Cuarenta
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Se detuvieron en la entrada de ese amplio lugar verdoso y solitario, JungKook salió del auto para luego asomarse por la ventanilla viendo a SoHee y GaEun sonreirle con suavidad.
— Ve, te esperamos aquí... — mencionó SoHee para verlo asentir.
— No tardes mucho, parece que va a llover. — dijo GaEun con más tranquilidad que SoHee y JungKook agradeció que al menos hubiese alguien más calmado que él y su mejor amiga.
Luego de la cita con su psicólogo, SoHee pasó a buscarlo y él en medio de un llanto descontrolado le contó todo lo que estaban viviendo él y JiAh, necesitaba hablarlo con una amiga cercana y por suerte SoHee prometió no decir nada, por lo cual, GaEun no estaba enterada.
SoHee le prometió ser más considerada con ambos a la hora de hablar de ciertas cosas, puesto que su desconocimiento del tema hacía que a veces tocara temas que quizás para ellos dos podría ser difíciles. Así que prometió hacer todo lo posible por ayudarlos.
Caminó hasta el lugar y se acercó a la tumba de Suni para dejar las flores que traía para ella: Peonías, las hermosas flores que tenían un color rosado pastel muy hermoso, se veían delicadas y frágiles pero con un poder sanador enorme. Creía que podía definir a Suni antes de fallecer, porque luego de la enfermedad, las palabras "frágil" y "delicada" estaban presentes en ella todo el tiempo.
Al quedar de cuclillas soltó un suspiro mientras miraba la foto de aquella alma hermosa que iluminó sus días oscuros hace casi más de diez años, cuando aún sufría por la falta de su madre y ella, quien aún no había perdido la suya, le animaba a ser fuerte y paciente con la vida.
— Siempre me dijiste que fuera paciente con la vida... ¿Pero dime qué puedo hacer ahora cuando todo parece ir en contra de mi felicidad? — preguntó en un susurro y empezó a llorar un poco.— Vine a visitarte y a traerte unas hermosas flores que sé que te encantaría verlas junto a ti. — sorbió su nariz y continuó.— Disculpa que nuevamente esté aquí llorando y... que no sea por ti... no sé si se consideraría una falta de respeto a tu memoria o... — no pudo continuar porque siguió llorando a cántares sin siquiera dejar escuchar su llanto.
Se sentó completamente en el césped y abrazó sus piernas para ocultar su rostro en ellas, luego de unos segundos la levantó y miró la foto.
— Perdón, perdón... — tocó la imagen con sus dedos y luego suspiró.— Pero es que me cuesta sobrellevar la situación de ambos cuando acabo de reconocer que también necesito ayuda. — murmuró y tragó fuerte, se calmó un poco y continuó.— Hoy fui a ver al psicólogo y me hizo entender que no podía manejarlo todo, que necesitaba ayuda o desahogo de vez en cuando para poder continuar. — mencionó mientras asentía mirando el rostro lindo y suave que tenía Suni en esa foto.— Me costaba entender lo que tú me decías que hiciera para tener a JiAh conmigo... creía que tu estabas equivocada y no que yo era el que necesitaba ayuda... — susurró eso último y sonrió levemente para continuar.— ahora comprendo mejor todo y... no me rendiré, necesito a JiAh y aclararé todo porque en verdad no la quiero perder.
Nuevamente se puso de cuclillas y luego se acercó para limpiar un poco el nombre de la tumba junto a la foto. Veía en esa foto a una joven y hermosa chica, pero la veía con un recuerdo hermoso de su vida... lo que él no hubiese creído nunca era que ahora mismo la estuviese viendo sin sentir aquella punzada por el amor que tenía hacia ella... ahora mismo ella no era el amor de su vida, y su mente y corazón sólo tenían a una persona.
— Me tengo que ir... pero... prometo que luego de estar mejor, vendré a verte, Suni. — sonrió levemente y se levantó para limpiar un poco su ropa y verla desde arriba.
Tal cual cliché de película de amor o tristeza, empezaron a caer gotas sobre su cuerpo, una a una cayeron hasta que la llovizna empezó más fuerte. La bocina del auto de SoHee sonó en la entrada y él suspiró dando pasos hacia atrás antes de continuar hacia la salida del cementerio, allí entró en el auto y vio los rostros algo preocupados de las mujeres.
— Oye, Kook... lo menos que necesitas ahora es un resfriado ¿Quieres? — él asintió y le sonrió agradecido por su preocupación.
— ¿Mejor? — preguntó GaEun hacia él cuando giró su torso para verlo mejor en los asientos traseros.
— Sí, mejor, GaEun... Gracias. — le sonrió levemente y ella la imitó antes de acomodarse. SoHee emprendió camino hacia la ciudad nuevamente y el silencio en el espacio cerrado no fue tan incómodo como cuando venían.
Tal vez JungKook sí estaba mejor.
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En el estacionamiento de su edificio detuvo el vehículo cuando luego de preguntarle al vigilante, este le dijera que JungKook no había pasado por allí, por lo que se sentía más tranquila. No quería verle los ojos grandes y brillantes porque se pondría aún más nerviosa de lo que ya estaba.
Cerró la puerta del vehículo y caminó hacia el elevador mientras sus pasos resonaban con cansancio. Se sentía agotada mentalmente y creía que no podía más.
Suspiró desganada y sintió su teléfono vibrar en la cartera que yacía colgada en su codo. Allí un mensaje de reproche de su hermana estaba presente, pero sabía que SunMi sólo estaba preocupada por ella. No le contestó más que un "voy para allá" antes de subir a la caja metálica. Recostó su cabeza a la pared mientras llegaba a su piso y salió luego de un par de minutos.
Abrió la puerta de su hogar y se dio paso viendo la oscuridad del apartamento. Caminó hacia su habitación directamente y procedió a dejar sus cosas sobre la cama para quitarse la ropa, pues quería tomar una ducha refrescante.
Tomó la bolsa de la farmacia de su cartera y sacó lo que había comprado para ponerlo en el lavamanos al entrar al baño. Antes de ir donde SunMi debía llevarse sus medicamentos, puesto que los había dejado hace días y el médico le recomendó volver a este luego de haberlo llamado mientras venía en el auto, además de que debía ir mañana a una consulta, todos esos pensamientos junto a lo vivido el día de hoy la hizo sentimental nuevamente.
Entró a la ducha rápidamente y abrió para sentir el agua caer en su cabello... Estuvo unos minutos celestiales allí dentro y después salió para secar su cuerpo, salió luego del baño para ir al closet y buscar algo de ropa cómoda con la que pudiese ir a casa de SunMi.
— Aquí estás. — murmuró esa voz hermosa a su lado y ella giró repentinamente su rostro para verlo sorprendida.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó un poco temblorosa y él se acercó lentamente.
— SunMi me llamó y vine lo más rápido posible... te conozco muy bien como para saber que vendrías aquí... — susurró esta vez y levantó sus manos queriendo tomarle las mejillas, pero se contuvo al verla con sus ojos aguados mientras desviaba la mirada.— Quiero que hablemos. — susurró nuevamente y JiAh levantó la mirada para verlo.
— En estos momentos no puedo... — murmuró dejando notar el temblor en su voz. JungKook se atrevió y le tomó el rostro para acariciarle las mejillas con sus pulgares para susurrarle un "Hey" y llamar su atención.
— Estoy más que seguro que me amas, JiAh. Lo estoy, amor, sólo fue un malentendido. — su nariz rozó la de ella y ésta soltó nuevamente unas pocas lágrimas.
— Intento todo por ser suficiente, de verdad... — susurró y él asintió rápidamente para seguir acariciando su piel con los dedos.
— Y lo eres, eres más que suficiente para mí... es más, creo que eso es más de lo que yo pudiese recompensar. — susurró en medio de una pequeña risita y ella sonrió débilmente queriendo llorar nuevamente.— Por favor... no desconfíes de ti ni de mi... no desconfíes de nosotros. — pidió sintiendo las caricias que sus narices se proporcionaban.
— Pero, Suni...
— Ya basta. — interrumpió, con la voz un poco cortada.— basta de eso, Suni no está, murió... ¿entiendes? — JiAh lo miró un poco sorprendida por su actitud pero no dijo nada, parecía realmente desesperado.— mi vida eres tu... sólo tu... — le dio un beso en su frente y luego la atrajo en un abrazo mientras ella escondía el rostro en su cuello. La fémina le rodeó la cintura con sus brazos y no pudo evitar sentir una calidez enorme al abrazarlo de nuevo.
Parecía que en toda la noche y la mañana había sentido más frío que cualquier otra temporada invernal, y ahora se daba cuenta de la influencia positiva que tenía JungKook en su vida. Cerró sus ojos sintiendo su corazón en el pecho de su cuerpo y eso le brindaba muchísima más paz de la que imaginaba.
— Te contaré realmente lo que escuchaste. — ella escuchó atentamente su voz y este soltó un suspiro antes de proseguir.— Realmente lo que le contaba a SoHee es de una vieja anécdota que tuve cuando pensaba en Suni... luego de que ella muriera y pasara lo que pasó entre tu y yo me llegó ese pensamiento de que nadie me iba a amar como Suni lo hizo, pero... luego de eso y todo lo que hemos pasado en esta nueva aventura juntos, me hizo entender que realmente Suni pudo haberme amado... pero nuestro amor, JiAh — se separó para verla mejor y la castaña lo miró fijamente a esos hermosos ojitos redondos.— nuestro amor me ha hecho entender que tu eres el amor de mi vida y yo soy el tuyo... que eres la persona que el destino ha puesto para mi vida, que no podré amar a alguien de ésta manera en la que te amo a ti. — bajó la mirada para quitar un brazo suyo de su cintura y así tomarle la mano para llevarla a sus labios y dejarle un suave beso.— Eres todo lo que quiero y necesito... nada más. — susurró contra sus nudillos y JiAh simplemente se quebró.
Quitó su mano del agarre de forma brusca, cosa que lo sorprendió un poco antes de verla abalanzarse a su cuello en un abrazo necesitado y posesivo, él cerró sus ojos y correspondió de inmediato abrazándola desde su cintura algo delgada.
— Lo siento... lo siento. — acarició sus narices en un roce íntimo y él negó repetidamente para luego levantar su mano y acariciarle los labios con su dedo índice.
— Yo soy consciente de que me amas ¿bien? — JiAh asintió sonriendo débilmente y luego JungKook lo hizo.
— Y te amo más de lo que imaginas. — susurró, con su sonrisa más amplia. JungKook también amplió la suya y volvió a abrazarla.
Luego de un rato de estar abrazados ambos fueron a la cama de ella y allí se acostaron para él tenerla con el rostro en su cuello, su mano abrazando su cintura y su pierna abrazando la suya. Mientras eso, él repartía caricias en su cabello y ella sentía su protección abordarla.
— SunMi estaba muy preocupada. — le mencionó mientras acariciaba su cabello cuando JiAh se mantenía oculta en su cuello, oliendo su aroma favorito.
— ¿Y de cuándo a acá tu y ella son muy amigos? Pensé que se odiaban. — murmuró para hacer reír un poco a JungKook mientras resoplaba.
— Creo que tú has hecho que seamos más cercanos. — la abrazó fuertemente y luego besó su cabeza.
JiAh sonrió y pensó en el día de hoy, abrió la boca para contarle lo que había pasado pero la voz de YoonGi resonó en su cabeza.
"...no haces lo que te ordeno y yo mismo me encargo de mandar a asesinar a tu noviecito."
"...Una palabra de esto y él muere ¿me entendiste?"
Y simplemente cerró la boca y se tragó sus palabras. Hizo un murmullo que llamó la atención de él y luego este decidió preguntar:
— ¿Además de lo de ayer... has tomado más alcohol? — JiAh levantó su rostro y se sostuvo de su brazo sobre la cama, viéndolo desde arriba.
— No, yo... llamé al doctor y tengo que ir a una consulta mañana. — mencionó para tratar de no pensar en lo otro ocurrido.
— Eso es bueno... — asintió y JiAh lo vio fijamente.— yo fui al psicólogo también. — ella abrió los ojos de más y este asintió.— lo necesitaba, JiAh y... — tomó la mano de ella, que ahora estaba en su pecho, para llevarla a sus labios y darle un beso antes de entrelazar sus dedos.— Me encantaría que fuésemos juntos luego... siento que hemos obviado nuestra prioridad como pareja y es bueno que estemos bien antes de cualquier proyecto a futuro ¿no te parece?
Ella asintió lentamente y luego sonrió un poco con eso último.
— Me encanta que nunca te rindes... — dijo con una sonrisa enamorada y él la imitó para luego sonrojarse.— Estoy orgullosa de ti. — él la miró a los ojos fijamente y luego borró la sonrisa al ver sus labios. Tiró de la mano que tenía entrelazada con la suya y sus labios se encontraron en un beso suave y apasionado.
— Yo lo estoy mucho más de ti... — susurró en sus labios y siguieron compartiendo besos suaves que de pronto los hicieron reír cuando se volvieron cortos y seguidos.
JungKook la dejó debajo de él y prosiguió a repartirle muchos en el rostro, por lo cual JiAh empezó a reír fuertemente mientras con sus manos en el pecho de él, intentaba apartarlo un poco.
— ¿Te preparo algo de cenar? — preguntó suavemente en lo que estuvo con su nariz junto a la de ella. Ésta asintió rápidamente sintiendo mucha hambre y él sonrió por eso.— ¿Me acompañas? Así te daría a probar... — propuso con voz seductora y ella quiso hacerlo, pero recordó que debía tomar su medicamento.
— Te alcanzo en un momento, debo tomar mi medicina. — anunció y este asintió para levantarse mientras la ayudaba a ella a hacer lo mismo.
— Te espero. — murmuró atrayendo nuevamente su cuerpo hacia él para darle un corto beso.
Salió de la habitación y JiAh por su parte fue al baño para recoger lo que había dejado en el lavabo, guardó todo en una de las puertas del gabinete arriba del espejo y antes de cerrar se quedó mirando la bolsa un rato. Soltó un suspiro y volvió a tomar la bolsa para sacar las cosas.
Por otro lado para JungKook todo parecía estar bien, mejor que antes, entendiendo así que unas pocas y simples palabras podían cambiar un destino y dos vidas para siempre.
La vida era sencillamente complicada.
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