Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

veintitrés

Jennie's pov:

Lisa y yo estamos observando a Leo dormir. Aún queda una hora de medicamento y decidimos que ella me hará preguntas sobre Leo para conocerlo mejor.

—¿Comida favorita?

—Le gusta la langosta. Es algo excéntrico.

—¿Postre favorito?

—Paste de chocolate con almendras.

—¿Bebida favorita? —preguntó mientras anotaba todo eso en su móvil.

—Le gusta la coca cola. —dije rápidamente.— Aunque a veces prefiere el jugo de frutilla.

—¿Qué películas le gustan? —preguntó Lisa.— Dime que lo hiciste ver juego de gemelas.

—¡Claro! Aunque realmente no se ve tan buena como cuando teníamos dieciséis, tiene un humor poco adecuado en ocasiones.

Lisa me miró ofendida.

—¡Retractate! —gruñó.

—No. Siguiente pregunta.

Ella se cruzó de brazos y sonreí. Es tierna.

—¿Qué le gustaría ser de grande?

—Músico. —dije rápidamente.— Desde que supo hace años que su madre tocaba la guitarra... Él quería ser músico, aunque probablemente también le gustaría ser policía.

—Ew, no. —dijo ella.— Será un músico.

Sonreí negando repetidas veces. Lisa sintió como Leo apretaba su mano mientras dormía.

—Lo hace desde que tiene dos años. —murmuré.— Siempre que duerme y tiene algo en la mano lo aprieta.

Sonrió levemente.

—Es todo un mundo... ¿Y qué le gusta hacer?

—Ve vídeos sobre vacas, juega con Skate, le da baños, juega con Jake, hacen siestas, deberías verlos... Leo duerme con Jake a su lado y con Skate metido en su cuello.

Ella sonrió embelesada por el rostro del pequeño. Parecía que quería grabar cada detalle de Leo.

—Es hermoso... Es... Tiene tus pestañas. —murmuró.

—Y todo lo demás es solamente Manoban. —admití.— Pero sí, es un niño hermoso... No hay cosa en el mundo que ame más que a Leo.

—Gracias por hacer un gran trabajo sin mí, es decir, es obvio que lo harías... Siempre fuiste mejor con eso.

—¿De qué hablas?

—Bueno, tu fuiste mi pilar cuando Leo enfermó y... Lo cuidabas, más que yo... Me ayudaste mucho y... Extrañé eso cuando... —suspiró.— Olvídalo, sólo... Gracias.

—¿Cuándo qué? —pregunté.

Ella negó.

—No es nada.

Iba a insistir, sin embargo Leo nos sorprendió con una sonrisa enseñando sus pequeños dientes.

—Hola, ya amanecí. —murmuró.

—Ya despertaste, cariño. —lo corregí.

—Sí, ya amanecí. —insistió. Me acerqué hasta él y besé su cabeza. Él apretó levemente la mano de Lisa y yo le indiqué con la mirada que me imitara.

Lisa también se acercó a besar su cabeza y Leo sonrió ampliamente.

—¿Ustedes fueron novias? —preguntó de pronto.— Ya saben, de esas como en la televisión, que se besan en los labios.

Ambas nos observamos en silencio y Lisa asintió lentamente.

—Sí, exactamente... Eso fuimos, hace años.

—Okay, ¿y cuánto tiempo? —insistió.

—¿A qué te refieres? —pregunté.

—Uh, por ejemplo... Si estuvieron más de dos días de novias antes de que la señora maestra Manoban te ponga en mi pancita.

Solté una risita y cubrí mis dientes de inmediato intentando disimular la gracia que me había causado aquella acotación de mi pequeño.

—Eh, sí. Varios años.

—¿Cuánto es varios? Yo sólo se contar hasta cien, mami.

Lisa mordió su lengua levemente en una sonrisa y acarició levemente el cabello de Leo.

—Varios es una cantidad considerable.

—Fueron cuatro años y medio, Leo. —contestó Lisa.— Luego tu comenzaste a crecer en la pancita de tu mamá.

—Y te fuiste. —dijo rápidamente él.

Lisa se apagó levemente y decidí intervenir.

—No. —murmuré observando a Lisa a los ojos.— Ella... No sabía de tu existencia, porque no pude decírselo, hubieron muchos inconvenientes de por medio, cariño. —él hizo un pequeño puchero.— Pero lo importante es que ahora está aquí.

—Oh, sí. Por supuesto. Eso es cool. —dijo Leo con una sonrisa.— ¿Podemos ir a comer helado luego de ésto? —preguntó emocionado.— Como familia, ya saben.

—Tendré que preguntárselo al doctor, cariño. —murmuré.— Ya queda menos con tu intravenosa.

Él observó su bracito y luego a Lisa.

—Las agujas son cool, una vez le puse una al tío Jungkook en la mano. —habló emocionado.

—¿De verdad? —dijo una Lisa emocionada.— Una vez pisé al tío Jungkook y lo empujé por una cuesta.

Leo comenzó a reír y ella también.

Tienen la misma sonrisa...

[•••]

—Sólo un helado de vainilla. —dije rápidamente.— El doctor dijo que no podías abusar del azúcar.

Leo quien iba subido a los hombros de Lisa asintió emocionado. ¿El motivo de la emoción? Lisa es más alta que yo y no ha parado de decir que está a centímetros del cielo.

—¡Mira mami, el cielo está cerca! —estiraba sus manos y Lisa no parecía preocupada.

—Cariño, no sueltes a Lisa. —dije poniendo rápidamente mi mano en su espalda.

—Jennie, está bien. No voy a soltarlo. —me dijo Lisa con un tono de voz que aunque me generó confianza no me dejó tranquila.

Toda la vida he pasado pendiente de Leo, de pequeño nunca sufrió los típicos accidentes o caídas que podría sufrir un niño, fue tranquilo y siempre tenía un ojo fijo en él.

Llegamos a la heladería y una señora de avanzada edad nos atendió. Pedimos tres helados de vainilla y luego salimos a buscar una banca en el parque de enfrente para comerlos.

Leo tomó mi mano mientras Lisa llevaba dos helados. Llegamos hasta una banca en donde entrábamos perfectamente los tres. Lisa se sentó de un lado y yo en el otro mientras Leo se puso en medio y repartió los helados.

—Yo este, porque es el más bonito como yo. —dijo rápidamente.

Lisa soltó una risita. Ese egocentrismo y apreciación por si mismo es lo más Lalisa Manoban que pudo hacer y ella lo sabe.

Ambos comenzaron a comer su helado mezclándolo. Algo absurdo ya que era el mismo.

—¿No vas a comer? —preguntó Lisa al notar que yo no dejaba de observarlos.

—Oh, sí, sí. —dije rápidamente.

Comencé a comer mi helado y Lisa apartó la mirada rápidamente. No sé si fue el hecho de que no estaba prestando atención o que, pero... Me costó entender la razón de su nerviosismo.

—¿Pasa algo, Lisa? —pregunté con una sonrisa en el momento en el que entendí. Ella negó sin observarme.— ¿Por qué no me miras?

—Sí, ¿por qué? —preguntó Leo antes de salir corriendo a perseguir una mariposa por el parque.

Lisa soltó un gruñido y ni siquiera volteó a verme.

—Lili. —dije rápidamente y ella se tensó.— ¿Qué sucede?

—Tú sabes que sucede y no es gracioso.

—Sólo lamí mi helado, ¿eso es erótico para ti? Tu mente está podrida.

—Aprende a comer como la gente normal. —dijo molesta acomodándose en la banca.

Observé sus pantalones y sonreí.

—Que rápida.

—Te lo dije antes, eres la única que me pone dura así de rápido. —susurró con la voz ronca.— Lástima que te lo perdiste.

Me sonrojé y evité observarla. Es una idiota.

[•••]

—¡Te atrapé! —gritó Lisa botando a Leo con suavidad sobre el pasto. Comenzó a hacerle cosquillas y yo los observaba de pie junto a ellos.— Oh, no... —dijo ella fingiendo caer muerta.

—¡Ay, no! ¡Mami! —dijo Leo asustado observándome. Comenzó a mover a Natasha.— ¡Señora maestra despierte! ¡No quería reírme tan fuerte!

Lisa abrió los ojos y abrió la boca de una forma extraña.

—¡Me estoy transformando en el monstruo, Leo! —dijo ella.

—¡¿Qué monstruo?! —dijo asustado.

—¡De las cosquillas! —dijo antes de que el pequeño pudiese huir.

Siguió haciéndole cosquillas hasta que él logró liberarse y comenzar a correr. Lisa se levantó y fue tras él.

Los vi correr y caminé a paso lento observándolo. Lisa lo levantó en brazos y él no dejaba de reír.

Saqué mi teléfono y los fotografié. Aquella imágen viviría siempre en mi mente, porque mi corazón se desbocó en cuanto los vi... Quererse tanto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro