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Treinta y cuatro

——— •⚜• ———

En el gimnasio cuando JungKook usó la ducha vino a su mente un recuerdo un tanto dulce y amargo a la vez. Frotó el jabón en su cuello y pecho mientras pensaba con la mirada fija en los azulejos frente a él.

【●●●】

— ¿Me dirás entonces qué pasa para que llegues así borracho y melancólico? — preguntó en un murmullo la chica al ver a JungKook pasar nuevamente a su habitación, pues se había ido a dar una ducha luego del reproche de Suni por llegar borracho.

Se le había quitado un poco la borrachera pero aún tenía suficiente alcohol en las venas para tener las bolas bien puestas y decirle a Suni la verdad de lo que estaba pasando en su vida. Resopló y su rostro se vio molesto, pero molesto con él mismo y su corazón.

— Me enamoré de JiAh. — confesó viendo a Suni a los ojos, estos parecieron brillar un poco más, por lo que creía que iba a llorar, pero en realidad estaba sólo emocionada... más no afligida.— Como un estúpido me dejé seducir por una hermosa mujer como ella... — suspiró al ver la sonrisa de la débil chica sentada en la cama. Pareció incluso más molesto con ello.

Empezó a desesperarse y sentirse ansioso, por lo que tuvo que caminar hacia una esquina de la habitación y devolverse luego a su sitio. Suni relamió sus labios algo resecos y pudo sonreír in poco sin lastimarlos cuando ver a JungKook de esa manera le causó ternura.

— Lo sabía desde que la vi pisar la casa. — sonrió Suni mientras veía a JungKook caminar de un lado a otro molesto.— nada más ver la actitud de ambos me hizo entender lo que pasaba entre ustedes... tu eres el que es muy terco.

Él sintió los ojos aguados y la miró con aflicción, sentía que la había traicionado tan feo aunque ellos habían terminado su relación tiempo atrás; Suni le había cortado cuando se enteró de que JungKook hacia esas cosas por ella... y no quería que siguiera en eso, por lo cual cortó toda relación amorosa para concentrarse en ser sólo su amiga.

Aunque hizo todo eso al sentirse egoísta por privar al chico que amaba de tener a alguien para cuando ella no estuviera.

Ella estaba más emocionada que él de saber que se había enamorado de JiAh, porque así, no la extrañaría cuando ya no estuviera en este mundo... y podría amar a JiAh como se lo merecía.

— Sólo era por compromiso, Suni... sólo era eso y... no sé qué pasó. — susurró mirándola con la voz entrecortada.

Se sentía demasiado mal y molesto consigo mismo por traicionar a Suni, de la cual él juró tiempo atrás que sería el amor de su vida.

— Pasó que te enamoraste de ella... y eso está bien JungKook... no tienes porqué sentirte culpable. — negó con una sonrisita mientras lo veía desesperado nuevamente caminando de un lado a otro.

No podía con la culpa, Suni estaba postrada en esa cama batallando por su vida mientras él andaba haciendo de las suyas con JiAh... al final obtuvo su merecido enamorándose de ella.

Al principio creía que JiAh era su Karma, pero ya no.

— Te fallé, Suni... — ella negó lentamente y él sintió sus ojos aguados. Se acercó a ella para ponerse de cuclillas a su lado y le tomó la mano.— cuando supiste lo que hacía te juré que sólo era por compromiso más no porque quisiera y... y te fallé. — susurró quebrado y ella lo vio con pesar.

Era cierto, porque si bien hacía todo eso para pagar el tratamiento de Suni, nunca se había mezclado sentimentalmente con sus clientas... hasta que llegó Seo JiAh.

La mujer a la cual no podía sacar de su cabeza.

— No, Kook... desde un principio no quería abrir el caso nuevamente... pero cuando la vi, supe que ella tenía todo para ser la persona que tú amaras; además de eso vi en ella un sentimiento más allá por ti que... sólo acepté seguir el caso para que tu estuvieras más tiempo con ella. — lo miró con ternura luego de confesarle su secreto y JungKook la miró sorprendido.— ahora me has confirmado que hice lo correcto, porque ella te ama y tu a ella... eso es todo lo que necesitan...

JungKook sorbió su nariz y se levantó para limpiar esta con el dorso de su mano.

Se había saltado una parte de la historia.

— Corte toda relación con ella... ya no... ya no la volveré a ver de nuevo. — negó mirando un punto ciego. Estaba tan arrepentido de sus actos.

— Ay Kook... ¿Qué hiciste? — le preguntó temerosa, pues sabía que con esa terquedad él solía regarla.

Ni siquiera preguntó por la situación, sino que fue directa y le preguntó qué había hecho él.

— Pasó que supo todo lo de YoungJin y mi jefa en el club conspiró con ésta para hacerle creer a JiAh que yo aún estaba con ella... — negó con su cabeza y miró el suelo.— ella creyó que la engañaba faltando a mi palabra de que sólo estaría con ella... — suspiró cerrando fuertemente los ojos al recordar los ojitos brillantes de JiAh mientras él le decía aquellas dolorosas palabras.— se vengó de mí queriendo torturarme haciéndome verla coger con otro tipo... un compañero del club...

— ¿De verdad? — preguntó en un murmullo y JungKook asintió.

— Sólo YoungJin y yo sabíamos lo que pasaba dentro de la habitación, y más nadie debía saber que no hacíamos nada...

— ¿Y por qué no le dijiste la verdad? — preguntó molesta y triste, se veía decepcionada de él, lo cual lo hizo tragar fuerte.

— Yo sólo... te había dañado lo suficiente como para seguir haciéndolo y... y no quería, Suni... — negó entristecido y ella lo llamó con su mano para que se sentara a su lado, él lo hizo y suspiró luego.— igual el otro tipo no podía saber que no había estado con YoungJin, sino... le diría a la persona que le debo y podría terminar todo en un desastre...

— Bueno, un desastre ya fue, Kook... — le indicó y él asintió.

— Sólo que por la molestia de ver lo que hizo... me hizo actuar como un idiota... y... le dije cosas muy feas... — negó con su rostro mientras veía a sus manos en su regazo.

Le dolía demasiado el recuerdo de la mirada triste, decepcionada y brillosa de JiAh cuando él la miraba con furia mientras la destruía con sus palabras.

— ¿Y te arrepientes? — preguntó viendo su asentimiento.

Estaba demasiado arrepentido de eso.

— Claro que sí... — susurró.

— ¿Y por qué no le pides perdón? — él tragó fuerte y volvió a suspirar.

— Porque a veces pienso que es mejor que me tenga alejado... — miró a Suni y ella lo vio con un gesto de queja. Pero él no le diría la verdad.

Él no le diría a Suni que pensaba en lo mucho que podría dañar a JiAh en su sufrimiento cuando ella lo dejara. No sería capaz de decírselo.

Su mayor miedo era que la rabia y tristeza de llegar a perder a Suni pudiese hacerlo lastimar a JiAh sin quererlo... y ya le había hecho suficiente daño.

— El perdón siempre es la solución, Kook... — susurró cuando este se sentó a su lado viéndola. Ella le tomó la mano y él tragó fuerte.— Tu la amas muchísimo, lo veo en tus ojos... ¿de verdad crees que vale la pena perderla por no decir las palabras "lo siento"? — él parpadeó rápidamente y negó.— Ella también te ama demasiado, su mirada denota cada sentimiento que llega a ella cuando te ve... estoy segura de que si le pides perdón de corazón, ella te perdonará... porque tal como tu a ella, te ama muchísimo, Kook.

Él no pudo decir más nada cuando empezó a soltar pequeñas lágrimas que ya no podía retener, y por primera vez se estaba dejando ver débil ante Suni, aún cuando se prometió muchas veces no serlo delante de ella.

Suni por su parte sonrió suavemente cuando aún mantenía él su cabeza gacha, le acarició el cabello y este sorbió su nariz.

Le encantaba ver a su Kookie nuevamente enamorado, le hacía sentir reconfortada el hecho de que no lo dejaría solo.

【●●●】

JungKook parpadeó apartando la mirada de la cerámica y peinó su cabello hacia atrás cuando el agua seguía mojando y refrescando su cuerpo.

——— •⚜• ———

JungKook abrió la puerta del apartamento de JiAh y cerró detrás de él viendo todas las luces apagadas, sonrió por ello cuando a su mente vinieron todas las veces en que JiAh hizo eso y en cómo terminaron sus noches.

— Nena, ya he llegado. — notificó por lo alto y no escuchó respuesta. Dejó su bolso en la entrada y caminó hacia él pasillo también oscuro, pero notó una luz roja encendida en aquella habitación al final del pasillo.

Una que tenía su puerta entreabierta mientras dejaba ver aquel color apasionado que los envolvía cuando se encerraban allí.

No sé porqué... no quieren darte la oportunidad... haces que me motive y me provocas sin necesidad... — se escuchó la musica por el altavoz, empujó la puerta suavemente y entró a la habitación viendo todo rojo y casi vacío. Había sacado todos los muebles quedando sólo la cama y un pequeño sillón.— cuando estamos solos, tu me miras y me provocas. — su mirada se quedó perpleja y fija en una figura que se movía lentamente con un pole en medio de la habitación. ¿Cuándo lo había instalado?me dejas tocar tu piel... mientras te beso la boca... — la canción continuó en un coro más que sensual y él no podía dejar de mirarla.

Sus ojos hermosos conectaron con los suyos detrás de ese antifaz y cabello liso con reflejos que la hacían ver tremendamente sensual.

JiAh era su afrodita, la diosa griega del amor, la belleza, el deseo y todos los aspectos de la sexualidad.

Dio unos cuantos pasos y llegó hasta los pies de la cama, donde se sentó para verla desde allí, admirando cada movimiento suyo pegada al tubo. Su vestuario era un mini vestido de satín rojo, usaba guantes de la misma tela y unas mallas hasta los muslos. Le encantaba, se veía preciosa.

Quiero que se repita la ocasión... quiero que se repitan tus movimientos... bebé que tal si paramos el tiempo y mejor tenemos sexo... — seguía cantando la voz. Precisamente era lo que él quería en ese momento.

Parar el tiempo y tenerla sólo para él.

Suspiró y tragó para luego relamer sus labios, pues ella en sus tacones igual de rojo que todo el ambiente, lo hacían sentir en otro mundo.

En un giro que hizo quedó frente al pole y bajó lentamente para ponerse de cuclillas mientras sus muslos abiertos le dejaban ver sólo un poco de lo que traía debajo, lo único que pudo ver era rojo... eso lo volvía aún más loco. Su respiración se aceleró y sentía su corazón ir a mil cuando la mirada sensual de ella capturó la suya hipnotizada.

La música terminó y volvió a reproducirse en un ciclo, lo cual lo animó mucho más al ver que ella quitó su antifaz y lo vio con su pecho moviéndose aceleradamente por el cansancio de los movimientos... pero eso no fue impedimento para que se acercara y colocara sus manos en los hombros de él para hacerlo echarse un poco hacia atrás, él se sostuvo de sus manos y siguió detallando todo su rostro maquillado. Se colocó a horcajadas de su regazo y se pegó a su cuerpo para abrazarlo del cuello y luego fundirse en un beso apasionado y entregado.

JungKook suspiró entre el beso y ambos inclinaron el rostro para tener más profundidad, introduciendo sus lenguas en la boca del otro cuando él, como pudo, colocó sus brazos alrededor de su cintura para abrazarla.

— ¿Qué es todo esto, preciosa? — susurró más que maravillado, viendo sus ojitos brillosos de deseo por él.

— ¿Un regalito adelantado por tu cumpleaños? — susurró en respuesta con una sonrisita ladina luego al ver la de él emocionada, mirándole todo el rostro con sus ojos grandes y brillantes. Las manos masculinas le acariciaron la cintura con deseo y admiración para verla luego removerse un poco sobre una, ya formada, erección bajo su intimidad.— Estás muy feliz... — sonrió aún más y lo vio reír suavemente.

— ¿Cómo sabes que mañana es mi cumpleaños? No te lo había dicho... — mencionó viéndola sonreír y luego alzar una ceja.

— Me lo dijo un pajarito... pero no el tuyo. — respondió removiéndose sobre él para hacerlo soltar un jadeo.— no te me escapas, amor. — añadió con sensualidad.

— Estuviste fabulosa... — halagó y ella sonrió sintiendo sus mejillas arder.

— Gracias. — susurró acercándose y volvieron a fundirse en un beso.

A los segundos del beso romántico y apasionado él se separó y mordió su labio inferior, JiAh sonrió y se levantó lentamente de su regazo cuando él le alzó una ceja viéndose travieso al llevar sus manos a la espalda femenina para bajar un poco el cierre de su corto vestido.

Ups~ — murmuró de lo menos arrepentido y ella sonrió ampliamente.

Al estar frente a él a un metro de distancia, llevó sus manos a la espalda y bajó lentamente el cierre para completar lo que había empezado su desesperado novio. Los finos tirantes cayeron de sus hombros y quitó por completo la prenda, dejándose ver en esa lencería de cuero rojo que SoHee le había convencido de comprar.

El rostro de JungKook era un poema, parecía en shock con su boca abierta y sus ojos escaneando su cuerpo de arriba a abajo. Rato después se levantó rápidamente y se colocó frente a ella teniendo que bajar un poco la mirada, pues a pesar de sus tacones seguía siendo más baja que él.

— Creo que ya entiendo todo... — mencionó con una sonrisa traviesa, llevó los dedos a su barbilla y le acarició el labio inferior con su pulgar.— Tu y SoHee planearon todo esto ¿no? — JiAh sonrió con travesura y él captó que eso era la respuesta afirmativa para su suposición. Se acercó a ella y rozó sus labios.— esa es mi zorrita. — susurró en sus labios y JiAh sonrió aún más amplio por su felicitación.— ¿Me esperas aquí? — ella relamió sus labios y luego le dio una mirada más que excitada. Asintió luego de unos segundos mirándolo a través de sus pestañas... una mirada que seguía volviéndolo loco.

JungKook besó sus labios y los hizo resonar en un chasquido al separarse para luego salir de la habitación.

JiAh se preparó colocándose las delgadas muñequeras unidas entre sí con una cadenilla igual de delgada, en sus pechos sobre el brasier también había una cadenilla que unía ambos senos, además de otras correas de cuero en sus muslos que estaban unidos ahora a su cintura en otra correa alrededor de esta.

Se veía perrísima.

Al volver JungKook, ella ya estaba sobre la cama, de rodillas y sentada en sus talones mientras sus manos reposaban en sus muslos. Él la vio un tanto curioso y confundido, venía usando sólo una franelilla blanca dejando ver sus tatuajes mientras unos jeans de color gris cubrían sus piernas gruesas, y su cabello algo despeinado lo hacía ver demasiado sexy.

— ¿Qué haces, preciosa? — preguntó con una sonrisita confundida aunque la excitación se veía en sus ojos al verla en esa pose.

— Hoy... — murmuró mirando sus ojos fijamente a través de sus pestañas.— me entrego totalmente a ti, JungKook... — él borró su sonrisa y la vio concentrado.— Quiero que hagamos lo que tu quieras... — mencionó segura y él parpadeó lentamente, observando toda su piel cubierta por ese cuero rojo, notando los accesorios que se había agregado cuando él fue a buscar unas cosas.

Colocó una rodilla sobre la cama y se acercó un poco a ella, por lo que su mirada estaba sobre él y no había notado lo que traía en sus manos.

— ¿De verdad eso quieres? — susurró en sus labios, llevando su mano vacía a su mejilla suave para acariciarla con el dorso de sus dedos mientras miraba sus labios llamar los suyos.

— Eso quiero... soy toda tuya. — susurró mirando también sus labios.

Él no se resistió y besó sus labios con entrega, pues no sólo ella quería entregarse a él... él también quería entregarse a ella.

— Hoy... — empezó en un susurro y luego se separó un poco para ver sus ojos curiosos.— SoHee también me dio mi regalo. — sonrió burlón y le mostró a JiAh lo que traía en sus manos. Su rostro era el mejor poema para los ojos de JungKook. Ella lo miró con sus ojos nerviosos y él simplemente sonrió de lado, bajando la mirada a los objetos en sus manos y luego subiéndola a sus ojos de forma sensual, pasó la lengua por la punta de sus dientes y prosiguió.— ¿Qué opinas?

— Le dije que no lo comprara. — susurró JiAh cerrando fuertemente sus ojos, acción que JungKook disfrutó con una sonrisa.

— Pensé que lo habías planeado con ella. — movió de un lado a otro el dildo pequeño y ella miró la acción con algo de nerviosismo... pero seguía excitada y eso le jugaba en contra.— igualmente... — se acercó a ella y elevó el dildo nuevo para pasarlo por los labios rojos y entreabiertos de ella; quien no apartaba la vista de esos oscuros orbes excitados.— Me gustaría saber si... — JiAh lo miró a los ojos fijamente y él levantó la mirada de sus labios a los ojos brillantes de ella.— la respuesta sigue siendo la misma a aquella propuesta que te hice.

JiAh, aún sin apartar la mirada de sus oscuros ojos, tragó fuerte y se dejó hipnotizar.

— Necesitaría un fuerte trago para aceptar eso... — él chasqueó la lengua y sonrió negando.— sobria no creo que pueda. — negó esta vez ella.

— No tengas miedo. — susurró en una promesa.— sabes que jamás te lastimaría... pero si no quieres, está bien. — aceptó apartando el aparato y dejó un suave beso sobre los de ella.

Antes de poder apartarse, JiAh le tomó del brazo y lo detuvo al él querer incorporarse.

— ¿Prometes ser cuidadoso? — preguntó en una petición. Él miró su agarre y luego a ella, dejó las cosas a un lado de la cama y tomó esa mano que aún se aferraba a su brazo, la llevó a su boca y dejó un beso sobre su dorso con los ojos cerrados para luego suspirar sobre su piel.

— Te lo prometo, amor. — le dio su palabra y ella tomó una respiración profunda.

Tan pronto como se alejó se abalanzó a sus labios de manera dominante y necesitada, él correspondió de inmediato y el calor inundó la habitación nuevamente. Le rodeó la cintura a él con sus piernas en la medida en que las cadenas se lo permitían y este la tomó de sus glúteos apretándolos un poco, llevando una mano a su muslo para sentir la malla que lo cubría en la mitad; cosa que lo hizo apretar su piel.

A los pocos minutos ambos estaban sobre la cama mientras él besaba sus pezones erectos luego de sacarlos de brasier, acariciando su cintura delgada con la mano derecha mientras se apoyaba con la izquierda para poder besar cada trazo de su piel con dedicación. Desató la correa de la cintura de ella y ésta quedó aún atada a sus muslos.

— No sé si me querías complacer o torturar con todos estos accesorios. — susurró contra la piel de su abdomen, sintiendo su pequeña risita mientras él seguía besando con deseo y amor cada parte de este.

Continuó hacia su vientre y dejó un casto beso sobre este también, tomó luego los bordes de sus pantis de cuero para bajarla hasta donde la cadenilla de los muslos lo permitían, por lo que rechistó por lo bajo; haciéndola reír un poco nuevamente sin borrar la lascivia del momento.

— ¿Podrías darte la vuelta, por favor amor? — pidió con voz suave y sintió su cuerpo temblar un poco cuando ella obedeció.— lo haré despacio ¿bien? — le vio el rostro de perfil desde sus glúteos cuando ella asintió, dándole el pase a bajar la mirada a su intimidad mojada.

Necesitaba excitarla un poco más.

Se acercó a su intimidad y su boca succionó un poco esa parte mojada de ella, la sintió removerse encantada con los movimientos de su lengua en el clítoris necesitado y luego le introdujo un dedo en su entrada para así verla temblar un poco por la excitación... la estaba volviendo loca.

Apartó sus manos pero se quedó allí haciéndole un oral que la hiciera sentir en el cielo. Tomó el envase del lubricante y lo destapó mientras movía su lengua en la entrada de ella, pues necesitaba distraerla para que no se pusiera aún más nerviosa. Al separarse elevó el frasco y dejó caer lubricante sobre su intimidad para esparcirla por todo su trasero hermoso, se levantó y la vio intentar verlo, cosa que él denegó con un sonido negativo de su garganta.

— Respira con calma, amor... — pidió cuando tomó el dildo para esparcir en este un poco del líquido de sabor a fresa.

Ella obedeció e intentó, lo más que pudo, calmarse. JungKook por su parte colocó el dildo en su intimidad y masajeó un poco antes de llevarla a donde realmente iba ese aparato: A su pequeño y no penetrado lugar.

Con lentitud lo introdujo y escuchó un gemido de ella, era una mezcla entre dolor y placer, por lo que no se podía quedar allí. Lo sacó y volvió a intentar para introducirlo por completo, quedando sólo un botón con estilo diamante a la vista de él. Observó el rostro de JiAh y ella sudaba, su cabello estaba pegado a su rostro mientras suspiraba intentando controlar la respiración.

— ¿Todo bien? Ya está, preciosa. — murmuró bajando para dar un beso en su glúteo.— Eres tan jodidamente valiente. — dio otro beso estando más que emocionado por esa fantasía cumplida.

— Sí... — susurró en un suspiro. Tragó fuerte y luego JungKook decidió continuar con su trabajo.

— Ahora disfruta, amor. — susurró mirándola fijamente. Ella le sonrió un poco, aún sintiendo una leve incomodidad en ese lugar que nunca había sido tocado.

JungKook sonrió y llevó su boca nuevamente a su intimidad, escuchando de su parte unos cuantos gemidos que le encantaba oír para estimular su miembro. Llevó su mano a su pantalón y lo desabrocho cuando sintió la presión de este, se acarició sobre la tela del bóxer y luego lo sacó para empezar a masturbar con suavidad a medida de que su lengua seguía lamiendo su intimidad.

Cuando ella estuvo por correrse él se detuvo y se separó relamiendo sus labios. Se incorporó y la vio tan desesperada que le causó una emoción enorme, pues lo que más quería era que ella disfrutara tanto como él.

— Métela, amor. — pidió necesitada de él mientras le apretaba el Jeans con su mano.

— Sabía que lo disfrutarías tanto como yo. — murmuró contento y se quitó la camiseta para tomar su miembro y acariciarle la entrada con la punta de este. Lentamente se introdujo en ella y la vio suspirar con los ojos cerrados para luego soltar un gemido.— ¿Estás bien? — ella asintió rápidamente y entonces continuó hasta tener todo su miembro en el interior de su cálida intimidad.

Sus embestidas eran suaves, no quería lastimarla por el dildo que tenía puesto, pero al llegar a un punto donde sus gemidos eran constantes le pidió que fuera más rápido; cosa que le sorprendió, pero no rechistó. Continuó con más rapidez y ella seguía soltando esos gemidos que lo estaban volviendo loco con el pasar del tiempo.

Nuevamente JiAh estuvo por correrse y él se detuvo escuchando sus maldiciones por lo bajo... la miró atento de cualquier petición, pero ella no quería nada más que su miembro en su interior... ¿y quién era él para negárselo?

Buscó en la gaveta un preservativo y lo tomó para destaparlo y ponérselo. Sacó el dildo con lentitud y ella soltó un gemido por ello, parecía agradecida, pero cuando lo vio tomando el frasco del lubricante supo que no se había acabado. JungKook vertió un poco más del líquido en su trasero y después masajeó la punta de su miembro en esa entrada pequeña recién profanada. Introdujo su longitud nuevamente con lentitud viendo el rostro de su novia mientras intentaba soportar el dolor.

— ¿Quieres que me detenga? — preguntó viéndola respirar erróneamente. JiAh negó y trató de calmarse para poder continuar, al ver eso, JungKook continuó y ella soltó un gemido que denotaba molestia y a la vez placer.

Ah~ Dios... — pegó el rostro en la almohada y JungKook relamió sus labios.— ¿Puedes sacarlo un poco y volverlo a meter?

— Lo que diga, mi reina. — susurró más que excitado con la propuesta.

Sacó su miembro y volvió a introducirlo para escuchar nuevamente un gemido de su parte.

No supieron del tiempo, no sabían cuanto había pasado, pero ahora mismo se encontraban disfrutando de los movimientos de JungKook en su interior, lo demostraban a través de sus gemidos llenos de placer... Al principio JiAh tenía miedo, y ahora no entendía como no había probado esa sensación tan divina mucho antes.

Sus cuerpos chocaban y sonaban en la habitación oscura llena de música y gemidos que sobrepasaban ésta.

— No puedo más... ah~ no te detengas... — lloriqueó JiAh al sentir su orgasmo avecinarse. JungKook por su parte se movió un poco más rápido mientras sentía el suyo muy cerca también.

Se detuvieron de improvisto justo cuando alcanzaron ese tan deseado clímax juntos, suspirando y sudando de tal forma que podían sentir el cansancio del otro. JungKook besó el cuello de su novia con devoción y ella se dejó llevar por esa divina calidez de su boca contra su piel, él levantó el rostro y observó su reflejo borroso en el espejo, pues este estaba demasiado empañado.

— Eso fue asombroso. — susurró contra el cuello de ella y rio un poco contra este para sentir la mano de JiAh acariciarle el cabello. Ella sonrió con sus ojos cerrados y después lo sintió separarse para salir de su cuerpo y levantarse.

Aún con la incomodidad en su trasero se colocó boca arriba en la cama y tomó la sábana de seda para cubrirse, seguía con las mallas puestas pero no le importó, pues estaba demasiado cansada. JungKook llegó a ella y se acostó a su lado para atraerla y abrazarla bajo las sábanas, le dio un beso en la cabeza y suspiró con los ojos cerrados, pues estaban agotados.

— El mejor regalo de cumpleaños de mi vida. — suspiró y JiAh rio con los ojos cerrados. Él se le unió y la apretó a su cuerpo para sentirla cerca.

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