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Ser beta. El estigma sobre los betas era realmente muy común, mucho más en un mundo tan competitivo como lo era el de la música y los idols en Corea, incluso si todas las agencias recurrían a presentar a todos sus artistas como betas. Siempre, detrás de las cortinas, se tendía a apreciar a los alfas por sobre los otros géneros a la hora de buscar a nuevos aprendices. Se apartaba a los omegas y muy pocos betas lo conseguían. NamJoon siempre había sabido que siendo alfa, su posición era privilegiada, aunque le disgustase. Por eso admiraba demasiado a aquellos que lo conseguían, a los que no usaban su género secundario, y a su agencia, por permitirles a ellos, tan particulares, formar un grupo sin preocuparse por esos detalles que otras agencias tendían a resaltar como si realmente fuera importante que uno de sus cantantes fuera beta u omega. Lo agradecía porque le enseñó algo, le enseñó a apreciar el verdadero talento y eso es algo que él podía ver en SeokJin.

Su hyung, siendo quién era, había pasado la audición y aunque todos dudaron de él, lo consiguió. Lo logró porque se esforzó. Teniendo una voz magnífica que él adoraba escuchar, SeokJin estaba muy por encima de muchos otros artistas, con su belleza resaltando a donde quiera que fuese, y aun siendo algo infantil, para él había sido realmente reconfortante tenerlo de compañero.

Si su ejemplo era SeokJin, a él no le hubiera molestado ser un beta. Uno que no se preocupaba de celos, que no lidiaba con su otro yo, su instinto. Solo que no lo era. Era un alfa, y siendo honesto consigo mismo, anhelaba conseguir algún día esa conexión, la de los llamados destinados. Anhelaba sentirse acompañado, querido y amado. Quizá era la falta de amor propio, pero una de las pocas cosas que siempre deseó de su naturaleza de alfa era precisamente el compañero omega que se supone encontraría algún día... Aunque tenía ya veinticuatro años y todavía no había nada para él.

Por eso... por mucho que lo quisiera, se sentía egoísta. Era egoísta pensar en tomar los sentimientos de otra persona cuando él estaba esperando a quién era su compañero predestinado. Era horrible de su parte pretender tener una relación donde él jamás iba a poner todo de su parte. No podía hacerlo.

Así que tenía que guardar sus sentimientos.

—¿Está bien lo que traje para ti, Nam? —la voz de su hyung le sacó de la ensoñación. NamJoon alcanzó a fijarse en los bonitos ojos cerrándose en una preciosa eye smile que hacía notar solo un poco las ligeras líneas de expresión que acompañaban su sonrisa.

—Sí, hyung —dejando de lado la comida, colocándola sobre la mesita de noche al lado de su cama, se volteó hacia su hyung, tomando sus manos entre las propias —Gracias por no dejarme morir de hambre. Creo que estoy mejor ahora, el celo está pasando

—¿Tan rápido? —cuestionó SeokJin, sorprendido. Acostumbraba a que los celos de alfa fueran de al menos un día. Al menos lo de Hoseok o Jungkook nunca fueron menos.

—Sí. —mintió. Estaba desesperado por salir de ahí y no sentirse solo, en no ahogarse en sí mismo pensando en lo que estaba pasándole, en su condición de género, dividido entre lo que quería y lo que esperaba. Solo pretendía huir y distraerse, no darle oportunidad a su mente a dejarse envolver en esos pensamientos. —Creo que esta vez no fue muy intenso, porque ya no siento calor.

—Si te encuentras bien, podemos regresar a casa ahora mismo. —comunicó el mayor. Jaló sus manos para levantarle junto a él —Vine en mi auto.

—Por favor —Nam rodó los ojos sonrientes, siguiéndole. SeokJin en ningún momento soltó su mano, incluso cuando le colocó la gorra y a duras penas le acomodó la mascarilla para salir.

Y fue reconfortante. SeokJin siempre había sido su refugio, una persona que volvía el lugar que fuese en el lugar correcto para él, acallando sus pensamientos y aliviando su malestar. NamJoon no entendía cómo es que su relación de amistad había evolucionado hasta ese punto, donde se comprendían mirándose, se buscaban inconsciente, incluso sin ánimo de despreciar la amistad con el resto, la conexión con SeokJin era particular, diferente. Con él simplemente estaba en paz, se sentía bien.


En su apartamento, lejos de lo poco común que era ver a Jimin evitando a Yoongi expresamente, cuando el pasado hubieran estado pegados al otro por cualquier lugar, todo permanecía igual. Le saludaron efusivamente, Hoseok con el ceño fruncido por el poco tiempo, puesto que tan solo esa mañana se había ido, pero sin forzar su aroma para parecer en celo ahora, su amigo pudo relajarse al percatarse de que estaba muy lejos de perder el control. Difícilmente lo haría con un instinto ausente, solo que no era información compartida.

SeokJin se había perdido casi al instante en dirección a su propia habitación y él decidió ir a cambiarse de ropa. Prefería prendas holgadas y ligeras para la casa. El baño le venía bien después de la salida al centro médico y ya tendría tiempo para pensar en que excusa inventaría para ir por su examen. Más difícil que sus managers, engañar a sus compañeros era por mucho lo más complicado. Se conocían, detectar una mentira, una actitud extraña o cualquier cosa era normal, pero NamJoon rogaba que no le dieran demasiada importancia a que fuera la estupidez que iba a decir para poder ir. Él no era bueno mintiendo.

No es que NamJoon fuera consciente todo el tiempo de su propio aroma. Acostumbrarse a él era uno de los beneficios del género, pero con la piel seca después de su baño y buscándolo expresamente, pudo ser capaz de notar el cambio en la intensidad de su propio olor. Casi parecía un perfume desvaneciéndose. Hasta hace unos días podría haber dicho que eso permanecía casi igual, su instinto despierto y alerta, incluso si no había presentado un celo, pero tan solo en los últimos días... Es como si algo hubiera cambiado.

Al menos obtendría por fin una respuesta.

A paso lento y con ganas de seguir comiendo, sin tomar en cuenta la comida que su hyung llevó para él, salió de su habitación en dirección a la cocina. Trató de ser lo más discreto posible para no meterse en el ambiente tenso que producían Jimin y Yoongi en el salón, que parecían tener a JungKook y Taehyung al borde de un colapso. Estaba consciente de que de seguir así tendría que intervenir, por ahora, su única meta era un vaso de jugo y algo que le llenara el estómago. Hoseok y SeokJin conversaban luciendo demasiado serios para su gusto, más aún cuando ambos pares de ojos voltearon a verle casi con lástima.

—Nam —le llamó el mayor. Se detuvo, a punto de tomar la puerta del refrigerador —¿Todavía tienes hambre? —SeokJin pareció cambiar lo que quiera que fuera a decirle por su interrogante.

NamJoon no sintió vergüenza de admitir que efectivamente, aún tenía ganas de comer. El mayor se rió de su actitud y, de entre los frascos con condimentos, sacó un paquete de galletas de vainilla. —Tómalas. Las escondí de Tae, porque el resto ya se las comieron.

El moreno asintió. Iba a retirarse de ahí, pero Hoseok todavía estaba muy serio y entendió que necesitaba saber algo.

—NamJoon, creo que deberías hablar con Jimin. —oh, joder. Lo sabía. El moreno respiró profundamente. Antes de preguntar a Hobi el porqué de su petición, SeokJin se le adelantó.

—Hoy estuvimos en la reunión conceptual. Jimin salió de sus casillas con las indirectas de Yoongi y acabaron discutiendo frente al staff y PDnim. —explicó resumidamente. NamJoon tragó en seco. Estaban en un nivel diferente si todo el staff y su jefe los habían escuchado.

—¿Cómo es que... —quiso cuestionar que es lo que había hecho que el paciente Park Jimin se lanzara sin consideración del espacio y el tiempo contra Yoongi, nuevamente interrumpido.

—Nam. —llamó Hoseok —Es grave. Bang PD está preocupado y molesto por su actitud, así que llamó a los dos a su oficina mañana, cuando estuvieran más calmados. —el alfa lució totalmente estresado, pegándose la palma a la frente. —También quería hablar contigo, pero le informamos de tu situación. Suponíamos que mañana tampoco podrías asistir junto a ellos.

—Aunque pudiera, no sería más que un espectador —explicó con calma. Yoongi ya le había comentado el problema, pero todavía le sorprendía la reacción de Jimin. Él había esperado que se comportara de forma distinta, pero su actual respuesta le decía lo afectado que estaba. No lo culpaba, pero ante todo, ellos eran un equipo. —Hablaré con ellos

—Gracias, Nammie —SeokJin colocó una mano sobre su hombro en señal de apoyo y le dejó ir en dirección a sala, donde los afectados seguían lanzándose miradas desagradables y usando a los menores para pasarse mensajes como si fueran un par de niños.

Entendía que esta era una de las malas consecuencias de tener una pareja -o intento de ella- dentro del mismo grupo. En todo caso no había nada que pudiera hacer si se querían, pero como adultos, si no funcionaba, tenían que superarlo y actuar profesionalmente. Lo de la reunión de hoy no se podía repetir. Que ellos discutieran frente a los otros miembros podía ser pasable, pero no frente a su staff.

—Yoongi hyung, Jimin... —habló. Su tono más grave de lo normal, porque no estaba haciendo el esfuerzo de modular correctamente. Solo quería comer y los problemas de esos dos eran un peso innecesario. —Por favor, ¿podemos hablar en el estudio? —el por favor era meramente cortesía, porque sus ojos fríos se lo dijeron inmediatamente al beta y al omega. Era una orden. De las pocas veces que NamJoon hacía real uso de su estatus como líder.

Yoongi había estado a punto de huir, porque aunque su mejor amigo era tremendamente paciente, sabía que Hoseok ya lo había delatado. No lo hizo por la mirada del moreno, pero especialmente, por un SeokJin serio parado detrás de NamJoon que le advertía claramente que no había forma en que él pudiera evitar la conversación. Y Seok era su hyung.

Caminó de mala gana siguiendo al moreno, con Jimin pisándole los talones. Por suerte el mayor no los había seguido hasta ahí, ya era lo suficientemente malo ser regañado por NamJoon como para tener la mirada poco común de regaño de SeokJin también. ¡O peor, el rostro serio de Hoseok cuando se enojaba!

—NamJoon hyung, no creo que esto sea necesario —Jimin empezó diciéndole apenas atravesó la puerta del estudio. El moreno le ignoró para tomar asiento en su silla, esperando que los otros dos se acomodaran sobre el sofá.

—Jimin —su voz severa le erizó la piel a ambos presentes. NamJoon había estado a nada de usar su voz de alfa porque aunque aparentemente estaba calmado, en realidad lo carcomía el enojo. Él no era paciente en que su trabajo se viera interrumpido por una discusión, mucho más si era personal. —No te pregunté si creías que fuera necesario, te llamé porque SeokJin hyung y Hoseok me contaron que sucedió

—Esos dos habladores... —NamJoon alcanzó a oír la voz del pálido rezongando y casi insultando a los otros dos por delatarles.

—Vamos a ser claros, dado que no parece que quieran entender —cruzándose de brazos, sus ojos observaron a los dos más pálidos frente a él con esa mirada de regaño que pocas veces poseía, empujando con su lengua el interior de su mejilla, tratando de retenerse de gritar. —Sus problemas personales les conciernen a ustedes. Si su relación funcionó o no, fue un riesgo que ambos asumieron en el momento en que lo intentaron, pero ante todo, todos nosotros somos miembros de Bangtan.

—¡Yoongi se puso a insinuar estupideces en plena reunión conceptual, Nam! Él puede estar enfadado conmigo por apartarle, pero no puede estar haciendo comentarios sobre mi mal juicio o poca comprensión delante del equipo solo por su resentimiento. —Jimin se exasperó, apuntando al beta albino directamente. Él iba a ser todo lo paciente que se pudiera mientras no le atacaran injustamente.

—Hyung, entiendes qué fue una estupidez, ¿verdad? —el moreno se giró hacia Yoongi, porque el omega tenía toda la razón.

Yoongi frunció el ceño y volteó los ojos. —Él lo es. —atacó —Incluso si no era el momento de decírselo, ¡realmente es un imbécil poco comprensivo! —lo señaló, empujando con su índice el pecho del omega. —Se supone que los omegas son seres comprensivos, deberías de entender porque lo hice... No sé en que universo caíste en ese género, pero definitivamente no encajas.

Bien. NamJoon estaba perdiendo su instinto, sí, pero hasta él notó el cambio radical en el aroma que Jimin desprendía, evidenciando totalmente su enojo... Su tristeza. El líder se fijó mucho antes que el rapero mayor en las lágrimas silenciosas que caían de los ojos del rubio, totalmente abatido y cansado.

—Estás siendo un imbécil, Min Yoongi. —NamJoon cortó su monólogo antes de que se atreviese a herir más a Jimin, tirando de él para acomodarle encima suyo y abrazar al omega. Sabía que en este momento necesitaba de consuelo, la presencia de Yoongi parecía tan solo alterarlo más y su cuerpo pequeño entre sus brazos estaba prácticamente temblando.

Quizá no era lo más adecuado, pero se esforzó en dejar escapar de su aroma con la esperanza de que eso tranquilizara a Jimin aunque sea un poco, mientras tenía a Min mirándoles de mala forma y mordiéndose tan fuerte el labio que ya lo veía amoratarse. Poco le importaba lo que sintiera en ese instante, a decir verdad, porque luego de tratarlo de inadaptado y desconsiderado, no había nada en su discurso a lo que pudiera darle la razón.

—Qué inmaduro eres, Jimin —continuó el beta, en un intento patético de atraer la atención hacia sí mismo y fallando, porque logró que el omega se aferrara un poco más al alfa moreno. Gruñó molesto, los celos comiéndoselo vivo. Odió verlo en brazos de otro hombre, de otro alfa.

—Hyung, salga del estudio —NamJoon elevó su voz. Los voraces ojos casi pareciendo colorearse de violeta. —Hablaremos después.

Yoongi hubiera replicado... Sí, de no ser porque justo en ese momento SeokJin entró en el pequeño espacio, advirtiéndole que no dijera nada y acercándose a los otros dos para tratar de calmar a Jimin.

Si Yoongi no hubiera estado tan enfadado y afectado por lo que causó en su omega, quizá se hubiera fijado en el particular destello en los ojos de SeokJin, pero no.

El ambiente tenso de la habitación se disolvió en cuanto el rapero mayor se retiró, el mayor de todos acariciándole la espalda al omega menor con NamJoon sosteniéndole y liberando su aroma para calmarlo. Jimin paró de sollozar sintiéndose el inútil que Min creía que era, sintiéndose patético por dejar que tales palabras afectaran tanto su ser. Era inevitable, totalmente entendible, pero para él se había sentido como una humillación. No era mentira, en un pasado él había tenido demasiados problemas con su género secundario, muchos más aceptándose a sí mismo, tratando de encajar en el estúpido estándar de los omegas... Demasiado le costó entender que no necesitaba de ello, Yoongi siendo una de las personas que lo ayudó a entender eso, solo para que ahora se lo restregase en la cara.

Perfecto. Se dijo con amargura, notando casi en pánico el tinte gris en el iris de su hyung mayor. SeokJin parecía consciente de sí mismo y no lo había llamado por el apodo de siempre, sin embargo, solo de pensar que estaban compartiendo el espacio con NamJoon...

—¿Te sientes mejor, Jimin? —preguntó el moreno, empujándole fuera de su regazo con delicadeza, sonriendo en un intento de darle confianza.

—Sí, muchas gracias, NamJoon hyung —se inclinó un poco hacia él —fue una estupidez dejar que sus comentarios me afectaran, lamento que me viera así

—Jimin —el moreno farfulló, deseando tener a Yoongi en frente solo para golpearlo. Se lo merecía. —Yoongi hyung se comportó como un idiota. No me corresponde decírtelo, solo que es evidente que está molesto porque terminaste con él. —suspiró —Sé que no es sencillo, no lo será, pero no se puede repetir. De alguna forma tendrán que hablar para solucionarlo, aunque permíteme hablar con él antes.

—Solo si lo golpea de mi parte —Jimin cedió sonriéndole, escuchando la suave risa de Seok detrás de ellos, NamJoon asintió.

Porque era lo primero que iba a hacer en cuanto fuera a buscarle.

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