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TRY.

Mis ojos seguían fijos en esa fotografía, su sonrisa era amplia y sus ojos reflejaban inocencia, pero un poco de tristeza se escondía detrás de ellos. La había observado durante tanto tiempo, tantas veces, que cada pequeño detalle lo conocía, odiaba a la persona que estaba a su lado, su rostro lleno de egoísmo, su cabello bien acomodado, lo odiaba.

Tomé otra lata de cerveza, en este punto de mi vida ni siquiera podía permitirme un buen vino, así que la amarga cerveza se deslizó por mi garganta, tan amarga como mi vida. Desde su partida, mi vida había sido una desgracia tras otra, era mi karma lo sabía, pero solo quería que todo aquello se detuviera. Lancé la lata vacía y se estrelló contra la foto, mi puntería siendo buena aún cuando me encontraba ya algo ebrio, un poco de espuma mancho mi rostro, distorsionandolo mientras que el de Soo Bin quedo completamente intacto.

Hacia cinco años que no sabía nada de Soo Bin, cinco años… ese era el tiempo que llevaba sin verlo, cinco años y… mis sentimientos por él no habían desaparecido, ni siquiera disminuido un poco. Ahora era un "hombre" de veintiocho años, con una vida miserable, después de enterarme que Soo Bin estaba casado con Min Gyu, las cosas solo fueron en declive, mi concentración en el trabajo era nula, comencé a cometer error tras error sin mencionar que muchas veces lleguaba borracho, pero necesitaba el alcohol, necesitaba algo para olvidarme de él, pero no importaba cuanto bebiera, Soo Bin no salía de mi mente. Pronto mi empresa quebró y dado a la fama que me hice en la industria, terminé tomando fotos en un pequeño estudio.

Un año después de la partida de Soo Bin me enteré que el bebé que esperaba con Woo Young no era mío, fue un golpe bastante bajo, porque aquel pequeño niño se había convertido en la luz de mis ojos y todo se vino abajo una vez más cuando Woo Young me lo confesó y después de hacerme las pruebas prudentes y confirmar que era cierto, no me quedó más que renunciar por completo a él. Había intentado demandar a Woo Young pero saber que había una pequeña vida que dependía totalmente de él me detenía, ya había causado daño suficiente y aunque Woo Young no era inocente, estaba cansado de todo aquello, ya el karma se encargaría de cobrarse a su manera.

Los años siguientes fueron igual de miserables, mi trabajo era estable, pero ya no podía darme lujos y apenas y podía pagar la renta del apartamento, la cual era pasada directamente a Soo Bin, pero él no tenía idea de que era yo quien lo rentaba, pues había utilizado otro nombre para ello. Mi vida amorosa estaba completamente muerta, después de Soo Bin no existió hombre alguno que despertara algún deseo en mi, yo alguien que siempre había sido bastante activo, sexualmente hablando, había perdido por completo mi líbido.

Miré una vez más la foto de Soo Bin, perdiendome en sus hermosos ojos, en lo suaves que lucían sus labios y deje mi imaginación volar, soñando una vida con él, imaginando que me amaba y nunca se había ido.

No supe en qué momento me había quedado dormido, solo que como todas las noches desde hace cinco años, desperté agitado y sudando frío, siempre tenía ese tipo de sueños cuando me permitía pensar en Soo Bin más de lo normal, sueños donde lo veía y no podía alcanzarlo, él siempre caminando frente a mí, pero mis piernas se ponían tan pesadas que apenas y las podía mover.

Miré el reloj, eran cerca de las cuatro am, mi cuerpo entero se quejo cuando me puse de pie, me había quedado dormido en la alfombra de la sala, me estiré y miré a mi alrededor, el apartamento seguía exactamente igual que como lo había dejado Soo Bin, pero su aroma se había desvanecido por completo, me arrastré como pude hacia la habitación, lanzandome sobre la cama, en un inútil intento de reconciliar el sueño, pero solo me encontré buscando algún indicio de que él había vivido ahí alguna vez.

No importaba si usaba el mismo jabón y el mismo suavizante, las sábanas ya no olían a él, a mi princesa, no importaba que hiciera, sentía como si él se estuviera desvaneciendo en el aire, habían tenido que pasar dos años para aceptar que él no volvería, los otros tres intenté vivirlos mientras me acostumbraba a su ausencia, la esperanza de encontrarme con él y solucionar todo, se había desvanecido, dolía, dolía tanto, quería regresar el tiempo y partirle el culo al Yeon Jun de veintidós años, a ese niño egoísta y estúpido, pero no podía, no podía regresar el tiempo, ni todo mi dinero había sido suficiente para regresarlo a mi lado, para reparar los daños, no sirvió para nada, porque aunque ya no estaba Woo Young y Soo Bin ya no corría peligro, tenía miedo, miedo de enfrentar la realidad de que tal vez… Soo Bin ya me había olvidado.

Esa madrugada lloré, como todas las demás, abrazando su almohada, intentando encontrar su aroma, recordando la suavidad de su piel, de sus labios, el brillo de sus ojos, su voz... Pero lo único que me quedaba de él, era un apartamento y un viejo celular.

Gruñi al volver a escuchar mi celular sonar, era la tercera vez en la mañana, pero al sentir la luz dar directamente en mi rostro me levanté de golpe, mareandome al instante, tomé mi celular y respondí.

ㅡ¿Diga?

ㅡMueve tu culo aquí o estás despedido.

ㅡYa voy, me quedé dormido.

ㅡTienes veinte minutos para llegar.

Maldije cuando Yoon Gi hubo colgado, nuestra amistad era un poco extraña, él era el dueño del estudio en el que trabajaba prácticamente mi jefe y, aunque reconocía mi talento, cada dos o tres veces a la semana, estaba amenazando con despedirme.

Me di una ducha rápida y me puse lo primero que encontré en el armario, no me dió tiempo de desayunar nada, así que solo tome una barrita de cereal y la fui comiendo en el camino, ese día si no recordaba mal, teníamos una sesión de fotos para una boda, Yoon Gi me había prestado un pequeño auto para el trabajo, no era la gran cosa y a veces la ventana se atascaba, pero me serviría al menos hasta que juntara el dinero suficiente para comprarme algo más o menos decente.

Me miré en el espejo retrovisor y solo entonces noté los círculos negros bajo mis ojos, era tarde para ponerme maquillaje, así simplemente tomé mis gafas de sol y me las puse. El estudio no quedaba muy lejos de ahí, sin embargo habían pasado más de los veinte minutos que me había dado Yoon Gi, así que entre sigilosamente, pero tan pronto como cruce la puerta, su voz llegó hasta mis oídos.

ㅡ¿Soo Bin nuevamente?

Yoon Gi era alguien bastante observador e intuitivo, ni siquiera tuvo que verme la cara para saber que había? Estado llorando por Soo Bin toda la noche, asentí con la cabeza y lo escuché suspirar largo y tendido.

ㅡ¿Sabes? Me hubiera gustado conocerlo, me entra una curiosidad terrible por conocer a la persona que logro ganarse tu corazón a ese grado. Tú quien no se tienta el corazón cada que rechaza a alguien, debió ser alguien muy especial.

ㅡLo es, es la persona más maravillosa que podrás conocer.

ㅡDeberías buscarlo, no sé, tal vez él ya quiera hablar contigo, lo peor que puede pasar es que te diga que no quiere verte.

Yoon Gi se encogió de hombros mientras preparaba su cámara, yo saqué la mía y comencé a ponerle el lente, sintiéndome nervioso por la simple idea de hacerlo.

ㅡNo sé si pueda soportar eso, tú eres la única persona que sabe todo, te lo conté, ¿crees que él quería verme después de lo que le hice?

ㅡO de lo que creyó que le hiciste, digo, al final fue por culpa de Woo Young que no lo buscaste.

ㅡAún así debí hacerlo, debí armarme de valor y buscarlo.

ㅡNo lo hiciste porque lo amabas, tenías miedo de que lo lastimaran, así como a ti, es una razón bastante valida, al menos para mi.

Pasé mi mano distraídamente por mi brazo izquierdo, una cicatriz apenas visible se extendía a lo largo de este, podía sentir aún el borde de esta, no había sido una herida profunda, un regalo de los amigos de Woo Young que al enterarse de que lo había engañado, habían venido a buscarme y me habían advertido que la suerte de mi nueva pareja, sería igual y, aunque Woo Young se había disculpado por ello varias veces, el miedo de que le pasara algo a mi princesa fue suficiente como para no intentar buscarlo.

ㅡDebiste demandarlo, debiste meter a la cárcel a ese tipo.

ㅡYa no es mi problema.

ㅡ¿Sigues pensando que todo fue tu culpa?

ㅡLo fue...

ㅡNo seas tan duro contigo, las personas hacen cosas idiotas por amor.

ㅡCreí... yo creí, que si seguía teniendo sexo con él, nunca se iría de mi lado, tenía miedo de mostrarle lo que en realidad sentía y huyera, además de que era un puto egoísta y no quería dejar a Woo Young, no con el bebé en camino.

ㅡUn bebé que ni era tuyo, jodido niño, y ahora el disfruta de lo bonito, de tu dinero, en fin... El punto aquí es que, deberías intentarlo, tal vez Soo Bin también te extrañe.

ㅡSi Soo Bin me extrañara, dudaría seriamente de su estado mental... no puede extrañar a alguien que le hizo pasar por todo eso.

Suspire y escondí mi rostro sobre el mostrador, no mentía, lo había lastimado tanto, lo había tratado tan cruel, había roto su corazón, lo había visto en sus ojos el día que lo busqué para terminar aquello, cuando él pensó que solo quería más sexo... cuando Woo Young me dijo que si no hacia algo para que él se alejara por completo de mi, probablemente nunca más lo vería.

Salí de mi nube de pensamientos cuando Yoon Gi me dijo que debíamos irnos, Yoon Gi le llamó a Yun, el chico que nos ayudaba con la iluminación y a veces a hacer algunas ediciones cuando teníamos mucho trabajo, era un poco más bajo que yo, era chino y en otro tiempo lo habría encontrado bastante atractivo, gracias a Yoon Gi sabía que yo le gustaba, pero aunque tenía una personalidad bastante agradable, siempre sería algo unilateral, pues mi corazón le pertenecía a una sola persona y no quería que nadie creara un nuevo rastro sobre mi piel.

Empacamos todo y fuimos al lugar que nos servirá de fondo, un hermoso parque no muy lejos de ahí, fue un día largo y agotador, pero me gustaba mantenerme ocupado, así mi mente dejaba de pensar y me enfocaba solamente al trabajo. Cuando por fin terminamos y guardamos todo para volver nuevamente al estudio, Yun se me acercó para invitarme a comer, mi estómago rugió recordándome que solo había comido una barrita de cereal y sin dudarlo acepté; sabía que Yun lo hacía con otras intenciones, y aunque en algún momento me había plateado seriamente intentarlo, mi mente y mi corazón terminaban viajando hacia una sola persona, Soo Bin.

Llegué a casa cerca de las nueve de la noche, había tenido que contratar un conductor pues habíamos bebido un poco, metí a duchar y luego de ponerme cómodo, me metí directamente a la cama, esperando y no, soñar con él.

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