Cuarenta y cinco
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JungKook vio a SunMi caminar hacia él mientras que detrás de la misma venía el padre de ambas hermanas. Tragó fuerte sin saber cómo manejar la situación. SoHee había ido al baño prometiendo volver en unos minutos y aún no había llegado, así que simplemente esperó por el reclamo de alguno.
— JungKook. — soltó en un suspiro y luego lo abrazó para darle un poco de confort, eso lo desconcertó un poco, puesto que no se lo esperaba. El señor Seo tenía su rostro casi igual de destruido que el suyo, y entendió perfectamente lo que pudo haber sentido en cuanto supo que su hija estaba en el hospital.
— No llegué a tiempo. — murmuró con la voz cortada y SunMi se separó para verlo con sus ojos aguados mientras negaba.— no pude defenderla, lo siento... lo siento tanto. — dijo quebrado y estaba por arrodillarse para pedir perdón cuando SunMi lo tomó del brazo prohibiendo que lo hiciera.
— No pidas perdón... nada de esto es tu culpa. — contestó en un llanto suave y doloroso, JungKook negó frenéticamente y miró al mayor que usaba su bastón.
— Perdóneme... — susurró mirando la mirada destruida del mayor.— no soy digno de merecer el amor de su hija, no fui capaz de cuidarla...
El señor se acercó a él y con su mano libre le tomó el brazo apretándolo.
— Sé que es doloroso estar aquí en estos momentos, pero no es culpa tuya todo lo que pasó... — murmuró sorbiendo su nariz.— JiAh es terca, tiene mi carácter y ella se metió allí por cosas que la vida nos pone como prueba... pero tengo fe en que usará ese mismo carácter para luchar y salir de esa habitación ¿entiendes? — mencionó con dureza apuntando hacia la unidad de cuidados intensivos, una fuerza que sacó de lo más profundo de su corazón en esos momentos dolorosos para todos. JungKook asintió entre sus sollozos y el mayor continuó.— el hecho de que estés aquí, que la hayas traído a tiempo, que estés sufriendo por ella... eso te hace merecedor de su amor, no lo olvides... JiAh te ama y te necesita a tí.
Al calmarse un poco la situación SeokJun, el padre de JiAh, se sentó a un lado de JungKook mientras SunMi fue a preguntar por el avance de los estudios de su hermana.
— Señor Seo... — llamó JungKook en un murmullo mientras mantenía la mirada en el piso, sus codos sobre las rodillas y sus manos vendadas rozando entre sí. Había recibido ayuda con sus heridas y ya estaban tratadas.
— Dime, JungKook. — dio el pase y el chico tragó fuerte.
— JiAh está embarazada. — murmuró suavemente y el mayor se quedó en silencio. El pelinegro con los ojos llorosos lo miró y el señor se veía pensativo.
— Sí... — susurró bajando la mirada.
— ¿Lo sabía? — preguntó confundido, el señor asintió no muy seguro.
— JiAh llegó muy nerviosa del hospital con SunMi... cuando quedamos solos unos minutos le pregunté qué pasaba y me lo contó. — murmuró suspirando.— Se lo dije a SunMi cuando veníamos en camino... está aún más preocupada por esa razón... y yo también lo estoy. — asintió lentamente y JungKook tragó fuerte.
— La droga que le dieron... era escopolamina. — susurró sólo para ambos y el mayor lo miró.— ¿Qué efectos podría tener para el bebé?
El señor tomó aire profundamente y pensó muy bien en cómo decirle con tacto lo que iba a oír el chico. Era difícil para todos, mucho más para él y para JiAh.
— Si una mujer embarazada es forzada a tomar escopolamina, podría conllevar riesgos para el desarrollo normal del bebé, JungKook, como malformaciones congénitas o problemas neurológicos... — dijo con suavidad y el chico sorbió su nariz para bajar la mirada nuevamente.— Por suerte aún están vivos los dos y... sólo queda esperar.
— ¿Cree que pueda ser muy grave? — preguntó nuevamente y el mayor no supo darle una respuesta segura.
— Todo varía dependiendo de la cantidad que le hayan dado... — el menor asintió y sorbió su nariz para soltar sus lágrimas nuevamente.— puede ir de lo más grave como malformaciones en el feto o de lo más suave como algún problema neurológico como déficit de atención, hiperactividad y así... — JungKook no dijo nada más y simplemente se quedó pensativo mientras miraba al suelo. El señor Seo tragó fuertemente para ahogar el dolor que estaba sintiendo en esos momentos y así poder darle algo de confort al chico, un apoyo que necesitaría muchísimo.
SunMi llegó nuevamente a ellos y suspiró cruzando sus brazos. El doctor venía detrás de ella, por lo que JungKook se levantó siendo seguido por el mayor.
— Muy bien, ustedes son los familiares de la señorita Seo JiAh ¿no? — todos asintieron.— bien entonces... — abrió la carpeta que tenía en sus manos y leyó el primer papel.— la señorita JiAh presentó múltiples heridas en el rostro las cuales fueron examinadas por los forenses que vinieron y se llevaron las evidencias... — miró a los familiares y quiso aclarar eso.— esto fue por decisión del hospital debido a que la paciente recibió escopolamina y uno de los efectos de ésta es la pérdida de memoria, en casi todos los casos de lo sucedido antes, durante y luego de ingerirla. — ellos asintieron y el doctor volvió a ver la segunda hoja.— le hicimos unos chequeos ginecológicos para descartar algún abuso sexual y... no tiene rastros de líquido seminal o desgarre, por lo que la violación queda descartada.
JungKook fue el primero en soltar un suspiro fuerte de alivio con la noticia, agradeciendo internamente de que a la persona más importante de su mundo no le hubiese pasado algo como eso.
— Creemos que por usar un pantalón tuvo la suerte de no pasar por eso. — murmuró con una leve sonrisa, una muy pequeña que no pudo mantener por mucho para continuar con su profesionalismo.— los chequeos de obstetricia revelaron que el bebé no presentó problemas luego de la ingesta de la droga, pero... no aseguramos cómo será el proceso del embarazo de ahora en adelante, sólo deben seguir constantemente todo el proceso, los primeros meses son muy importantes por el desarrollo de sus órganos, y JiAh cuenta con sólo mes y medio. — respondió la pregunta que JungKook ya tenía formulada para hacerle.— Tuvo mucha suerte. — aclaró mirando a todos a los ojos.
— Disculpe, soy Doctor y Neurólogo... ¿cree que me podría prestar los estudios que le hicieron a mi hija? Me gustaría saber si su cerebro no tuvo alguna alteración con la droga y los antidepresivos que ella estaba tomando. — el doctor a cargo asintió.— Ya vuelvo. — les dijo el mayor a JungKook y SunMi.
— Disculpe ¿Puedo verla? — preguntó JungKook en cuanto se percató de que ambos profesionales se retiraban.
— ¿Es su familiar directo? — preguntó el doctor y JungKook tragó lo inexistente en su boca antes de hablar.
— Soy su novio, el papá del bebé. — el doctor asintió y JungKook los acompañó.
— JungKook, llamaré al psicólogo de JiAh y a su médico de cabecera, ambos saben todo sobre la salud de JiAh. — el nombrado asintió agradecido y siguió detrás de los profesionales.
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Entró a la habitación donde habían trasladado a JiAh luego de estar fuera de peligro y se sintió tranquilo al saber que ella, la mujer más importante de su vida estaba bien, delicada pero bien... nada más lo ponía feliz saber que no la perdió, que no se fue de su lado.
No hubiese soportado ese dolor, no hubiese soportado perder al amor de su vida junto con su bebé.
Se sentó en una silla a un lado de ella en la cama y con delicadeza le tomó la mano para besarla con suavidad, un tacto que ahora mismo ella necesitaba. Se levantó un poco y se acercó para acariciarle la cabeza antes de darle un beso en la frente. Ella tenía conectada a su cuerpo varias cosas, pero lo principal era el oxígeno que la mantenía estable, el ritmo de su corazón estaba normal y no casi ido como cuando la encontró en el callejón.
Jamás vería algo tan espantoso como eso.
Sintió que ella iba a morir, y si pasaba él moría con ella. Así se sintió.
— Te amo... eres una luchadora, nena. — sonrió suavemente y luego se le escapó una pequeña risita.— Te has mantenido fuerte, y todo por esa cosita que está dentro de ti... — susurró acercándose a la mejilla de ella y luego la acarició con su nariz, se acercó a su oido y sonrió un poco más.— Tienes un gran tesoro dentro de ti... tienes a nuestro amor personificado, creciendo dentro de ti poco a poco... — se alejó con su pequeña sonrisa y luego la borro un poco.— a pesar de todo lo malo vivido hoy, la noticia de que estás embarazada fue como... — miró a todos lados y suspiró.— ni siquiera sé cómo describir lo feliz que me puso saberlo... — rio un poco y luego se sentó en la silla nuevamente.
Besó la mano que no tenía nada conectado y luego la puso en su mejilla para sentirla, mirándola fijamente, viendo como a pesar de los golpes ella seguía viéndose espléndidamente bien. Sonrió por ello y cerró un momento sus ojos para respirar con calma.
— Sé que te he hecho muchas veces esta promesa y al final no la cumplo, pero... — se quedó pensativo una vez abrió los ojos y luego miró su rostro relajado en la inconsciencia.— Quiero hacerlo una última vez... te juro que ésta será la última vez que te prometo esto, porque no te volveré a fallar... — miró sus facciones y continuó.— Te prometo estar ahí, te prometo acompañarte en cada momento, mucho más cuando me necesites... te prometo cuidarte y protegerte de todo lo que te quiera hacer daño... prometo no descuidarte ni un segundo... — Besó su mano nuevamente y continuó.— Te amo, y te amo con mi vida... pero... tienes que acatar y aceptar desde ya que me tienes que compartir... — rio un poco y recordó las palabras de JiAh cuando le decía que a ella tampoco le gustaba compartir.— tienes que aceptar que así como te amo, también amo a la cosita dentro de ti... y una vez fuera tendrás que aceptar compartir mi tiempo con él o ella ¿estamos? — siguió riendo poco a poco y luego dejó con suavidad la mano de ella sobre la cama.
Con sus brazos cruzados sobre el colchón, se recostó a su lado mientras la miraba desde esa posición. Intentando acostumbrarse a la idea de que ahora no sólo se unía a esa preciosa mujer por medio de sus corazones que se amaban, sino también el hecho de que la cosita con forma de canica dentro de ella era su conexión más fuerte.
El doctor le había mostrado una ecografía que le habían hecho y se sorprendió con lo pequeño que era su bebé. Pero sintió tanta felicidad al verlo que no pudo parar de sonreír.
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JungKook sintió una claridad pegarle en el rostro y abrió poco a poco sus ojos. La noche anterior se había quedado dormido sin darse cuenta, se incorporó de donde estaba recostado y levantó el rostro para ver el de JiAh. Y sonrió de inmediato.
Ella lo miraba de forma débil, mientras parpadeaba lentamente, no se movía pero lo miraba con esos ojos que le decían que no se preocupara por ella.
— JiAh. — dijo emocionado y tomó su mano para besarla. Ella hizo un intento por sonreír un poco pero no lo logró y sólo movió un poco la comisura de sus labios.— despertaste, nena. — susurró con una risita y se levantó para darle un beso largo a su frente.
Por su parte JiAh sintió su cuerpo pesado mientras intentaba moverse, por lo cual, después de varios intentos esperó hasta sentirse más despierta. Lo único bueno era que estaba viendo al hombre más guapo que había visto en su vida.
— Le informaré al doctor. — dijo SunMi en cuanto se dejó notar en la puerta con dos cafés.
Cuando el profesional ingresó a la habitación revisó que JiAh estuviese bien antes de acomodarla y hacer que se sintiera mejor.
— ¿JiAh, puedes oírme? — ella hizo el esfuerzo por asentir y luego el doctor iluminó sus pupilas con la pequeña lámpara en sus ojos para ver cómo éstas se volvían pequeñas.— ya está pasando el efecto... — apagó la lámpara y le dio una sonrisa a JiAh.— Luchaste mucho y lo lograste. — ella lo miró algo confundida y él siguió sonriendo para luego incorporarse, volteó hacia los familiares y les sonrió un poco.— aún tiene algo de amnesia, pero recuperará la memoria poco a poco en el transcurso del día.
— Gracias, doctor. — mencionó SunMi mientras JungKook sólo asintió para volver a acercarse a la chica.
— Nena ¿Cómo te sientes? — preguntó tomándole la mano despejada para sentarse a un lado de ella, a la orilla del colchón.
— ¿Yo? Bien... — murmuró confundida y luego le miró todo el rostro.— ¿Por qué estás tan sucio? — preguntó con suavidad mientras lo veía más confundida, él rio un poco y se llevó la mano de ella a los labios.
— Olvida eso, no tiene importancia. — negó con su cabeza mientras sonreía.
— ¿Qué hago aquí? — volvió a preguntar en un susurro débil. Lo miró con el ceño fruncido y JungKook en ningún momento dejó de sonreírle.
— Te desmayaste y te trajeron aquí. — susurró en respuesta para ver los ojos de ella sorprendidos por lo que le decía.— pero estás bien. — tomó su mano entre las suyas y la llevó a sus labios mientras la veía a los ojos.— tu y nuestro pequeño están bien. — mencionó haciendo que la chica abriera los ojos en grande.
— ¿Cómo lo... — él rio un poco y simplemente se acercó para darle un beso en su nariz.
— Me has hecho el hombre más feliz del mundo con esto... de verdad, JiAh... — Acarició su nariz con la de ella y ésta cerró los ojos sintiendo las caricias bajo su respiración tranquila.
— ¿De verdad? ¿No te sientes presionado? — preguntó con suavidad pero preocupada a la vez. Él negó de inmediato y siguió brindándole caricias.
— Jamás, voy a querer tanto a ese bebé que no me reconocerás. — rio un poco y ella sonrió débilmente.
— Te amo ¿sabes? — mencionó ella en otro susurro débil.
— Claro que lo sé... y no hay nada más fuerte que la conexión que tenemos a través de nuestro pequeño para demostrarlo. — murmuró riendo y ella lo hizo igual para detenerse después de sentir una pequeña incomodidad.
— ¿Él está bien? — preguntó con debilidad mientras se soltaba del agarre de JungKook para posar su mano en el vientre.
— Sí, lo está... — susurró asintiendo y ella suspiró tranquila para dejarse llevar por las caricias de su novio.
Cuando JungKook se dio vuelta notó que los habian dejado solos, asi que se tranquilizó. Él se acercó y la envolvió suavemente entre sus brazos, para brindarle todo el amor y la protección que necesitaba... y que él estaba dispuesto a darle a ambos.
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