cuarenta y uno
HyunJin había pasado el día entero fuera de casa, a pesar de que JungKook le había invitado a ir junto a él a la fiesta donde más mafias se encontraban; había terminado por rechazar la propuesta. No era un día demasiado fácil, no para él en sí, sino para el chico que le gustaba.
Esa misma tarde harían nueve meses desde que el padre de JeonGin había fallecido. Por supuesto que su prioridad era pasar el día junto al omega, aunque este mismo no se lo haya pedido porque siempre creía ser la persona más fuerte del mundo sin necesidad de apoyo o ayuda, HyunJin sabía que el pequeño lloraba cada noche porque extrañaba a su progenitor.
Él le compadecía, después de todo, tamibén lloraba cada una de las noches deseando no terminar de olvidar la voz y el aroma natural de su hermano, de la persona que le había hecho querer estar vivo aunque fuera en la miseria.
-- HyunJinie, creo que es hora de que vuelvas a casa. -- Murmuró el omega de brackets y gafas grandes, que se encontraba sentado con sus piernas hacia un lado sobre el regazo del nombrado.
Ambos estaban en el porche de madera trasero de la casa de los Yang, sentados en los escalones y admirando el firmamento bien acurrucados. -- ¿Seguro? Puedo quedarme más tiempo, Ginie, no te preocupes por mi; hoy es tu día de infinitos caprichos. --
-- Hyung, incluso el día ya pasó, son las dos y media de la madrugada y aún debes de volver andando a tu apartamento... -- Y no es como si JeonGin quisiera deshacerse en ese instante del alfa, de hecho le encantaría poder invitarle a dormir y dejarse llevar hasta el mundo de los sueños sobre el pecho del mayor; pero no podía ser esta vez. -- ¿Puedo pagarte el taxi? No quiero que vayas andando solo y tan tarde. --
El pequeño se removió sobre las piernas de Hwang para poder mirarle directamente a la cara. Ambos se sonreían en pequeñito, el omega teniendo el rostro de HyunJin acunado en sus manos. -- Nop, no puedes. No vivo taaan lejos, apenas son quince minutos andando. -- Respondió antes de depositar un beso en la pequeña nariz ajena.
Aquel tierno gesto hizo que el más joven moviera sus pulgares por encima de las mejillas del alfa, acariciándole con cariño. Aunque pareciera mentira, ellos no eran una pareja oficial; por mucho que aquello doliese a JeonGin.
Hwang en un día de charlas profundas y sentimientos sinceros, le contó que había conocido a su omega destinada; pero que ella había muerto; no explayándose en detalles obviamente. Eso significaba que el lobo del chico posiblemente no fuera a aceptar a nadie más a su lado; porque lo último que él quería era traicionar a ChaeYoung... Cómo explicarle que ella nunca más iba a volver, por lo menos hasta su siguiente vida.
No fue algo fácil para JeonGin, aceptar que el chico que le gustaba tenía a alguien más en su corazón era doloroso; más aún saber que posiblemente nunca pudiera estar a la altura de esa persona la cual siquiera vivía, pero nunca había destacado por ser negativo o de fácil rendición.
Así que ahí estaba, intentando poco a poco sanar las heridas que la vida habían dejado en un alfa tan joven como HyunJin.
-- Jinie, no quiero que algo malo te pase, por favor, déjame pagar el taxi aunque sea a medias. -- Con mucho cuidado pellizco las mejillas del mayor a la par que abultaba su propio labio inferior intentando verse tierno. -- ¿Acaso tú me dejarías irme a casa solo a tan largas horas de la noche? --
-- Claro que no, Gin; pero eso es algo diferente. -- >>Yo estoy dispuesto a disparar a quien venga a atacarme, tú eres un cachorrito indefenso.<< Pensó dejándose hacer; sin ser capaz de dejar de estirar sus labios en la ligera sonrisa.
Por lo menos fue así hasta que el más joven se movió con cuidado hacia delante, con la intención de intentar juntar sus labios por primera vez, siendo frenado por el claro gruñido que salió de la garganta ajena; dejándole paralizado a escasos centímetros de su rostro.
Ambos se quedaron estáticos con sus pupilas puestas en las contrarias. -- J-JeonGin... -- Llamó Hwang preocupado, no había sido él el que había gruñido, sino su lobo; que era el único de los dos que seguía reacio a aceptar al agradable omega.
-- No te preocupes... ha sido mi culpa. -- Susurró agachando el rostro y dejando salir una sonrisita más firme; tanto, que HyunJin pudo notar a kilómetros que era una totalmente forzada.
-- No digas eso. -- La situación no hacía más que frustrar al más alto, odiaba el hecho de que su lobo no lograse entender la suerte que tenían de haberse topado con JeonGin.
Joder, el omega respetaba su privacidad y no intentaba indagar en su pasado; cuando HyunJin decía "no quiero hablar de eso" o "eso es algo que no quiero recordar", el pequeño lo aceptaba y ni por asomo intentaba hablar del tema alguna vez más. Yang le había demostrado que estaba enamorado de él, le había ayudado a conocerse a si mismo, porque HyunJin había llegado a un punto en su vida que solo sabía que era bueno apuntando a las cabezas enemigas y haciendo nudos para retener o secuestrar.
El pequeño le había ayudado a descubrirse, a saber cual era su género de música favorito, si prefería ir al cine o a los recreativos, si le gustaba más el café frío o caliente. -- Hyung, venga, en serio; debes de irte ya. -- Volvió a repetir el chico estando a punto de levantarse de las piernas contrarias.
Con cuidado pero lleno de seguridad, Hwang rodeó la cintura de Gin con sus brazos, impidiendo que pudiera abandonar su regazo. -- Cinco minutos más... -- Dijo a media voz antes de dejar un beso prolongado sobre los cabellos carbón del joven.
Los quince minutos de trayecto hacia su casa, el alfa se los había pasado discutiendo consigo mismo; una parte de él defendiendo el poder comenzar una relación y la otra negándose a traicionar de aquella forma a su destinada.
Estaba comenzando a hartarse de su testarudo lobo, no había nada que tuviera validez como para hacer que los ojitos de JeonGin se cristalizasen como antes había pasado.
Arrastrando sus pies se metió en el ascensor del edificio donde vivía con JungKook. Era uno de clase más bien alta, bastante cómodo y lindo. Su apartamento estaba en la planta más alta, siendo el ático, por lo que HyunJin pudo deleitarse con las vistas que el elevador de cristal le ofrecía.
La brillante Seoul se veía preciosa esa noche.
Siguiendo con el martirio en su cabeza, Hwang anduvo fuera del elevador para entrar ya en casa, posiblemente JungKook aún no hubiera llegado de la fiesta, por lo que estaría solo. ¿Sería muy raro si se hacía algo de comer a esa hora aunque fuera tan tarde? En serio tenía hambre.
Para cuando abrió la puerta, se llevó la sorpresa de encontrar las llaves de Jeon colocadas sobre el mueble de la entrada; y solo le bastó quitarse las botas y andar tres pasos más por el pasillo para encontrar una camisa llena de sangre en el suelo que alertó todos sus sentidos ¿Le había pasado algo a JungKook?
HyunJin corrió en dirección a la habitación del alfa mayor con el corazón latiéndole demasiado de prisa y un nudo intentando cortarle la respiración, no podía perder a Kook. Sin medir la fuerza abrió la puerta; encontrándose con el lugar vacío y apagado, pero con la luz del baño prendida y el sonido del agua corriendo, por lo que deprisa se movió hasta allí. -- JungK- --
El alfa nunca pensó que abrir la puerta del baño de su hogar le cambiaría tanto la vida.
Tuvo que sujetarse al pomo de la puerta ante el asombro y la sensación de mareo. TaeHyung, TaeHyung estaba allí, TaeHyung vivo, TaeHyung mirándole.
-- Bienvenido a casa, HyunJin. -- Saludó Kook, que estaba arrodillado fuera de la bañera de mármol, con sus codos apoyados en el borde de la misma y sin la camisa que había dejado tirada por ahí, con la intención de poder ayudar a TaeHyung lo más rápido posible. Necesitaba ayudarle a ducharse para poder ver claramente si tenía alguna herida después de todo lo vivido en la mansión.
Kim estaba dentro de la pila totalmente cubierto por el caliente agua y las burbujas, teniendo el cabello mojado y una expresión cansada, pero aún así notablemente sorprendido por el inesperado reencuentro con su hermano menor.
El más joven dio pasos lentos hasta la tina, cayendo abruptamente de rodillas frente a esta, justo al lado del otro alfa. Con la cabeza apoyada en el hombro desnudo de JungKook y la mano izquierda de TaeHyung echándole el flequillo hacia detrás, HyunJin lloró tanto como el día en el que perdió a su hermano.
-- Ya, HyunJin bebé, estoy aquí, nada malo va a volver a pasar. -- Susurraba el de piel canela, no pudiendo creer estar acariciando de nuevo el rostro del joven alfa.
HyunJin confiaba completamente en él, ya nada malo volvería a pasar.
¡Hola, angelitos míos! Un capítulo más bien cortito, pero necesitaba poner como había sido la noche desde la perspectiva de HyunJin. Sabía que si me saltaba esta parte no os iba a gustar, pero tampoco la quería meter en un capítulo demasiado largo.
Anyway, me gustó ponerlo en un capítulo cortito solo dedicado a esto. Siento mucho si no os ha gustado... intentaré mejorar.
¿Estáis bien? Espero que sí. Si necesitáis algo, estaré aquí.
Os quiero, cuidadse mucho, por favor.
Kisssuuu.~~
300821.
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