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catorce

Lisa's pov:

Me senté junto a Jennie algo molesta. Estoy caliente y no podía bajarme la erección en el baño si traía un pato dentro de la jaula. Podría escaparsele un cuack mientras me masturbaba y habría cortado mi momento.

Oh, sí. Le compré un pato a Leo. Siempre quise tener un pato de pequeña, es la mejor mascota del mundo.

Me senté junto a Jennie y separé las piernas para evitar sentirme incómoda. Vi como miró de reojo mi bulto y sonreí victoriosa.

—Aún tenemos encanto, Lisito. —susurré y Jennie me pegó un codazo molesta.— Ignórala, te extraña.

—Cállate. Joder.

—¿Pasa algo? —preguntó Jongin. Con Jennie negamos al mismo tiempo.— Ahí viene Leo. —murmuró.

Levanté la mirada y pude ver a mi pequeño con un bañador de los Simpson. Saludó emocionado hasta donde estábamos, me quedé sin saber que hacer...

Él saludaba a su familia... Yo no soy eso.

—Sabe que vendrías a verlo, también es para ti. —murmuró Jennie y yo sonreí.

Comencé a saludarlo y lo vi sonreírme.

De pronto todos bajaron con cuidado y ayuda de un par de salvavidas lindas.

—Lindas chicas. —murmuré.

—Una de ellas es mi prima. —sonrió Jongin.— Puedo presentartela si quieres.

Asentí lentamente.

—¿La pelinaranja? —pregunté y él asintió.— Con gusto.

Jennie giró los ojos molesta mientras intentaba disimular frente a su prometido. Yo le pongo tanto como ella a mí, estoy segura.

—Estamos aquí por Leo, no para que hagas de cupido, Kim Jongin. —lo regañó.

—Perdón, nena. Tienes razón. Luego te la presento, Lisa. —murmuró Jongin apenado.

Asentí lentamente y me acomodé mejor en la silla. Mi entrepierna no hace más que molestar y aunque pase años odiando mi miembro, sintiendo inseguridades por ser una chica y tenerlo, aprendí a amarme después de que lo dejé con Jennie, por alguna razón noté que ella no era la única mujer que podría desearme teniendo un miembro, y me siento bastante orgullosa de mi amiguito a día de hoy, de cualquier forma soy increíble.

Supongo que la madurez me dejó avanzar en cuanto al amor por quien soy y por como me veo. Finalmente lo importante es que a no me guste ser como soy, y verme como me veo. Cada cuerpo es diferente y único, cuando eso se te graba en la cabeza... Todo se vuelve mejor.

Leo estaba sobre el agua mientras una mujer lo sostenía en brazos. Poco a poco lo dejó flotar mientras mi pequeño se tomaba de la barra de junto.

Nos observó y saludó emocionado. Jennie y yo soltamos una risita para luego observarnos con una sonrisa en el rostro.

—Nos quedó lindo. —murmuré y Jennie asintió.

—Es el niño más lindo del mundo.

[•••]

Al acabar el horario de la clase, la maestra se acercó a cada padre que tuviese dudas sobre el funcionamiento del grupo.

Jennie y yo estábamos bastante contentas, Leo se veía feliz y eso es lo importante.

—¡Mami! —gritó corriendo hasta nosotras y me abrazó. Me tensé.— Lo siento, las he confundido. Su cabello es igual. —se excusó.

Me quedé muda y asentí.

—Cariño... Lo hiciste increíble. —murmuró Jennie besando su cabello.— Eres...

—¡Super K, eso soy! —gritó emocionado.

—Hola, amigo. —murmuró Jongin agachandose a su altura.— ¿Te gusta aquí?

—Pues sí, ¿Qué no ves? —preguntó y mordí mi labio inferior intentando ocultar mi sonrisa.

—Amor, se amable. —lo regañó Jennie.

—Agh. —gruñó.— Sí, Jongin. Me gusta aquí.

—Leo. —llamé su atención.— Te tengo un regalo, es increíble.

—¡Wow! ¡¿De verdad?! —gritó emocionado mientras comenzábamos a caminar fuera.— ¡¿Qué es?!

—Una mascota. —dije emocionada.

—¡¿Qué mascota?! —preguntó emocionado.

—Míralo por ti mismo. —murmuré dejando la jaula en el suelo.— Tengo sus implementos en mi casa, te los llevaré.

Él abrió la jaula y de dentro salió un pequeño pato que traía un arnés. Observó a Leo y pegó su cabeza a las piernas del pequeño para luego soltar un graznido suave mientras se acomodaba contra él.

—¡Wow! ¡Mamá mira! —habló emocionado.— ¡¿Cómo se llama?!

—No tiene nombre, es tu deber elegirlo.

—¡Se llamará Skate! —gritó contento.

Enarqué una ceja, extraño pero creativo.

—Bien, Skate es cool. —murmuré.

Jennie no salía de su asombro, se acercó a mí y jaló mi camisa unos metros más allá.

—¿Dónde crees que meteré un pato en mi casa? —susurró molesta.

—Saca a Jongin y mete al pato. Simple. —dije sonriente.

Jennie giró los ojos.

—Deja a mi prometido en paz. —gruñó.— ¿Qué te ha hecho a ti? —preguntó molesta.

La observé fijamente. Mi mirada la recorrió de pies a cabeza y noté que se sonrojó.

—Tú sabes que me jode de tu prometido. —murmuré.

Ella se quedó en silencio.

—¡Mami, me sigue, mira! —gritó Leo emocionado al ver como caminaba y el pequeño pato lo perseguía.

—¡Que lindo, amor! —dijo Jennie con el mismo tono, se giró hasta mí y me observó molesta.— Te odio, Manoban.

—¿Me odias o te gusto? —pregunté burlona.

Ella enarcó una ceja.

—Quisieras.

—Ajá. Tengo a Taeyeon.

—Y yo a Jongin.

—Ajá. Pene pequeño.

—Como el tuyo. —dijo molesta.

—Al menos yo sé usarlo. —murmuré.— Oh, y se te olvida un detalle. —tomé su cintura y me acerqué a su oído.— Sabes que no lo es.

—¿Puedes dejar de volver todo una comparación en torno a tu pene? —gruñó.— Dios, ya pareces un hombre creyendo que le debes tu ego a tu...

—Se lo debo, pasé años avergonzandome, déjame quererme, Jennie. —murmuré molesta.

—Deja de compararte con mi prometido, ni el sexo ni el tamaño de tu pene te hará mejor que él.

—¿Y qué si lo haría? Dime, y te juro que lo haré. —dije rápidamente.

—Ya no hay nada que hacer. Enfócate en Leo. —murmuró ella agachando la mirada.

La observé acercarse a Jongin y vi como él la abrazaba, ella apoyó su cabeza en el pecho del moreno.

Creo que ya entendí todo.

Él la hace sentir en casa.

Joder...

[•••]

—¿Y te gusta? —insistió Mingyu.

—Creo que sí. —dije rápidamente.— No lo sé, ¿Me puede gustar mi ex novia? Es decir, claro, puede... Jennie es linda y encantadora, pero muy probablemente me gusta la idea de lo que pudo ser entre ambas.

—Eso tiene sentido, ¿No quieres charlarlo con tú terapeuta? —preguntó.

—No, está de vacaciones y no quiero molestarla. —murmuré.— ¿Sabes? Me dolió notar que... Ellos realmente se quieren.

Suspiré.

Sé que Jennie es linda y cualquiera puede sentirse atraído por ella, lo que me duele de la situación es que... Siempre vuelvo al mismo jodido punto...

¿Qué hubiese pasado si me quedaba aquí? ¿Y si no hubiese sido insegura? ¿Si desde un inicio hubiese sentido que mi cuerpo no significaría que Jennie me dejaría por una relación 'normal' con un hombre? Fue jodido crecer entre insultos por mi condición, finalmente no lastimaba a nadie siendo como soy, y aún así recibí burlas toda mi vida, me trataban como depredadora y ni siquiera podía usar el mismo baño que mis compañeras de clase... ¿Cómo iba a sentirme segura de mí? El día en que noté que a Jennie también le gustaba hice de todo para alejarla, y ella aún así me besó mientras esperábamos a su hermano y Jungkook, luego me enteré de que todo fue un plan de los tres para que Jennie pudiese besarme, porque aparentemente yo le gustaba desde que habían llegado desde Nueva Zelanda.

Flashback:

—¿Y tú... Ibas a la escuela allí? —pregunté intentando cambiar de tema.— Uh, es obvio... Te transfirieron. Lo siento. —murmuré.

Jennie me gusta, y no es fácil estar cerca de ella, ya que muchos han dicho que ella gusta de mí también y eso me pone aún más nerviosa.

Está sentada a mi lado e intento no concentrarme en ésto mientras espero que a mi mejor amigo dejé de andar como un marica calenturiento con su novio.

—Eres linda, Lisa. —murmuró ella.— ¿Te lo habían dicho? Eres muy linda...

Me sonrojé.

—Yo... Uh... Yo...

—Y sonrojada te ves mucho más linda. —mordió su labio inferior y sentí que dejé de respirar.

Ahí te voy, san Pedro.

Observé mis zapatos y comencé a mover los pies angustiada. Nunca nadie ha coqueteado conmigo, ¿Qué digo? No quiero que Jennie crea que puede gustar de mí o burlarse de mí.

Ay no. Probablemente quiere burlarse de mí, porque sabe que tengo pene y joder. No es lindo que haga ésto...

—¿Estás bien? —preguntó.

—Tengo pene, así que aléjate. —dije molesta.— Y si vas a reírte como el resto, no me importa. Eres una estúpida y mi mamá dice que son unos idiotas. —dije rápidamente.

—Lisa, ya sé. —murmuró.— ¿Crees que quiero reírme de ti? —preguntó.

—Ajá, y no voy a permitir que...

Me detuve al sentirla tomar mi rostro y pegar su boca a la mía. Me separé de golpe.

—¡No es gracioso que juegues conmigo! —grité molesta.

Me puse de pie y Jennie me imitó, sentí su mano en mi cintura y me apegó a ella.

—Cállate. —murmuró contra mis labios.— Tú me gustas, y me da igual lo que digan de ti, para mi eres perfecta... Así.

Me sonrojé y pasé mis manos por su cuello antes de ponerme de puntillas para besarla.

Fin flashback.

En aquél entonces Jennie era más alta, y siempre fue la activa de la relación, ella decía y yo... Me dejaba, me gusta eso.

A día de hoy yo soy más alta, pero si dejaría que ella... Uh, olvídenlo.

—¿Por qué está con Jongin? Revisé su perfil, no es precisamente un buen partido.

—El amor es ciego. —murmuré.

—No hablo de él físicamente, hablo en general... El sujeto es tan aburrido como una pared gris.

Solté una risita.

—Jennie también es una aburrida ahora. —murmuré.— Me voy. Iré a ver a Taeyeon.

Me levanté dejando la cerveza en la mesa y despidiéndome de Mingyu.

Invitaré a Taeyeon a salir.

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