Opeli

Disfruto acariciarte, de la manera en que puedo hacerlo.
No siento que tenga el derecho, puesto que no somos más que amigos. Pero cuando me dejas tomar tu mano al bajar del caballo o al subir las escaleras conmigo, mis sentidos se avivan y me hacen querer no soltarte ni dejar de sentir tu tersa piel.

Me gusta acompañarte a comer porque casi siempre terminas manchando tus mejillas o la comisura de tus labios sin siquiera darte cuenta. Entonces, tengo el pretexto perfecto para pasar mi pulgar por tu mejilla y así limpiar tu rostro.

Pero luego dirijo la mirada hacia tus labios y deseo... poder acariciarlos con los míos.
Me atrevo a escribir esto porque sé que estas cartas nunca llegarán a ti, aunque una parte de mí desea que sepas lo que siento. No me gusta guardarlo como un secreto e incluso si lo intento, sé que no podré contenerlo.

Corvus