Cuarenta y tres
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JiAh seguía mirando fijamente las facciones del tipo mientras este leía la carta que YoonGi le había enviado. Hacía gestos con su lengua mientras leía, y su cabello rojo sólo lo hacía ver más intimidante.
— Sírvele algo a la dama aquí presente. — le ordenó con asombro al chico parado a un lado de él.— Disculpa, a veces tienes que reclamarles para que hagan caso. — mencionó mirando hacia ella para luego dar otra calada a su cigarrillo.
— No tomo alcohol. — dijo JiAh al notar al chico colocarle frente a ella una bandeja con un coctel de algo que desconocía. Razón por la cual no lo aceptaría.
— Ash~ YoonGi tiene gustos difíciles. — chasqueó la lengua mientras sonreía de esa forma malévola. Mientras que a la mente de JiAh llegaron unas palabras.
"...Si te ofrecen alcohol no lo aceptes." YoonGi habló con seriedad mientras la miraba fijamente.
— Sólo no tomo alcohol. — repitió desinteresada y el otro sonrió de lado.— No sabía que YoonGi tenía un gemelo, o al menos un hermano.
— Sí, tu rostro me lo dejó bien claro. — mencionó con burla mientras leía el papel nuevamente y se llevaba el cigarrillo a la boca.
— Yo... ya debo irme. — se levantó y el pálido hombre frente a ella le mostró su palma para detenerla.— Ya he cumplido mi objetivo, he entregado el recado de YoonGi, ya no tengo nada más que hacer aquí. — mencionó harta de que no la dejaran irse.
— Ah~ lo sé, princesa... — siguió sonriendo y luego un mechón rojo se le atravesó en el rostro.— pero no sería divertido si vienes y no tomas algo con nosotros.
— No se me apetece, gracias. — respondió nuevamente lo mismo.
— No te estoy preguntando. — hizo un gesto con su mano y el chico que servía las bebidas se acercó con el coctel nuevamente.— necesito saber si puedo confiar en ti, sólo toma un trago con nosotros y te irás.
JiAh quiso irse, pero al voltear había un escolta parado frente a ella, entonces volteó y vio al tipo levantándose para luego caminar hacia ella. Levantó su mano una vez estuvo muy cerca de ella y le acarició la mejilla con sus dedos.
— No sería divertido si una preciosa mujer como tú se va sin pasar un rato con nosotros. — murmuró con su voz profunda, un tono de voz muy diferente al que empleaba hace un momento.
JiAh quiso no mostrarse nerviosa, pero en verdad tenerlo tan cerca la mareaba. Quería escapar de allí, pero el gorila detrás suyo se lo impedía al igual que el pelirrojo maligno frente a ella.
— Tengo cosas por hacer. — mencionó con la voz seria, intentando no inmutarse ni mostrar el temblor que sentía en su cuerpo.
— ¿Y crees que yo no? — sonrió de lado y JiAh miró a otro sitio cuando este se acercó más, rozando su nariz contra la mejilla de ésta mientras sus dedos le acariciaban ahora el cuello. Ella hizo una mueca de asco e intentó alejarse.— Pero eres tan guapa que no quiero dejarte ir aún... — ella tragó fuerte y siguió haciendo lo posible por alejarse más de su cuerpo.
— Pues no quiero hacerlo. — respondió con la misma dureza que había estado empleando.
Sintió su rostro ser tomado con fuerza a través de la mandíbula y lo miró sorprendida con una molestia mezclada. Él la miró con sus ojos desprendiendo flamas y entonces supo que el gemelo no estaba jugando.
— A mi me valen mil hectáreas de mierda lo que quieras... — gruñó con molestia y JiAh lo miró a los ojos fijamente. Esta vez mostrando un poco de brillo en los suyos.— YoonGi me debe un buen dinero, y en su carta fue muy preciso... — murmuró bajando la mirada a los labios maquillados de ella. JiAh aún más sorprendida por lo que decía, se quedó muda.— ¿Sabes? dudo de que te haya querido un céntimo de lo que dicen sus palabras en ese papel... — apretó aún más la mano en su rostro y ella soltó un pequeño quejido.
— Suéltame, maldito. — lo empujó y pudo desprenderse de su agarre.— No me toques. — exclamó llena de furia, armándose de valor aún sabiendo que tenía todas las de perder allí.
— Muy valiente ¿eh? — caminó hacia ella nuevamente y ésta vez la tomo de su espalda baja.— Pues ese es YoonGi quien se deja manipular... yo no. — mencionó con su voz profunda y se inclinó hacia el cuello de ella para besarlo de forma húmeda mientras ésta se removía intentando quitárselo de encima.
— Déjame... Suéltame, idiota. — lo empujó con sus manos en su pecho y este se separó de su cuello con una sonrisa.
— Tienes una piel deliciosa ¿Ya te lo habían dicho? — preguntó con lascivia y ella siguió empujándolo para intentar apartarlo, pero este no quería soltarla.
— ¡Suéltame, te he dicho! — lo miró con fiereza y él siseó falsamente dolido.
— No te vas sin antes de que pruebe a qué sabes... y si en realidad eres tan adictiva como dice mi hermano. — susurró contra su mandíbula una vez se acercó a ella nuevamente.
JiAh siguió empujándolo como podía mientras asustada temía de lo que pudiese ser de ella esa noche. Con la voz temblorosa pidió que por favor parara pero este no se detenía.
— Por favor, no... detente. — empezó a sollozar un poco al sentir como sus manos le manosearon el trasero para después subir una a su pecho, eso la hizo estremecer del miedo.
— Jefe. — llamó uno de los tipos detrás de ella y ésta aprovechó de separarse mientras intentaba ajustar su ropa algo desaliñada por el reciente asqueroso momento.
Sentía sus lágrimas espesas cubrir su vista y el pelirrojo lo notó. Miró al tipo luego de que éste le dijera algo en su oído para luego acercarse a JiAh, la cual dio unos pasos atrás mientras él se acercaba.
— Ya sabes qué hacer con esta puta. — murmuró con tono maligno y la tomó fuertemente del brazo para arrastrarla y tirarla algo fuerte hacia un tipo que ella desconocía por no haberlo visto.
Levantó el rostro y notó al mismo tipo asqueroso que estaba cuando ella llegó a ese apartado.
Sintió pavor, no sabía cómo reaccionar cuando vio en su rostro una sonrisa macabra que sabía que intenciones buenas no tenía.
El tipo la llevó arrastrada del brazo hacia la parte baja y la sacó por una puerta que conducía a un callejón oscuro que sólo la hizo sentir más miedo del que tenía. Él cerró detrás de sí y caminó con peligrosidad hacia su cuerpo tembloroso, miró hacia atrás pero no había salida, la salida estaba detrás de él y parecía inútil porque la lograría detener.
— Al jefe no le gusta que lo rechacen... — murmuró con desdén mientras caminaba hacia ella.— ¿Sabes que se ganan las zorras que lo hacen? — preguntó pero ella no contestó y sus ojos se aguaron más al sentir la pared chocar contra su espalda. Tragó fuerte y lo vio sacar un frasco.
— No te me acerques o grito. — amenazó y él rio fuertemente.
— ¿Sabes cuántas veces lo han hecho en este callejón? — rio otra vez y continuó.— ¿Sabes cuántas veces funcionó? — preguntó y volvió a reír.— antes de meterte donde no debes, te aconsejaría investigar bien.
Al acercarse JiAh le dio una bofetada y corrió por su lado para intentar huir con el miedo apoderándose de su pecho acelerado. Unos segundos después sintió su cabello ser tomado y gritó como pudo para que alguien la escuchara y la pudiese ayudar, así le hayan dicho que era inútil.
Al terminar en el suelo por una fuerte bofetada de parte del asqueroso tipo, ella lo miró con miedo mientras sentada sobre el asfalto intentaba alejarse siendo inútil cuando este se acercaba más y más mientras abría el frasco.
— ¡Suéltame, imbecil! — gritó cuando este se inclinó tomándole del cabello en la parte trasera de su cabeza.
Ignorando sus reclamos se acercó y colocó el frasco en su boca, ella cerró la misma pero luego la rata asquerosa, como ya lo había apodado, le tomó fuertemente de la mandíbula para obligarla a abrir la boca. Entre empujones de JiAh y sus gritos internos por no poder hacerlo externamente, tragó algo de lo que ese imbécil traía en ese extraño frasco, algo amargo y asqueroso como él mismo.
— Eso es todo, princesa... no fue tan difícil ¿ya ves? — preguntó con sorna mientras se levantaba y JiAh se dio la vuelta de forma débil apoyándose con la mano del asfalto para empezar a toser un poco, puesto que se había ahogado al tragarse el líquido en contra de su voluntad.
— ¿Que me diste? — preguntó con debilidad, suspiró agarrándose del cabello adolorido, su moño se había deshecho y su cabello suelto seguro era un total desastre.
— Algo para calmar tu furia... nada mejor que un calmante para la bestia ¿no? — siguió hablando con sorna y él la vio fijamente cuando ésta comenzó a gatear débilmente.
Por su parte JiAh se sentía algo mareada, al menos aún podía escuchar con claridad, pero ella estaba clara en que la habían drogado con algo, pero no sabía con qué. Intentó provocar sus náuseas introduciendo sus dedos en la garganta pero no funcionó. Siguió intentando hasta que logró vómitar sólo un poco, pero el mareo seguía intacto.
— Vomitar no te funcionará, ya está, ya entro en tu sistema. — dijo con burla para reír un poco luego de lo dicho. Ella soltó sus lágrimas y el miedo la invadió aún más al conocer las consecuencias de haber ingerido eso.
— Eres un maldito. — susurró quebrándose un poco y este rio aún más cuando la vio llevarse la mano al abdomen entre hipidos de su próximo llanto.
Entonces luego de eso, JiAh sintió nuevamente su cabello ser tomado con fuerza para levantarla y empujarla contra la pared. Lo peor de todo es que ella ya no tenía fuerza de voluntad, no podía defenderse, se sentía débil.
— A las zorras que rechazan al Dragón, les va muy mal, muy mal... — susurró cerca del rostro de ella para luego olerle el rostro con morbosidad.— pero eres una zorra que está muy buena. — Pasó su lengua por el cuello de la chica y ésta lloró aún más sin poder hacer mucho con su debilidad. En verdad había perdido toda la fuerza.— Creo que a los jefes no les molestará que yo aproveche un poco de la mercancía ¿verdad? — susurró viéndola llorar a cántares.— Shh~ pero no llores, preciosa... estoy seguro de que lo disfrutarás... — susurró esta vez en su oído y lamió el lóbulo de este antes de empezar a besar su cuello.
Ella siguió llorando, no podía moverse y todo le daba vueltas, no podía gritar porque no tenía fuerzas, y lo único que pudo hacer en ese momento fue cerrar los ojos y pedirle a Dios que la ayudara en eso que ella misma se había buscado. Pero no podía obviar sus pensamientos en esos momentos.
【●●●】
— Tienes que tener más constancia en tus chequeos médicos, JiAh... no es algo que se pueda romar a la ligera ¿entiendes? — ella asintió al regaño del médico que la trataba dedde años atrás.— suerte de que los medicamentos que te recete son del grupo ISRS o Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina. — ella lo miró confundida una vez el médico empezó a explicar, pues no entendía a qué se refería.
— ¿Eso quiere decir que no hay algún riesgo después de consumirlo? — él se encogió de hombros y negó inseguro. JiAh aún mantenía los resultados de sus análisis en las manos mientras escuchaba todo lo que el médico tenía para decirle.
— Con los antidepresivos es muy difícil saber cuando hay riesgo o no en la persona, se tienen que hacer estudios cuando el cuerpo del paciente cambia ¿Entiendes lo que digo? — ella asintió.— tuviste suerte, JiAh. Al menos ahora podemos estar mejor informados y estar al tanto de cualquier situación que se presente... sólo... ten constancia, JiAh. Es tu salud.
Ella asintió sintiéndose culpable mientras veía el papel con sus resultados.
— Puedes estar tranquila. — él colocó su mano encima de la de ella y esta lo miró entristecida.— son los más seguros de tomar en una mujer embarazada.
Ella sintió sus ojos aguarse y soltó pequeñas lágrimas que se convirtieron en un río cuando el doctor se levantó y se acercó para darle un poco de apoyo y tranquilidad, pues conocía el estado de JiAh y lo mejor era no presionarla ni causarle más tensión.
【●●●】
Tras esos pensamientos simplemente vio todo borroso y su boca la sintió seca. Sentía cómo algo la tocaba por su cuerpo sin parar pero no sentía nada a la vez, empezó a tener ciertas alucinaciones y su pecho sintió el corazón acelerado cada vez más y más hasta que simplemente cayó en la inconsciencia.
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