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Capítulo 8

  — ¡Heize! —grito para que pueda escucharme. Muevo mis manos, ella me ve e intenta correr a mí, sin perder el tiempo me acerco a la colina deslizándome un poco en la tierra, como puedo me aferro de un tronco y estiro mi otra mano—¡Vamos!

Detrás de ella corren varios zombis deseando probar su carne, mi corazón late a gran velocidad, pero no por mi asma. La carretera se aprecia no muy lejos, Heize se apresura, pero cuando está por tomar mi mano una de esas criaturas la alcanza, jala su tobillo y mi hermana cae al suelo quedando a merced de ellos.

— Tranquila, tranquila—al abrir mis ojos es YoonGi quien intenta calmarme.

Miro alrededor encontrándonos todavía en la camioneta, sólo que los demás no están.

— ¿Qué...?

— Llegamos a la ciudad, GaRin. Te llevaré a casa, ¿De acuerdo?

— ¿Dónde están los demás?

— Afuera anotando sus datos con los militares, nos llevarán a la dirección que queremos, la cuarentena acaba de empezar.

Sin entender del todo, recojo mi bolso saliendo de la camioneta con él. YoonGi toma mi mano para asegurarse que estoy cerca suyo, estamos en una especie de campamento o base de los militares, hay un grupo custodiando quien ingresa a la ciudad y quien desea salir (aunque nadie desea hacerlo en este momento) Puedo ver los autos que esperan ser confirmados para entrar a Seúl. El amanecer está en todo su esplendor.

Distingo a los chicos registrando sus datos con algunos militares, en segundos noto que alguien falta.

— ¿Dónde está Hoseok? —miro a YoonGi cuando nos situamos en la cola.

— Llegó muy débil por lo sucedido con JiHo—noto su semblante serio—En enfermería lo están tratando, no es el único que ha perdido a alguien.

Trago con dificultad recordando el cambio en JiHo, acto seguido pienso en Heize y el nudo en mi garganta es más grande impidiéndome tragar con normalidad, parpadeo varias veces callando mis lágrimas. Los militares se encuentran armados, todos están ocupados, hay personas con niños y ancianos, algunos incluso con sus mascotas.

La cola avanza, cuando es nuestro turno YoonGi da la dirección de mi casa al hombre militar.

— ¿Nombres? —registra en su tablet.

— Min YoonGi y Lee GaRin—responde el chico.

— ¿Quienes esperan en casa?

— Sus padres.

— ¿Es su novio? —levanta su mirada.

Inconscientemente pienso en Heize.

— Somos hermanastros—miente con descaro, pero no duda en decirlo—Salimos de la ciudad con algunos amigos, pero ocurrió esto como puede ver.

El hombre va escribiendo en su tablet. Busco con la mirada a los chicos, están de pie esperando fuera de una de las tiendas, en ella se lee algo que dice "pruebas rápidas"

— Uno de mis compañeros estará encargado de llevarlos a la dirección dada, antes deben pasar a realizarse la prueba—nos da un número con nuestros nombres y el nombre del militar.

— ¿Qué prueba? —hablo por primera vez.

— La que nos dirá si están infectados o no—contesta—Siguiente.

YoonGi jala de mi mano, nos reunimos con los demás que esperan como muchos otros, hay una fila también.

— ¿Hoseok no ha salido? —pregunta YoonGi a Jimin.

— No sabemos más sobre él—NaYeon se encoge de hombros—¿Debe seguir en enfermería?

— Probablemente lo ayuden a volver a casa más rápido que nosotros—Jimin nos mira, aunque más a mí—¿Cómo se sienten?

— Perfecto—YoonGi usa el sarcasmo—Estoy muy motivado con mi vida en este momento, incluso GaRin comparte mi emoción.

— Lo siento.

Jimin estuvo cuando YoonGi tuvo que soltar a Heize.

— ¿Ustedes se irán juntos? —no quiero hablar de mi hermana. No quiero llorar aquí.

— No, Jimin irá con sus padres y yo con los míos—NaYeon suspira—Intentamos llamar, pero los militares dicen que la señal está pésima, pareciera que todo colapsó.

— Comenzaré a creer que las palabras de Tae son ciertas—YoonGi mira alrededor—Esto parece el fin del mundo.

La fila avanza lento, de nosotros los primeros en pasar son JungKook y RyuJin. Mientras esperamos veo a YoonGi con curiosidad, ha estado muy pendiente de mí, pero...

— ¿YoonGi? —me mira—¿Por qué no dijiste que querías ver a tu familia?

— No tengo una buena relación con ellos.

— ¿No quieres saber cómo están?

— He vivido solo desde los dieciocho años, voy por mi cuenta—le resta importancia, da un suave apretón a mi mano—Heize sabía eso.

— No te odio—susurro para nosotros—Intentaste salvarla y te lo agradezco—miro sus ojos. Éstos se vuelven llorosos en segundos, tal como los míos—Lo siento.

— Prometí llevarlas a casa, quiero cumplir mi promesa al menos por ti—dice—También lo siento, GaRin.

Nuestro turno de entrar llega rato después. Hay varias sillas dentro con enfermeras y enfermeros. YoonGi debe separarse de mí, mis nervios aparecen, pero obedezco a la mujer que me atiende, lleva un traje blanco que cubre totalmente su cuerpo para protegerse. Está sentada frente a una pequeña mesa con cosas que no entiendo.

— Deme su mano por favor.

Acerco mi brazo derecho, con sus guantes toma mi mano, pincha mi dedo índice con una aguja y deja que una gota de sangre caiga en un pequeño aparato blanco. La sangre pinta de rosado el pequeño cuadro que analiza la gota, en segundos el resultado es negativo.

Doy un respingo cuando una mujer joven grita, dos militares la toman de los brazos, parece que ha dado positivo, pero ella dice sentirse bien, no sé qué más pasa con ella porque la sacan a rastras de la tienda.

Luego de mi resultado me reuno con YoonGi fuera de la tienda, él también ha dado negativo. Todos los chicos también han salido igual, pero nadie sabe sobre Hoseok.

— Hasta aquí llegamos—NamJoon nos mira con una pequeña y triste sonrisa—Todos tomamos rumbos diferentes.

— ¿Nos veremos de nuevo? —Yiren luce dudosa.

— Esperemos que sí—HwaSa asiente.

— Hoseok...—Suzy es interrumpida.

— Pregunté por él y dijeron que ya lo enviaron a casa—NamJoon rodea los hombros de HwaSa—Cuídense, chicos—me mira—Lamento lo de Heize, igual para ti, YoonGi.

En silencio aceptamos esas palabras, todos comenzamos a despedirnos, me llevo una sorpresa cuando JungKook toma mi muñeca.

— Cuídate, GaRin.

En otro momento quizás hubiera sentido mi corazón latir de emoción o me hubiera sonrojado, pero ahora mismo estoy muy cansada para hacerlo.

— Tú igual.

Es lo último que digo antes de seguir a YoonGi, la última vez que vemos a los chicos.

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