Cuarenta y ocho
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Casi los nueve meses... el tiempo pasaba volando y ni te dabas cuenta de cuándo fue que empezó todo...
JungKook se inclinó para firmar el libro que el juez le había indicado firmar; JiAh a su lado, ya lo había firmado. Terminó y se incorporó para darle una sonrisa pequeña y feliz a su ahora esposa.
Habían decidido casarse civilmente antes de que la fémina tuviera al retoño de ambos, pues consideraban que este debía nacer dentro de un matrimonio para que no tuviera inconvenientes a la hora de registrarlo con el apellido de JungKook.
En la boda sólo estaban la hermana y padre de JiAh junto al padre de JungKook y también SoHee acompañada del detective Kim, quien al parecer según confesó SoHee unos días atrás, ellos tenían una relación discreta que comenzó cuando el caso del "Dragón Rojo" fue a dar a Seúl. Por esa razón ella había terminado con GaEun.
Sí, su mejor amiga había engañado a su pareja una tarde en que Kim fue a su casa a informarle sobre el caso y ella se sintió atraída a su figura protectora, no aguantó y se acercó besándolo. Ese fue el punto de salida a su pequeña relación, que conllevó a mantenerlo en secreto por ser ella una testigo y denunciante, mientras él era el detective a cargo.
Al menos SoHee se veía bien, y parecía más resplandeciente que cuando terminó su relación con la chica.
De GaEun sólo supieron que se fue a Gangnam con sus padres, y al parecer se comprometió con el hombre que sus padres le habían propuesto... eso devastó a SoHee en un principio, porque recordaba que la pelinegra le había dicho que sus padres querían obligarla a casarse con alguien a quien no amaba. Al final, GaEun no quiso salir de las faldas de sus padres, y simplemente para no hacerlos molestar se comprometió con aquel hombre.
— No puedo creer que ya esto esté sucediendo. — mencionó emocionada SoHee mientras colocaba una mano sobre la panza de la nueva señora Jeon.
JungKook por su parte tenía su mano en la parte baja de la espalda de su esposa, mientras ella reía un poco con los comentarios de halago de parte de la amiga de ambos.
— Hija. — el señor Seo, padre de SunMi y JiAh, se acercó a esta última y le tomó las manos a pesar de tener su brazo aún sobre el bastón.— me hace feliz verte a ti tan hermosa y ya casada... próximamente te veré en ese hermoso vestido blanco que sé que te emociona usar. — mencionó cómplice y ella rio un poco mientras se sonrojaba.
— Gracias, papá... gracias por estar aquí acompañándome. — le dijo con sinceridad. En verdad no sabía cómo se sentiría en esos momentos si no hubiese recuperado la relación con su padre.
La única que faltaba y extrañaba con todo su ser, era su madre.
— Tu madre estaría feliz de verte encontrar tu felicidad. — mencionó cuando vio los ojos brillosos de su pequeña. Sabía que en ese momento ella estaba recordando a su progenitora.— y estaría orgullosa de lo que eres ahora.
— Gracias, papá... — susurró abrazándolo y este le dio un beso en su cabeza.
— Entonces... — se acercó su hermana lentamente a ella.— se acabó la JiAh atrevida y cómplice que se escapaba conmigo a las fiestas ¿no? — JiAh sonrió hacia su hermana y la abrazó fuertemente, con ese amor tan fuerte hacia quien ocupó el puesto de su madre una vez ésta falleció. A pesar de que quiso ser lo más cercano a una protectora, no quitaba el hecho de que SunMi era su hermana, y entre hermanas siempre había esa complicidad.
— Me temo que no como antes. — mencionó entre risas JiAh mientras JungKook las miraba con una sonrisa suave luego de que su ahora suegro, le felicitara.
— Sabes que te amo, mi consentida, traviesa y terca hermanita. — JiAh volvió a reír cuando su hermana en un abrazo le dio un beso en su cabeza.
— Y tu eres la mejor hermana mayor que pude haber tenido. — le correspondió el abrazo para luego alejarse un poco.
A pesar de todo lo malo, la vida le sonrió con esa hermosa familia que tenía, y ahora mismo le sonreía con la nueva que le acababa de brindar.
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Al salir del registro civil fueron hacia la misma casa en la montaña donde habían celebrado el cumpleaños de su padre, pues este mismo la había reservado para celebrar la unión legal entre su hija y su ahora esposo.
En el sitio sólo estaban los más cercanos, el padre de JungKook junto a este mismo se encontraban hablando con el padre de JiAh, ella los miraba curiosa por lo bien que se llevaban; quizás tenían varias cosas en común que los hacía hablar sin detenerse mientras sostenían una copa de champaña en su mano.
Al cambiar su mirada, JiAh notó a SoHee hablando con una sonrisa hacia SeokJin. Acarició suavemente su panza mientras volteaba a ver a su hermana junto a NamJoon, quien era su principal competencia. Soltó una risita con eso.
SunMi pasó años peleando verbalmente, aunque de manera educada, con NamJoon, pues este era la competencia más fuerte en los juzgados... verla ahora sonriendo hacia él era extraño. Luego del divorcio del mismo, este pasó a ser el soltero más codiciado de Corea, pues era un duro en los tribunales y era considerado el mejor abogado de todo el país luego de diez años de carrera... y ahora mismo parecía estar cazando a su hermana: la leona, como la describió una vez que almorzó con él.
Volteó la mirada con una sonrisa por ese recuerdo y siguió hacia otro lado para observar a Jimin con Haneul hablando entre ellos mientras también sostenían una copa. JungKook refunfuñó un poco cuando supo que lo había invitado pero luego le bajó dos a su humor cuando JiAh le dio una mirada seria.
Dentro de los demás invitados estaban el fiscal Woo; quien seguía siendo su amigo y jefe, además de Sana; quien siempre fue muy amable con ella y ahora eran muy cercanas. Estaba bien con esos pocos invitados, no necesitaba más que esas personas buenas compartiendo con ella en su felicidad.
Dio unos pasos para mirar por la ventana que daba hacia la ciudad para notar como el sol empezaba a ponerse, sonrió con suavidad y sintió que alguien se puso a su lado, volteó a verlo y vio la sonrisa de Jimin hacia la puesta de sol.
— Me hace feliz verte a ti serlo, JiAh. — ella no dijo nada y sólo le vio su hermoso perfil, Jimin era demasiado guapo, mucho más con su cabello largo y rubio.
Él seguía teniendo su carrera como bailarín profesional y había obtenido muchísimos logros en este tiempo transcurrido, tanto así que había inaugurado una empresa propia que contenía su propia academia de baile. Le estaba yendo bien y ella lo admiraba.
— Gracias. — murmuró asintiendo y prosiguió luego de mirar a los alrededores y no notar a su novia por ningún lado.— ¿Y Haneul?
— Ha ido al baño. — mencionó para voltear y ver a los ojos a quien ha sido su mejor amiga por casi la mitad de lo que lleva de su vida. JiAh le sonrió con suavidad y él prosiguió.— ¿Sabes? Es difícil hablar contigo... nunca te deja sola cuando estamos en una misma habitación. — dijo riendo un poco y JiAh amplió su sonrisa mientras miraba a JungKook hablando con su ahora suegro, aunque lo pilló mirándolos de reojo.
— Es muy celoso, y más si es contigo con quien estoy. — mencionó JiAh siendo totalmente sincera.
— Y no lo culpo ¿sabes? — mencionó mirándola fijamente. Ella iba a hablar pero él continuó:— a pesar de que haya pasado más de un año desde que terminamos, aquello... — se interrumpió y se encogió de hombros.— sigo considerando que eso ha sido la mejor etapa de mi vida. — murmuró bajando su mirada y JiAh tomó aire profundamente.
— ¿Tu etapa de mujeriego e infiel? — preguntó con tono burlón para calmar el ambiente, pero ella sabía a qué se refería. Al reír un poco lo vio sonreír cortamente y negar con suavidad.
— No... — susurro.— la de encontrar al amor de mi vida. — susurró en un suspiro y luego sacudió su cabeza.— en fin... de eso se trata la vida... a veces creemos que podemos ser feliz con alguien y resulta que no es así... — mencionó por lo bajo. JiAh no sabía si se refería a su antigua relación o a la que tenía actualmente con la chica que aún no se aparecía para interrumpir ese nostálgico e incómodo momento.
— Haneul es una gran chica. — mencionó con suavidad mientras negaba a lo que él estaba diciendo.
— Claro que lo es... — asintió y luego apretó sus labios.— la quiero mucho... pero es difícil olvidar a quien amas en realidad. — se encogió de hombros nuevamente y después sonrió aún más.— ¿Y ya saben qué será? — preguntó de pronto emocionado mientras colocaba la mano en esa panza abultada de ella. Todo para cambiar el ambiente, y JiAh lo agradecía.
Ella rio un poco para olvidar esa incómoda conversación, asintió con esa amplia sonrisa mientras miraba su panza y luego alzó la mirada para verlo, abrió la boca para contestar y en ese momento se apareció Haneul para acercarse y tomarle del brazo al chico.
— JiAh, te ves demasiado hermosa. — mencionó la resplandeciente chica mientras la miraba con cariño. Ella era en verdad muy cálida y amable, esperaba que su mejor amigo viera todo lo hermoso de su corazón y pudiese enamorarse una vez más.
Así como le pasó a JungKook.
— Gracias, Haneul, igualmente eres preciosa... Jimin tiene suerte. — mencionó para ruborizarse luego de ver la mirada amable y enamorada de ella para después ver la nostálgica y enamorada de él... pero no exactamente de su novia.— Bueno, yo... debo buscar a mi esposo. — mencionó a ambos y les sonrió una última vez antes de darse la vuelta y emprender camino hacia ese pelinegro hermoso que la esperaba con una sonrisa.
Al llegar a él y tomarle la mano que tenía extendida, fue sorprendida por un fuerte dolor en su vientre. Se inclinó hacia adelante y sintió las manos de JungKook tomarla para que no cayera.
— Nena ¿Qué tienes? — preguntó preocupado y todos notaron lo que sucedía.
— Ah~ me duele muchísimo... creo... — no pudo continuar cuando sintió ese fuerte dolor y un líquido correr por sus piernas.
— Está teniendo contracciones y ya rompió fuente. — mencionó el padre de ella y JungKook lo miró asustado.— Va a nacer... ya. — le dijo con sus ojos en grande y JungKook la cargó en brazos mientras la llevaba a afuera, hacia el auto.
Por suerte el sitio no era tan lejos del hospital.
— Respira, amor... vamos al hospital. — mencionó nervioso y asustado.
— JungKook, déjame manejar a mi. — mencionó Jimin igual de preocupado mientras le pedía las llaves.
JungKook olvidó todos los celos y rencor por un momento y le lanzó las llaves para que este tomara la responsabilidad de conducir mientras él iba a darle ánimos y apoyo a su esposa en medio de las contracciones.
No supo quiénes fueron detrás del auto de ellos en cuanto Jimin encendió el vehículo. Sólo supo que en todo el camino JiAh iba gritando del dolor tan fuerte que sentía.
Al llegar al hospital, varios médicos de urgencias salieron con una camilla en cuanto abrió la puerta y Jimin exclamó pidiendo ayuda. Subieron a su esposa a una de éstas y la llevaron al interior de la sala para proceder y llevarla a la sala de partos.
— Necesito estar con mi esposa, doctor. — JungKook pidió con la respiración agitada y su corazón acelerado.
— Claro, venga conmigo. — hizo un gesto con su cabeza y JungKook lo siguió.
Jimin se quedó allí en la sala de espera y soltó un fuerte suspiro al verlos desaparecer por el pasillo.
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JiAh respiraba por su boca como le indicaba el doctor a cargo de su parto. Este le pedía respirar profundamente para después indicarle que debía pujar fuertemente. JungKook a su lado con el traje protector le tomaba la mano mientras ella lo apretaba cuando el dolor incrementaba.
— Vamos, amor... tu puedes. — susurró contra su sien sudada y ella sorbió su nariz cuando sintió la respiración y la calidez de su cuerpo.
Al ella asentir esperó las indicaciones del médico.
— Respira profundamente, JiAh... profundo y luego puja. — indicó el doctor y ella asintió tomando aire profundamente.— Puja... — pidió el doctor y ella lo hizo, tomando la mano de su esposo con fuerza.
Este le dio un beso en su sien y luego juntó su rostro con esa parte sudada de ella mientras cerraba sus ojos y trataba de calmar sus nervios.
— Tu eres una guerrera... puedes con todo y lo sabes. — susurró y ella soltó unas cuantas lágrimas antes de tomar aire profundamente otra vez.
— Puja, JiAh. — pidió el médico y ella hizo caso para soltar un grito desgarrador para JungKook.— Vamos, no falta mucho... ya viene.
Al decir eso, JungKook sintió el corazón corazón en la garganta. Miró hacia esa parte por donde iba a salir su retoño y siguió animando a su esposa.
— Vamos, amor... confío en ti, te amo. — dio otro beso contra su sien y luego le besó la mano que lo tomaba.
Ella siguió las instrucciones, y en dos repeticiones escuchó ese llanto en particular. Ese pequeño y agudo llanto que les decía que ya eran papás.
— Felicidades, JiAh, eres una campeona. — halagó el doctor y ella dejó caer su cabeza estando agotada y adolorida. Sonrió viendo hacia esa criatura al igual que JungKook, pues una enfermera estaba envolviendo su cuerpito con una manta quirúrgica antes de llevarla a limpiar.— Felicidades a ambos, ya son papás. — sonrió el médico hacia ellos.
Al acercar esa preciosidad hacia ellos, colocaron ese pequeño cuerpo sobre los brazos de su madre y ella sonrió feliz para luego darle un beso en su frente mojada.
— Amor, aquí está... aquí está nuestra felicidad... nuestro rayito de luz. — murmuró JiAh con su voz cortada para luego levantar su mirada brillosa y verlo con sus ojos llenos de felicidad. JungKook parecía en shock mientras no emitía emoción alguna al ver a esa pequeña criatura que ya los unía de por vida. JiAh relamió sus labios bajando la mirada y luego la volvió a subir a él.
JungKook tenía lágrimas en sus ojos. Estaba llorando a cantares mientras sonreía y se inclinaba para darle un beso en los labios a JiAh, luego de eso se inclinó un poco más y dio un beso suave a esa cabecita mojada.
— Te amo... nuestra pequeña MiAh. — susurró contra la frente de la pequeña nena que aún emitía su agudo llanto. Volvió a darle un beso en su frente y prosiguió a darle uno en la mejilla a su querida esposa.— Te amo, te amo demasiado, JiAh... gracias por esto, de verdad. — mencionó con su voz cortada mientras seguía soltando lágrimas.
JiAh sonrió soltando lágrimas también para después acercarse y darle un beso a su pequeña niña, así como lo había hecho su esposo.
Era una hermosa escena para los doctores. Ver a una pareja feliz mientras recibían a su bebé, a su regalo de la vida.
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