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C i n c u e n t a y o c h o

Aquí se regalan inhaladores para superar el capítulo anterior.


¿Alguna vez te has dado un baño con agua fría? ¿O has salido de una piscina y el cuerpo siente todo el frío del exterior? En ambos casos tiemblas cuando lo vives en exceso, es inevitable. Vivir bajo una mentira se siente similar. Y yo que me había enterado solo hace unos instantes que la persona de la que estoy enamorada es Rust... pues entenderás que tuve algunos espasmos incontrolables. En mi pecho se juntaron todos mis sentimientos, incluso los que no habían visto la luz jamás; se revelaban con deseos de escapar, pues ya no soportaban estar encerrados. Ante tantas cosas, mi cerebro apenas podía procesar todo, por lo que decidió escudarse tras el escepticismo bajo la premisa de que todo era una mentira.

—Eres una mentirosa —le acusé. Sonaba lógico: para alejarme definitivamente de Rust ella había inventado que somos hermanos.

—No es una mentira.

—Con esto planeas alejarme de Rust. ¡Estás mintiendo!

—No planeo nada, Onne.

Dio un paso. Quería acercarse, quizás consolarme. Tal vez deseaba agarrarme de la cara para que nos mirásemos a los ojos y me dijera de frente que no mentía. Mi espalda podría haber hecho un hueco en la pared. No quería ni respirar el mismo aire que ella. No quería verla, porque su actitud, su semblante y la vibra que percibía de mamá indicaba que decía la verdad, y yo deseaba que no fuese así.

—Si me escuchas...

—¿Escucharte? ¿Escucharte, mamá? Acabas de decirme que Rust es mi hermano, escúchate a ti misma, porque estás diciendo cosas sin sentido.

—Él es tu hermano y era tiempo de que lo sepas. Tú eres hija de Jax.

Eso quería decir que en realidad Rust es mi medio hermano, pero ¿qué más da una palabra? El resultado es el mismo: Rust y yo compartimos sangre.

La imagen de mi papá, llegó de pronto, junto con la fatídica realidad que todavía no podía digerir.

Amo a papá. Demasiado. Tanto que por él obtuve el que era mi poder, ¿sabes? Todo comenzó por él. Enterarme que, después de todo, él no es mi padre biológico, fue otro quiebre para el trozo de corazón que me quedaba. No pensé que la verdad dolería tan fuerte, que pisotearía mi corazón con tanta violencia; por eso prefiero la mentira, porque es sucia pero benévola.

En ese momento comencé a llorar.

—¿Cómo pudiste? Papá era alguien bueno, sincero —le cuestioné entre sollozos,.

—Lo sé. Lo sé mejor que tú.

Enfurecí.

—¡Lo engañaste!

—No.

—¡Sí!

—¡No!

—Rust tenía razón... —musité— Lo que él creía que eran ilusiones suyas sobre las discusiones entre su padre y su madre, en realidad eran los difusos recuerdos de él cuando pequeño, ¡y todo por tu culpa! —Estaba tan conmocionada que ya no podía ordenar bien mis pensamientos y recuerdos, todos ellos querían ver la luz, merecer una explicación, ser resueltos. Explotaban, se acortaban y luego, volvían a la imagen de papá—. ¿Cómo pudiste hacerle eso a papá?

—Estuve un Jax el año que no estaba con tu padre, yo no lo engañé —se defendió con una mano en el pecho—. Fue alrededor de un año y tres meses que nos separamos por discusiones tontas. Él terminó su carrera y yo seguí con mis aspiraciones. Fue en una junta de compañeros de la universidad en que Jax y yo nos reencontramos, charlamos y luego pasó —explicó con rapidez, antes de que yo explotara en llanto otra vez—. Fue espontáneo, sin premeditarlo. Ahí quedó todo, nunca más volvimos a estar juntos.

—Ah, pero ¡esperaste a que papá estuviera muerto para meterlo a la casa!

Si no me abofeteó fue porque la distancia no se lo permitió. Mi acusación le sentó tan mal que era posible que lo hiciera, mas se contuvo. La rabia que proyectamos ambas se dispersó por la sala y trajo una mala vibra en la que yo percibí todo más oscuro.

—No digas eso —ordenó tajante—. Yo nunca le fui infiel a tu padre, ¿me oyes? —señaló— Lo quería, y mucho.

—Pero no lo amabas —concluí con voz agónica. Realmente me dolía—. Y en la primera oportunidad que tuviste te acostaste con un hombre casado. Te aprovechaste de papá, de su buena voluntad.

No lo negó, porque realmente había pasado. Empezó a llorar; las lágrimas caían de sus mejillas igual que lo hacían por las mías. Había tanto dolor en nuestra discusión...

—Yo amaba a tu padre, Onne —confesó, apretándose con más fuerza el pecho—. Me ayudó mucho.

—Sí, criarme debió ser duro —escupí—. Espero que mi nuevo papi te haya dado dinero para los pañales, al menos.

—Él no lo sabe. Nunca se lo dije. —A juzgar por su expresión, franca y ya más tranquila mientras se secaba las lágrimas, decía la verdad—. Al enterarme de que estaba embarazada me vine a aquí, con mis padres. Tu padre me buscó y luego de un año de volver nos casamos. Siempre supo que no eres su hija, eso no le importó en absoluto.

Los buenos se van primero, tal cual lo había dicho Rust. Ahora que lo pienso, supongo que por eso papá murió: era demasiado gentil y bueno para vivir aquel enfrentamiento entre mamá y yo.

—Te amaba —pronunció casi en un suspiro, y yo me puse a recordar de manera vaga todas las veces que papá me lo demostró.

Una llamada entrante de Rust pausó nuestra discusión. El sonido de la notificación se presentó como una especie de alivio cómico para nuestra tensa discusión. En otros momentos hubiera agradecido tal interrupción, pues me habría salvado de ahogarme en mi propias sensación; ahora, sin embargo, yo deseaba hundirme en todas ellas. Exhalando todo mi enojo, le gruñí al celular y lo tiré a un lado, porque ver la foto de Rust fue un despliegue glorioso de una verdad deseosa de ser mentira.

—Al menos me lo hubieras dicho antes de que me enamorara de él —apunté hacia el lugar en donde había caído mi celular como si allí estuviera Rust en persona—. De que me acostara con él... —La expresión de mamá sufrió un cambio en conjunto al tono alto de mi voz— ¡De que lo conociera! ¡No sé! Yo merecía saberlo, maldita sea... ¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué ahora?

Se comenzó a acercar. Quería ponerle un fin a la discusión.

—A tu padre nunca le importó los términos de «hija» y «padre» porque entendía que solo son palabras. Él es tu padre legalmente, el real pese a que el biológico sea otro. No vi necesario contártelo —se hizo explicar de manera tranquila—. Entonces ocurrió que una noche de madrugada te encerraste en el baño y estabas dispuesta a ir por Rust donde fuera, ¿recuerdas?

Asentí. Fue la vez que Rust se enteró de que su madre no lo quería. Desapareció por una semana y cuando lo llamé estaba ebrio.

—Lo subiste al auto, te preocupaste por él —continuó—. Luego pasó lo del disparo. No tuve oportunidad. Y sí, es mi culpa no haber hablado antes, pero es que... te pasaron tantas cosas que no pude. Lo intenté. Yo de verdad lo intenté, Onne.

Extendió sus brazos para tocarme, abrazarme, consolarme... Yo no quería nada. Hui de ella igual que un perro huye de su dueño maltratador.

—Aléjate —le dije—. No quiero que me toques.

Mamá quedó de pie contra una pared blanca y fea. La recuerdo así, quieta, diminuta y dolida. Nunca la vi así. Todo era tan diferente... La buena forma en que yo la vi toda mi vida, cambió más rápido que en lo que ella demoró en pronunciar la palabra perdón.

Te dije que el viaje a Hazentown es uno de los más especiales. Yo lo recuerdo bien, porque fue el último que disfruté con mamá.

Tras la discusión no hablé más con ella, ni siquiera quería estar en su cuarto. Estaba mal, me sentía fatal y responsable. De alguna y otra forma, mamá y Jax siempre se juntaban. El destino los quería unir en cada etapa de su vida, mas fui yo la que los separó. Y lo peor es que no había nada que pudiera hacer al respecto.

Evité todo y a todos, incluyendo las llamadas de Rust. ¿Cómo se suponía que le hablase después de enterarme que éramos hermanos? Bueno, medio hermanos. Él y yo vivíamos tras decepciones, solo nos quedaba aferrarnos a nuestro consuelo y, con la verdad entre mis manos, yo ni siquiera podía pronunciarme con un «hola» en sus mensajes.

Al final, todo esto nunca fue por nosotros, siempre fue por su padre y mi madre. Por eso no podemos estar juntos, solo somos proyecciones mal construidas de un futuro inexistente.

Comprenderlo me llevó a buscar soluciones. Una de ellas fue escribirte a ti.




Amigusssssssssssssssssssss dos cosas rápidas: 

1. En una hora voy a estar haciendo un live en Instagram (@nosoyvioleta) hablando de la cuarentena, cosas de la laif y mis historias. Pueden ir a hacerme cualquier pregunta, aunque no responderé si son spoilers xD Pero si tienen alguna duda con lo que va de DALL o un minispoiler de La opción correcta o Stigma, adelante ;)

2. En mi info de perfil aquí en Wattpad, justo abajo de donde pongo mis redes sociales, les dejaré el enlace al gallinero :3 Le advierto eso sí que son bien pesados con los nuevos y les encanta el bardo, si no la aguantan, no entren.

A esta historia le queda un capítulo y una especie de epílogo, aaaaaunque, capaz sean dos capítulos y la especie de epílogo, así esta vaina no me queda en partes impares...

Los quierooous~~

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