolsas, puso éstas en el mármol de la isla y JungKook la miró extrañado al notar que JiAh no venía con ella.

— ¿Y JiAh? — preguntó confundido y GaEun suspiró mirándolo con desgano y tristeza.

No creería que lo que le diría lo pondría demasiado preocupado.

●●●

——— •⚜• ———

Con pasos lentos JiAh entró al apartamento de su hermana y la miró sin ganas de hablar cuando ésta puso su rostro más curioso y confundido.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó SunMi hacia JungKook una vez este vio a JiAh perderse por el pasillo de las habitaciones.

Él bajó la mirada y suspiró llevando ambas manos a su cabeza para apretar suavemente sus hebras. Luego de la acalorada discusión, ambos no emitieron una palabra más que sólo un ofrecimiento de JungKook de llevar a JiAh a casa de su hermana, luego de eso sólo subieron al auto de ella y llegaron luego de varios minutos en un incómodo y tenso silencio.

— Bebió. — murmuró de mala gana y triste por la situación.— Yo... lo siento, SunMi... simplemente estaba... — se encogió de hombros y sus ojos se aguaron.

— JungKook, no fue tu culpa... — negó con suavidad al sentirse un poco afligida al verlo así.

— Sí... sí lo fue, yo la dejé sola... no debí hacerlo. — murmuró con la voz cortada y SunMi salió con él hacia el pasillo de su piso.

— JiAh me había contado que hoy estabas de cumpleaños. — murmuró con suavidad.— merecías un poco de descanso... — él negó con su rostro y luego ella lo vio enderezarse.

— Por eso siempre debía estar con ella, para que no recayera. — se quejó con suavidad y la mayor le apretó el hombro.

— No es tu culpa. — repitió.— JiAh es una adicta en recuperación, lamentablemente era de esperarse una situación como ésta si no se internaba... le platiqué hace tiempo, pero ella sigue haciéndose la valiente ante todo. — trago un poco y relamió sus labios.— hay situaciones en las que no podemos solos, y eso a ella le cuesta entenderlo.

— No sé qué hacer... me desespera el hecho de verla así. — susurró cansado y SunMi mordió su labio inferior. Lo bueno de la hermana mayor de las Seo era que tenía la habilidad de permanecer con calma en situaciones difíciles.

— Déjala unos días conmigo. — propuso y él levantó la mirada.— sé que luego se calmará y pensará las cosas con la mente fría, y sabrá que cometió un error. — JungKook asintió un poco seguro con la propuesta y SunMi continuó.— además, así te tomas un respiro. — sonrió tranquila y él tragó fuerte.

Quizás SunMi no estuviera así si supiera toda la verdad de lo sucedido. Pensó JungKook.

— SunMi... JiAh es mi vida ahora, no me puedo imaginar una vida sin ella... — la mayor asintió entendiendo perfectamente y él continuó.— no voy a tomarme ningún respiro... sólo, por favor cuídala...

— Lo haré. — murmuró y él miró nuevamente al interior de la casa. No quería dejarla, pero estaba con su hermana, lo que lo dejaba más tranquilo.— Te avisaré cualquier cosa. — él asintió sin más y terminó por caminar hasta el elevador.

Al cerrarse las puertas metálicas recostó su cuerpo en la pared a un lado y luego su cabeza para cerrar sus ojos y suspirar.

Se sentía mentalmente cansado, sentía que no podía más con tanta presión... y sin embargo allí estaba de pie, haciendo todo por mantenerla bien, nunca se había rendido y menos ahora.

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