Kim Seok Jin era un chico nuevo ingresado al primer año de la grandiosa Universidad de Búsan "Love my Self" , escuela en donde el aprendizaje central era amarse a si mismo para poder amar a alguien más. Sus padres lo habían obligado, claro está.

Él era un chico de 1.68, cacheton, con una linda pansita que podía esconderse entre las ropas holgadas que siempre llevaba, cabello negro, y siempre usando lentes de pasta negra. Como piensan, era víctima de bullying en su antigua escuela solo por tener unos pocos kilitos de más. Por eso el cambio. Aunque ahora les agradece, ahí donde conoció al que es el amor de su vida.

No tenía amigos y no quería. Siempre terminaba humillado.

Se echó agua a la cara para despertarse del todo, cepilló sus dientes y cabello, y lavó su cara con el jabón para piel suave. Vistió unos pantalones un poco sueltos y su usual sueter super olgado que llegaba a la mitad de sus muslos. Puso sus lentes antes de que se olvidara de ellos y salió en silencio para no ser cachado por su madre.

Las personas a su alrededor lo miraban como si fuera un fugado de algún manicomio, claro, era verano y el usaba una calurosa chamarra verde con el estampado del grinch. Siguió su camino sin prestar atención a los demás. Saludó amable al portero de la escuela y fue directo a su salón. Era muy temprano por lo cuál solo estarían maestros y alguno que otro jefe de grupo.

Antes de que llegara la multitud de estudiantes decidió ir a la cafetería y al abrir la puerta lo vio. El castaño que robaba todos sus suspiros leyendo un libro grueso de nombre "Todo oscuro sin estrellas", Jin alzó las cejas, el había leído ese mismo. Pensó en acercarse y comenzar una plática sobre aquél libro, pero era tan penoso que no se atrevería.

Pasó de largo, llegando hasta la mujer que atendía la cafetería.

"¡Oh, SeokJinie!" la señora sonrió alegre.

El pelinegro se sonrojó al pensar que el castaño había podido voltear a verlo debido al grito.

"Buenos días, Dahyun" ella sonrió y no pudo evitar apretar una mejilla del chico.

"¿Lo mismo de siempre?" Jin asintió, Da se perdió entre la cocina detrás del mostrador.

Una presencia a lado suyo le hizo mover sus piernas nervioso. La mujer regresó con un plato con comida recién hecha.

"Aquí está" agradeció con una reverencia y una sonrisa, pero antes de dar un paso la voz del chico mayor lo detuvo.

"¿Eres Kim SeokJin?" el mencionado abrió los ojos soprendido, asintió dándose la vuelta.

"¿Cómo sabes?" festejó mentalmente por no haber tartamudeado, el moreno sonrió.

"Oh, pues en mi grupo hablan mucho de ti" pareció nervioso por la mirada que Jin le daba "Creo que le gustas a uno de mis compañeros" el menor no pudo evitar reír.

"¿Gustar?, ¿Yo?" rió más fuerte y sostuvo su estómago "No, me debes estar confundiendo con Seok Jin de segundo grado, esa chica es popular y muy bonita" el mayor negó con una mueca.

"Estoy seguro. Te mencionó a ti. Que yo sepa no hay ninguna ni ningún alumno llamado Seok Jin en primer grado" los nervios brotaron esta vez en el más bajo.

¿Él gustandole a alguien? Imposible.

"¿Es una broma acaso?" su voz salió estable pero el miedo recorría su cuerpo "¿Cómo puedo gustarle a alguien? Deja de jugar con eso" su ceño se frunció y se alejó del mayor molesto.

Kim mordió su labio confundido. ¿Qué había pasado?, ¿Lo había ofendido?

"Jinie no tiene mucha autoestima" Da interrumpió sus pensamientos.

"¿Disculpe?"

El moreno volteó a ver a la mujer tras la mesa de la cafetería en donde se hallaban distintas muestras de comida. Ella sonrió amigable y volvió a hablar con voz calmada.

"Seok Jin no quiso ser grosero, de eso estoy segura. Solo que esos temas son delicados para él. Ha sufrido mucho y cree que gustarle a alguien es solo un sueño lejano" la mujer le sonrió amablemente "¿Por qué no te haces su amigo? Eres Kim NamJoon, el chico de los discursos sobre el amor propio, a él le ayudaría" Nam le agradeció y se dirigió a su aula.

¿Por qué ese chico le causaba tanta intriga?