TRABAJO.
Desperté cuando sentí un fuerte golpe en la cara, el cual se mezcló con lo que estaba soñando, Woo Young descubría lo mío con Yeon Jun y entonces una fuerte bofetada me era dada por este.
—Te juro que no era mi intención, todo paso tan rápido...
Me incorpore de golpe con el corazón latiendome a mil por hora y entonces me encontré con mi verdadero atacante, Beom Gyu dormía realmente horrible, lanzando patadas y manotazos, eso sin contar que giraba por casi toda la cama, me talle el rostro y le di un empujón al mayor con mi pie que hizo que cayera de la cama, acto seguido... me recosté e hice el dormido, apretando los labios para no estallar en carcajadas cuando el mayor se incorporo completamente desconcertado y enojado.
No pude evitar reír al ver el rostro de Beom Gyu cuando estaba preparabdo el desayuno para ambos, me decía que podría haber jurado que sintió una patada en su cadera antes de caer, yo me disculpe diciéndole que aun seguía dormido y no recordaba nada.
Ese día tenía solo dos clases y las vacaciones de fin de semestre estaban a solo una semana, haciéndome sonreír cual idiota al pensar que tendría casi todo un mes para tontear y jugar videojuegos. El celular del mayor vibro y una sonrisa se dibujo en su rostro, haciendo que sus ojos se transformaran en dos pequeñas líneas.
—Por cierto Soo Bin, le pedí a Woo Young que le preguntara a Yeon Jun si no sabía de algún trabajo para ti... Me acaba de enviar un mensaje y me ha dicho que tiene algo~ que puedes ir a verlo hoy después de clases a su oficina.
—¿Qué? ¡Pero Beom Gyu!
—Choi Soo Bin, no te quejes, yo sé muy bien que te la pasarás echado en el sofá jugando con tus videojuegos y comiendo comida chatarra, necesitas ser productivo...
—Pero... ¿Por qué con Yeon Jun?
—Creí que se llevaban bien.
—Así es pero... Es muy raro.
—¡Já! Como si tú fueras la persona más normal del planeta, en serio... ¿Los moomins?
Señalo la playera de mi pijama y no supe cómo defenderme, Beom Gyu había ganado esta vez.
—Aun así, el es un fotógrafo profesional, ¿en qué podría ayudarle yo?
—De modelo...
—¿QUÉ? ¡NO! Eso sí que no, ¿a caso usted ha perdido la razón? ¿Se ha vuelto loco?
—Vamos Soo Bin, eres bastante lindo, también eres muy guapo, fácilmente podrías hacerlo.
—¿Es esto una broma verdad? Usted ha perdido la cabeza, no, no y ¡NO!
—Aún no es nada definitivo, debes ir a un pequeño casting, Yeon Jun te explicará bien hoy, por lo que escuché, te pagaran muy bien y solo serán algunas veces por semana... Podrás comprarte toda la ropa de marca que quieras.
Bien, había dado en el blanco, no cabía duda de que Beom Gyu me conocía mejor que nadie, así que solo suspire y recargue mi frente sobre la fría madera de la mesa.
—Bien... ¿a qué hora tengo que ir hoy?
—A las cuatro, llega puntual, Woo Young me dijo que Yeon Jun es un poco exigente.
—Vale, ahí estaré.
Un largo suspiro abandono mis labios, Beom Gyu me veía un tanto divertido y si no fuera mayor que yo, juro que lo habría golpeado, pero me concentre en el delicioso platillo que había servido frente a mí, unos ricos panques con nutella, comí hasta no dejar nada en el plato y luego fui a alistarme para la escuela.
Las clases pasaron más rápido de lo normal y comenzaba a ponerme muy nervioso, vería a Yeon Jun después de lo que había sucedido en mi cocina, el simple hecho hacía que mi rostro se convirtiera en un tomate.
Cuando dieron las tres, fui a la cafetería a comer algo, a las 3:20 me encontraba camino a la estación del metro, Yeon Jun me había mandado la dirección en un mensaje, con indicaciones de cómo llegar, me hacía apenas unos 15 minutos hasta allá, pero no quería llegar tarde.
El viaje en metro fue bastante tranquilo, apenas salí de la estación me vi rodeado de edificios muy altos y de aspecto lujoso, Yeon Jun me había dicho que así como salía, debía caminar hacia mi mano derecha y de ahí solo eran dos cuadras.
Me entretuve mirando todo a mi alrededor, y unos minutos más tarde me encontraba frente a la compañía en la que trabajaba Yeon Jun, entré y una hermosa chica me miró con curiosidad, me acerqué a la recepción y le di mi nombre además de la clave de mi cita, ella sonrió y me señalo el elevador.
—Es el piso 16, el señor Choi Yeon Jun está en su oficina, le llamare para decirle que ha llegado.
—Gracias.
Caminé hasta el elevador, una vez ahí, presione el botón del piso 16. La música de ambiente eran baladas y pude reconocer una canción de Getsunova, uno de los solitas preferidos de Beom Gyu, la cante pues me sabía la letra y sonreí cuando las puertas del elevador se abrieron.
El pasillo era bastante amplio y al final de este se encontraba una enorme puerta que tenia escrito "Choi Yeon Jun" en dorado y debajo en letras más pequeñas "Director de fotografía"
Tenía entendido que la compañía de Yeon Jun se encargaba de las fotos de muchas marcas importantes, películas y programas de televisión, además de revistas y cosas por el estilo. Pero nunca me había imaginado que Yeon Jun fuera alguien tan importante.
No hasta que me encontré ahí, caminando por ese pasillo y viendo los enormes posters enmarcados y colgados, todos con el nombre de la empresa y de Yeon Jun, fotos que había visto en revistas, en espectaculares y ahora me sentía muy pequeño, Yeon Jun a su corta edad era alguien muy importante, mientras que yo, era solo yo.
—¿Vas a quedarte aquí todo el día?
Un grito escapo de mis labios y sentí que mi corazón bajaba a mis pies, gire bastante asustado, solo para encontrarme cara a cara con Yeon Jun. Coloque una de mis manos sobre mi pecho, sintiendo mi corazón latir con fuerza, mientras que en el perfecto rostro del contrario se dibujaba una ladina sonrisa, rodeo mi cintura y me pegó un poco a él.
—Debí haber traído mi cámara conmigo, tu expresión en estos momentos es maravillosa.
—Yeon Jun, aquí no, alguien podría vernos...
—¡Shhh! Eres tan dramático, vamos, pasa.
Soltó su agarre y me abrió la puerta para dejarme entrar, me quedé embobado viendo todo a mi alrededor, era una oficina bastante grande, con un gran escritorio y un enorme monitor, una cómoda silla o al menos eso aparentaba, mientras que los ventanales ofrecían una hermosa vista de Seúl, había también un enorme sofá y una mesa de centro, además de un pequeño frigobar y una mesa con una cafetera, el café me llamaba a gritos, pero tenía que comportarme, aquello parecía más una casa que una oficina, Yeon Jun se sentó en su silla y me señalo la que había frente a él, no se veía tan cómoda pero lo era.
—Soo Bin, cierra la boca o las moscas va a entrar en ella.
—Lo siento pero es que esto es... maravilloso.
—Lo sé, es mi oficina, tonto.
Mis ojos dejaron de vagar por el lugar y puse más atención al escritorio de Yeon Jun, era amplio y en forma de L, de un lado estaba el monitor y lo demás lo tenía libre, ahí junto al monitor, pude distinguir una foto de él y Woo Young. Algo en mi interior se removió y decidí fijar mi mirada en Yeon Jun.
—¿Y bien?
Yeon Jun no dijo nada, solo recargo ambos codos en el escritorio y luego su barbilla sobre sus manos, analizándome con cuidado.
—Eres hermoso, ¿lo sabías?
—¿Ah? Creí que venía por lo del trabajo...
—Así es, necesitamos un modelo para una famosa marca de cosméticos, el concepto es algo tierno, tenemos a la chica pero... Hasta ahora, ningún chico me ha gustado para el concepto, no hasta que estaba revisando mi celular y encontré unas hermosas fotos de un lindo chico, el cual resulta, está sentado frente a mí.
—Soy un chico Yeon Jun... ¡No puedo ser lindo!
—Pero lo eres, muy lindo y te sugerí para este trabajo, les dije que no eras profesional y que nunca habías modelado, pero que eras perfecto para ello, te cité hoy para tomarte algunas fotos y enviarlas, no puedo compartir mis hermosas fotos, esas son mías.
La forma en la que Yeon Jun pronuncio mías, hizo que el vello de todo mi cuerpo se erizara, pero me sentí especial, él era posesivo conmigo y eso de cierta forma me gustaba.
Yeon Jun sacó la cámara de su estuche y me pidió que me relajara, pero era imposible para mí relajarme teniéndolo tan cerca y mirándome de esa forma, como si quisiera arrancarme la ropa y hacerme suyo.
Tomó algunas fotos y luego las revisó, bufando y alborotándose el cabello.
—Te he dicho que te relajes Soo Bin...
—Ni siquiera he aceptado y ya lo das como un hecho.
Yeon Jun no dijo nada, salió de detrás de su escritorio, caminó hasta donde yo estaba y entonces giró mi silla, la cual recargo contra la mesa, su cámara la sostenía con una mano y con la otra me tomó por la barbilla y se acercó hasta apoderarse de mis labios. Fue un beso lento, demasiado suave, mis manos cayeron a los costados de mi cuerpo y mis ojos se cerraron poco a poco, disfrutando de aquel tacto, de su dulzura, de Yeon Jun.
Se alejo luego de unos minutos y sin previo aviso, escuché el obturador de la cámara, una y otra vez, mis labios estaban aun entreabiertos y húmedos por la saliva de Yeon Jun, mis mejillas probablemente un poco sonrojadas y mis ojos brillosos por el deseo, Yeon Jun sonrió triunfal.
—¡Perfecto! A esto me refería...
No me dejo ver las fotos, solo volvió a sentarse en su cómoda silla y me observó en silencio.
—¿Ya puedo irme?
—Claro... o puedes esperar a que sean las cinco e ir a comer conmigo.
No me la pensé mucho antes de responderle.
—Esperare.
—Bien, se un buen niño mientras yo termino de editar algunas fotos... Y Soo Bin, no salgas al balcón.
Me sentí como un niño pequeño, ¿Por qué las personas insistían en tratarme así? Tal vez mi comportamiento algunas veces era como el de un niño y mi apariencia no ayudaba mucho, pero ya era un adulto, vivía solo y... Bien, el pijama de los moomins y la sabana del Rey León no contaban, tampoco mi sudadera de pusheen ni mis calcetines de corgis.
Estaba perdido, no había caso en luchar contra eso. Mis ojos viajaron hasta Yeon Jun, el cual trabajaba en silencio, se veía concentrado y parecía una persona completamente diferente, parecía más maduro y extremadamente guapo, sus labios se fruncía un poco y los lamia de vez en cuando, y así cuando menos lo esperé, el apagó el monitor y se puso de pie, estirándose y tallando sus ojos.
—Vamos princesa.
Ni siquiera había sido consciente del tiempo, me la había pasado literalmente casi dos horas viendo a Yeon Jun, asentí y aunque Yeon Jun no lo sabía, en ese momenti mi corazón latía rápidamente contra mi pecho.
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