doce
Lisa's pov:
—Debo irme. —murmuré luego de acabar por segunda vez.
Taeyeon se levantó del suelo y limpió las comisuras de sus labios.
—¿Por qué tan temprano? —preguntó.
—Tengo... Un amigo, vendrá desde Nueva York y bueno, debo estar en casa. —murmuré subiendo mis bóxers y pantalones.— Fue genial, ¿no? —pregunté.
—Siempre es genial contigo. —murmuró dejando un beso sobre mis labios.
Sonreí y me alejé para terminar de vestirme. Taeyeon me invitó a su casa hace unas horas y preferí venir antes que acabar con mi dignidad y cansar mi muñeca, si saben de lo que hablo... ¿No?
Bajé la escalera y subí a mi motocicleta. Conduje hasta mi departamento y al llegar me encontré con el mismísimo Kim Mingyu sentado en mi sofá bebiendo un martini.
—Te tardaste. —murmuró.— ¿Cómo estuvo el polvo que te estabas echando?
—Llegaste antes. También es un placer verte, amigo. —me burlé.
—Siempre es un placer verme, Manoban. ¿Todo bien? ¿Cómo está tu hijo? —preguntó y sonreí.
—Le di un regalo hoy, y aún no sabe que es mi hijo. —murmuré.— Pero todo bien, supongo... Jennie y yo charlamos.
—¿Llegaron a un acuerdo? —preguntó y negué.— Te ayudaré con eso, ¿Quieres custodia compartida? ¿Apellido? ¿Visitas? ¿Manutención compartida?
—Puedo darle dinero mensual, no hay problema en eso... Me gustaría que sea Manoban, tener visitas y una custodia compartida sería ideal, pero aún no sé si me quedaré o tendré que volver a Nueva York a trabajar, ya sabes. No me acostumbro a un sitio por mucho.
—Claro, te conocí en California. —murmuró sonriente.— No, fue en las Vegas, ya recuerdo. Te acostaste con la hermana de Mina.
—Sí, lo recuerdo. —murmuré.— Linda chica, nos divertimos bebiendo.
Mingyu sonrió. Parecía querer decirme algo sin embargo fue interrumpido por el sonido de mi móvil. Observé la pantalla 'BRUJA' y un emoji de una calavera se veía en el.
Me estaban llamando.
—Dame un minuto. —murmuré caminando al balcón.— ¿Hola? —contesté.— ¿Pasa algo Wanda?
—No, es sólo que... Le conté a Leo que su mamá ha regresado y... Está emocionado, sin embargo aún no quiere conocerte. Dice que... Tú le estás enseñando a tocar guitarra y quiere saber hacerlo bien. —murmuró y sonreí nerviosa.— ¿Entonces?
—Entonces... A su tiempo. Cuando él quiera, aquí estaré. —murmuré.— ¿Puedo comprarle una guitarra? —pregunté emocionada.
—¿No es demasiado? No quiero ser cruel, pero regalos caros no compesan que faltaste cuatro años de su vida.
Tragué saliva.
—Falté porque tú me alejaste. —murmuré.— Y porque tú quisiste eso.
—No vamos a tener ésta conversación otra vez, el punto es que... Mañana Leo tiene su primer día en natación. —murmuró.— Y los padres pueden venir, ¿te gustaría venir conmigo y Jongin? —preguntó.
—¿Y por qué irá él? Yo soy su madre, yo lo puse dentro de ti. En repetidas ocasiones. —mencioné burlona.
—Cállate. —gruñó.— Leo lo invitó para agradecerle lo del cachorro.
—¡Yo lo rescaté! —insistí.
—Él se lo regaló. —dijo Jennie rápidamente.
Con que estamos así, eh. Le regalaré algo mejor. Una mejor mascota, sí.
—Ajá, y yo lo puse dentro de ti hace cinco años. —gruñí.— No debería ir.
—Lisa es mi prometido, próximamente mi esposo, tendrás que verlo toda tu vida si quieres que ésto funcione, ambos están involucrados en la vida de Leo.
—A él lo involucraste tú. A mi no me diste esa posibilidad...
—Lisa, basta. No eres una víctima, deja de hacerte ver así. Estoy siendo comprensiva, ¿cuál es tu puta obsesión con ésto? Es un hijo de todos los que tendrás o que muy probablemente tienes regados por el mundo.
Auch. Eso dolió.
—No soy una prostituta.
—No dije eso, pero a veces pareciera que te cuesta mantener tu pene en tus pantalones por más de dos días. —gruñó.— Y todos en la escuela notan que te revuelcas con Kim Taeyeon.
—¡¿Y a ti qué cojones te importa?! —grité.
—¡Que no quiero que digan que la madre de Leo es una promiscua! —gritó.
—¡¿Ahora también soy su madre pero hace cuatro años, no?! —grité de la misma forma.
—Que insistente. Supéralo.
—No, Jennie. Lo haz tenido por cuatro años en secreto, me estoy entenderando ahora de ésto y... ¿Me pides que lo supere y ya? —pregunté ofendida.— ¿Qué mierda tienes en la cabeza, Jennie?
—Estás siendo dramática.
—¡No, no lo estoy siendo! —grité.
Me colgó. Suspiré molesta y le pegué a la barra de mi balcón. Tal vez saltar desde aquí no es una mala opción.
Volví dentro y me llegó un mensaje que decía 'Te veo a las seis mañana, aquí está la dirección' y adjuntaba la dirección más abajo. Su foto de perfil era horrible.
Y el peinado de Jongin es absurdo, su cabello es horrible, yo me vería mejor con tintura gris. ¡Yo me vería mejor que él!
Estúpido roba mujeres cara de trasero.
[•••]
—Que no me gusta, es linda y ya. —murmuré algo bebida.— Sigue siendo linda, la hubieses visto cuando teníamos quince, recuerdo que la vi y... Joder.
—Te enamoraste. Me pasó con Mina cuando la vi con un vestido azul, que mujer.
—Tú me entiendes. —murmuré chocando mi cerveza con la de Mingyu.— Pero esto fue... Diferente, comenzamos a ser novias a los dieciséis.
—Llevaban cuatro años al dejarlo... Eso es bastante, ¿cómo estás, amiga? —preguntó preocupado.
—Eso pasó hace cinco años, Mingyu. —murmuré.
—Ah, es cierto. —murmuró y comenzamos a reír.— Pero te pone.
—Todas las mujeres me ponen. —dije rápidamente.— No de forma grosera, me refiero a que me gustan las mujeres, soy muy lesbiana.
—Yo también soy lesbiana. —murmuró.— No así no era... Me gustan las chicas, soy...
—Heterosexual, Mingyu. Eso eres. —solté una risita.
—¡Vivan las mujeres! —gritó emocionado.— Me gustan. Extraño a Mina. —sollozó.
—Estás ebrio. —dije rápidamente.
—Y tú extrañas a tu ex, ¿quién está peor, eh? —preguntó sonriente.
—Touché. —sonreí.— Sólo quiero acostarme con ella, nada más. Y me arrepiento de... Haber sido tan insegura conmigo misma creyendome que Jennie me cambiaría por un hombre desde un principio... Supongo que ahora tendríamos otros dos hijos si yo no hubiese sido una... Cobarde.
—¿Por qué lo dices? —preguntó observándome con un ojo entrecerrado.
—Decidí alejarla yo, para que no se quede conmigo por lástima o no tuviese que romperme el corazón, y de igual forma... Me lo rompí sola. —solté una risita amarga.— Y creí que estaba superado hasta que supe que tuvimos un hijo, las cosas pudieron ser diferentes... Y...
—Y notaste que no lo habías superado del todo.
—La superé, pero no supero la idea de que todo pudo ser diferente. —suspiré.— Me muero de celos cuando nombra a su prometido y el tipo es un gran sujeto.
—¿Y por qué te mueres de celos si ya no la amas?
—Porque él tiene todo lo que yo alguna vez quise. Va a casarse con Jennie y convive con mi hijo. MI hijo lo invitó a su primera clase de natación. —murmuré de forma amarga.— Y tendré que verlo junto a Jennie...
—Jennie te gusta. —insistió.
—Jennie le gusta a todos. No es mi culpa.
—Entonces si te gusta. —se burló.
—Dejemos el tema y digamos que... Me confunde. —mencioné con una mueca.
Claro que lo hace, hace unos días yo creía que todo iba bien ya que la última vez que había pensado de forma romántica en Kim fue cuando mi hija falleció, y realmente luego de eso dejó de aparecer por mi cabeza... Sin embargo pensando en que si tan sólo la hubiese escuchado, si hubiese dejado la estúpida inseguridad de lado... Mi vida sería diferente ahora.
Tendría un lugar seguro en mi esposa, tendría dos o tres hijos... Mi hija no habría muerto.
Joder.
Y Jennie se ve tan linda como madre que ni siquiera puedo detenerme en pensar en nuestra familia que no resultó.
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5/6
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