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Capítulo 4: Herida, pero sedienta por matar.

El tema de siquiera buscar el cadáver de mi difunto esposo no se habló más, todavía no era seguro de que yo me fuera a un barco en dirección a Castel porque los malditos merusos asaltaban los barcos. No había forma de que yo regresara, me resguardaban mejor que nunca porque temían que podían secuestrarme y ser usada en contra de los Rattlehead.

Al menos, esos indígenas el día de hoy se han mantenido bastante calmados, no hemos tenido ningún enfrentamiento directo y eso me gustaba mucho... o tal vez no.

Recuerdo que a partir de ese día, mi sed por sangre de negros muertos aumentó como nunca, no estaba segura si el ataque en mi contra que recibí fue planificado por ellos o fue algo al azar. Sólo sé que T4H (o Lars, mejor dicho) lo decretó como un intento de ataque hacia nosotros, a modo de guerrilla o algo así entendí yo.

¿Qué cosa tan fatal había pasado?

Un extraño animal, similar a una pantera o algún felino salvaje de ese tipo... de la nada, apareció y se me tiró encima, haciéndome caer al suelo por el enorme peso de éste y por el pánico del momento. Grité en completo horror por ayuda, después grité de dolor porque el animal rasguñó bruscamente mis ropas, dejando marcas sangrantes en mi abdomen y brazos, mi rostro gracias a Dios que no, porque me estaba cubriendo con mis brazos para evitar daños mayores.

De inmediato, alguien vino en mi ayuda, alguien muy caballeroso y gentil, dotado de gran belleza... con sus propias manos alejó al felino monstruoso de encima mío, le clavó su espada y a los poco segundos el animal rugió de dolor, huyendo de allí. Al rato llegó uno de los soldados y logró cazarlo, decapitándolo además.

- ¿Estás bien, Leonor? -dijo ese buen hombre, los demás estaban enfocados en ver al otro tipo que cazó al animal, me tomó la mano y me ayudó a ponerme de pie.

- N-no del todo, Lars... -me sobé el estómago, me dolía como el infierno, mis manos comenzaron a mancharse con mi propia sangre- Ah... -gruñí- Duele mucho... -hice una mueca.

- Oh, oh... -murmuró en voz baja- ¿Me dejas ver? -asentí y retiré mis manos de allí, él inspeccionó el área y luego suspiró- No creo que sea algo tan grave, aunque no sé qué criatura te habrá hecho eso... -volteó y se dirigió al hombre que cazó al animal, éste estaba exhibiendo el cadáver a los demás soldados- ¡Eh, Gary! ¡Tú que sabes de animales salvajes, ven para acá!

El tal "Gary" dejó de lado a los Rattleheads que estaban impresionados con el animal todavía, se acercó a nosotros. Yo me quedé viendo embobada los hermosos ojos de Lars que estaban posados en los míos, brillando de una manera maravillosa, sin duda, no podía negar que este hombre era un encanto.

- ¿Sí, jefe? -interrumpió mi fantasía este otro sujeto, rodé los ojos en disgusto y le quedé mirando raro a este tipo.

- Gary, te presento a Leonor de Vergara, la única mujer blanca en el continente... Leonor, te presento a Gary Holt, nuestro más habilidoso cazador.

- Un gusto, señor Holt -dije, a su vez que estrechábamos manos-. Muchísimas gracias por salvarme de... lo que sea que me haya atacado.

- El gusto es mío, señorita -sonrió-. No es nada, es mi trabajo cazar por comida, tengo asegurado que para ti y para T4H, ese felino los va a tener alimentados por una semana.

Reí un poco asqueada.

- No pienso en comer el animal que me atacó... -bufé y él rió también.

- Eh... Gary -interceptó el líder de la conquista-, ¿puedes ver las heridas de Leonor y decirme qué tan graves son?

- Um, está bien, jefe...

El cazador se arrodilló para revisar mi abdomen, tratando de limpiar la sangre que no dejaba de brotar e hizo una mueca.

- Es algo grave porque no para de sangrar, no obstante... Dudo mucho que muera, ¿no te mordió? -negué- Ah, entonces no. ¿Sólo te rasguñó? -asentí- Jefe, se recuperará dentro de poco, los pumas no suelen rasguñar de forma letal, aunque sus garras sean muy afiladas, no tienen veneno ni cosas de ese estilo. Leonor, te recuperarás pronto, no hay de qué preocuparse.

Lars y yo suspiramos en alivio.

- Oh, eso es muy bueno... -él sonrió de una forma preciosa, lo que hizo que mis entrañas se revolvieran demasiado- Bueno, Gary, te dejo para que hagas lo que quieras con el cadáver, aunque sería genial que esta noche nos alimentemos con algo nuevo, ¿no? -me guiñó el ojo y reí con delicadeza.

- Vale, veré cuánta carne se puede sacar de acá -rió también y luego regresó junto al "puma" que me quiso matar.

Lars y yo volvimos a mirarnos a los ojos, sin duda, este era un hombre que valía la pena, ¿cuándo en la vida se ha visto a uno que te valore y no sea tan machista como éstos que sólo me ven como una amante o sirvienta más?

- Hay que llevarte a alguna campaña médica, rápido... -advirtió a su vez que acariciaba mi rostro, yo asentí, perdida en su mirada.

- ¡Lars! -dijo Kirk mientras se acercaba a nosotros- Hablando de campañas médicas... la  más cercana a está siendo atacada por merusos, Dave quiere que vayamos a atacar, ¿es factible eso?

- ¡Mierda! ¿Qué? -gruñó y apretó el puño- Kirk, tenemos a Leonor perdiendo mucha sangre, Gary dijo que no era algo tan grave, pero... ¡hay que curarla! Y si la campaña más cercana está siendo atacada...

- Podemos llevarla a la campaña médica experimental y...

- ¿Estás loco? ¡Marty la va a matar allí!

- Ah, pero yo puedo advertirle de que ella no es una esclava y que debe curarla en serio, para que no haga ninguno de sus locos experimentos.

- Hmm... -rodó los ojos en disgusto- Vale, ya que tú te estás ofreciendo, llévala a esa campaña... ¡Rápido! Dile a Marty que como se atreva a experimentar con ella le voy a meter sus instrumentos médicos por...

- Ok -interceptó-. Me aseguraré de que Marty no haga nada malo, te lo prometo...

- Está bien... en caso de que ella necesite ropa, cosa que si la necesitará porque la suya está muy rota y manchada... dile a Marty que use la mía simplemente.

- Ajá... -él alzó una ceja en desconfianza- Eso haré...

¿Y luego? Una jodida carrera a caballo hacia la campaña médica experimental, o también conocida como "Angel of Death", ¿por qué? Allí, el líder suele hacer experimentos muy bizarros con los esclavos que están heridos o enfermos de forma crónica, desde mutilaciones y extrañas "cirugías", no me extraña que Lars se haya escandalizado por la idea de que me llevaran allá.

Sin duda, mujer que esté con Lars Ulrich, debería ser la mujer más alegre del mundo, con alguien tan educado y fuerte como él, era perfecto. Estar a su lado me hacía olvidar totalmente el incidente de haber perdido a mi esposo hace más de un año y me mantenía protegida, sabía que estaría a salvo si él daba una orden porque estaba confiada de que estaba haciéndolo bien.

Me encantaba la idea de que yo fuera su esposa. ¿Sería eso posible?

No podía fantasear con gran lujo de detalles porque Kirk cabalgaba demasiado rápido y el viento hacía que mi larga cabellera se enredara en mi cara y me atragantara de vez en cuando.

Al llegar a la campaña... me sentí aterrada al ver los enorme ojos de un sujeto de cabello largo y muy rizado, sus ropas estaban llenas de sangre. Me oculté detrás del vocero de Rey, esperando a que el sujeto ese no sea el tal Marty que está fallado del mate.

- Marty, Lars me envió para entregarte a esta muchacha... -mierda, si era el tal Marty, éste sonrió de forma maniática y me asusté más- Eso sí, ella no es una esclava; resulta que la campaña médica más cercana estaba siendo destruida así que la traje para acá... ¡Es la única mujer blanca del continente! Hay que cuidarla, eso... la traje para que la cures, no para que experimentes con ella.

- Oh... ¿y qué le pasó? -Marty se acercó a mi y yo negué, alejándome.

- Un puma la rasguñó, todavía está sangrando...

- Hmm... se le va a pasar pronto, a ver... -se dirige a mi y me hace señas- Acércate, ven y recuéstate allí -señala una especie de alfombra.

Llena de temor, caminé hasta allá y me recosté, en el camino, vi a varios negros e indígenas mutantes, estaban completamente deformes, les faltaban extremidades, a otros les sobraban... Me entró un pánico tremendo.

- Ah, Lars también dijo que  si ella necesitaba ropa podía usar la de él... Y reitero, no hagas experimentos con ella, la tenemos resguardada como un tesoro con T4H, ¿ok?

- Ok...

Kirk se fue cabalgando a toda velocidad de allí. Dejándome a solas con este demente.

- Leonor... ¿te sientes debil? -asentí, él con lentitud me fue despojando de mis ropas y comenzó a limpiar mis heridas- ¿Algún síntoma como dolor de cabeza o algo?

- No... sólo dolor en los rasguños...

- Haz tenido suerte, los esclavos no suelen sobrevivir a los pumas, siempre los muerden.

- Wow, nunca había oído de esos... ¿Cuánto llevas aquí?

- Desde que intentaron conquistar por primera vez aquí, sobreviví a la guerrilla X y monté mi base médica aquí para experimentar con todo lo que yo quisiera hacer, por ello es que sé tanto de este lugar, lo he estudiado a máximo esplendor. Considérate afortunada por estar con un médico que sepa del tema y no uno que sólo sepa lo básico.

- Um, eso es verdad... ¡AH! -me quejé porque hizo mucha presión contra el corte y me dolió.

- Disculpa... -trató de ser más delicado- Vaya, me sorprende que no te traten de sirvienta, ¿o me equivoco? 

- Siempre me resguardan de todo peligro, sobretodo Lars...

- Ah, Lars... ¿él es el nuevo líder en la misión de conquista de aquí? -asentí- ¿Y ah, te tiene bastante resguardada, eh? Quién lo diría...

- ¿Él es casado? -pregunté de una, sin miedo a nada.

- ¿Te gusta? -encogí los hombros para decir "no sé"- Pues si es así, lamento informarte de que tiene esposa e hijos en Castel.

- Oh... que mal -hice una mueca-. Afortunada la mujer esa -rodé los ojos en disgusto.

- Hace cinco años que él se vino a este continente y no ha regresado a Castel, seguro ya se olvidó de su familia.

- Ojalá y así sea...

- Entonces, ¿sí te gusta Lars?

- Quizás sí, él o su dinero, no estoy segura, de que siento algo, lo siento -afirmé con una sonrisa maquiavélica.

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