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LOSE.

[POV YEON JUN]

Ya que Woo Sik se quedaría aquella noche con Kai en la recámara, pues era muy tarde cuando ambos despertaron, Soo Bin y yo nos quedamos a dormir en el piso de la sala, acomodamos varias cobijas y aunque trataba de hacerle la plática a Soo Bin, él parecía estar en otro mundo. No parecía que me estaba ignorando a propósito, él simplemente parecía tener la cabeza en otro lado, así que solo lo dejé tranquilo, probablemente estaba pensando en lo que le había dicho.

Mientras intentaba conciliar el sueño, me puse a pensar en ese día, en lo feliz que me sentía y en lo rica que había estado la comida que Soo Bin preparó, aunque aquello me hizo sentir un poco celoso, pues lo había imaginado preparando la cena para Min Gyu infinidad de veces, él había podido disfrutar de esa deliciosa comida, pero ya no importaba, ahora sería yo quien podría disfrutar de aquello.

Desde que Soo Bin había llegado, no había podido pasar desapercibido la alianza que llevaba en su mano izquierda, pues a veces Soo Bin se ponía a jugar con ella. Me ponía un poco ansioso, pues eso significaba que Min Gyu y Soo Bin seguían casados y aquello sería un problema al final de cuentas, pero… ¿por qué Min Gyu no estaba ahí?, si yo fuera el esposo de Soo Bin, no lo dejaría solo ni un minuto, no, con lo hermoso que es Soo Bin, seguramente tendría a varios hombres cortejandolo.

Me gire para intentar dormirme y me encontré con la hermosa imagen de mi princesa durmiendo, ¿cómo podía lucir tan lindo aún cuando dormía?, estiré mi mano y le peiné suavemente el cabello, él ni siquiera se movió, dormía profundamente.

ㅡBuenas noches, princesa.

Cuando desperté, el lugar a mi lado estaba vacío, mi alarma aún no sonaba y pude escuchar a alguien hablando cerca de la puerta, era Soo Bin despidiéndose de Woo Sik, pronto todo volvió a quedar en silencio y sentí a Soo Bin deslizarse nuevamente bajo las mantas, el solo sentir su calidez me hizo quedarme nuevamente dormido.

Mi alarma al fin sonó, no quise despertar a Soo Bin, así que me levanté sigilosamente, aquel era el día en el que suponía debía mudarme, pero ahora que sabía la verdad, me negaba a hacerlo, no iba a desaprovechar la gran oportunidad que la vida me estaba regalando, tenía que ganar puntos, así que me puse a preparar el desayuno luego de ducharme, hice la cama en el cuarto de Soo Bin y limpié un poco la casa.

ㅡ Princesa, ya despierta o vas a llegar tarde al trabajo, es la segunda vez que suena tu alarma.

ㅡNo quiero… tengo sueño.

ㅡLo siento, ya no soy rico y ya no puedo mantenerte, debes trabajar.

Soo Bin abrió los ojos de golpe y me empujó lejos de él.

ㅡNo necesito que me mantengas, no necesito nada de ti.

Soo Bin se levantó enojado, murmurando varias cosas que no entendí, pero yo solo sonreí pues había conseguido que se levantara y era lo único que importaba. Lo esperé para que desayunaramos juntos, él solo suspiró y se sentó en la mesa, lo más lejos de mi y que pudo.

ㅡNo voy a comerte

ㅡNo confío en ti.

ㅡNo, no confías en ti, porque sabes que yo solo llegaré hasta donde tú me lo permitas.

ㅡIdiota.

ㅡPero soy tu idiota.

Soo Bin no dijo nada más, parecía no estar de humor, se veía extraño, nuevamente parecía estar en otro lado, por más que intentaba llamar su atención o bromear con él, él seguía mirando hacia el infinito, comenzaba a preocuparme, ahora que no estaba Kai, el comportamiento de Soo Bin era muy extraño.

—¿Ya has encontrado algún lugar donde quedarte Yeon Jun? Dijiste que te mudabas hoy.

—En realidad… no he encontrado ningún lugar al que pueda mudarme, esperaba poder hablar contigo sobre eso. Ahora no es mucho lo que gano y encontré lugares pero me quedan muy lejos de mi actual trabajo, mi presupuesto no da para mucho, aunque me prestan un auto yo debo pagar la gasolina y bueno, si me quedo, podemos pagar la renta entre los dos, ¿crees que puedas rentarme la sala?

Soo Bin parecía no tragarse nada de aquello, pero en realidad no mentía, aunque Yoon Gi me había ofrecido el estudio de su casa, no quería molestarlo, aún seguía pagando el abogado que me había ayudado a divorciarme de Woo Young, además… necesitaba cualquier excusa para estar cerca de Soo Bin, necesitaba conquistarlo de nuevo. Puse la mejor cara de perrito abandonado que pude, pero Soo Bin ni siquiera me miraba, él estaba mirando a la nada nuevamente, su mirada llena de tristeza, algo que me preocupo aún más. Tuve que pasar mi mano frente a él para llamar su atención y pareció asustarse, como si hubiese olvidado que estaba ahí.

—¿Estás bien, Soo Bin?

—¿Eh? Sí... me encuentro bien.

—¿Entonces sobre la renta?

—Puedes quedarte, pero también tienes que hacerte cargo de la limpieza y gastos básicos, además de que dividiremos la despensa, yo me haré cargo de la comida y tú del desayuno, y lavaremos el baño dos veces a la semana, una tú y otra yo, creo que no olvido nada, igual haremos un contrato.

Sentí que mi alma regresaba a mi cuerpo cuando escuché aquellss palabras, Soo Bin ahora parecía una persona más madura, me gustaba, pero si era sincero, extrañaba esas pequeñas actitudes infantiles que a veces tenía.

—¡Gracias princesa!

—¡Que no me digas así!

—Lo siento... Soo Bin.

No dijo nada y se dio la vuelta para dirigirse a su habitación, estaba un poco extraño ahora que Kai no estaba, era como si le costara trabajo sonreír, obviamente algo estaba mal, pero no me atrevía a preguntarle, además sabía que no me respondería.

Aquel día en el trabajo, no pude dejar de pensar en el comportamiento de Soo Bin, me tenía bastante intrigado y preocupado, pero me era imposible pensar en alguna manera de preguntarle sin que Soo Bin dejara de hablarme, estaba desesperado.

Los días pasaban rápido, y aquello no era en absoluto como lo había imaginado, por las mañanas cuando yo me levantaba, preparaba el desayuno, pero no había rastro de Soo Bin en ninguna parte, habían sido pocas veces las que había tenido la oportunidad de desayunar con él, cuando regresaba de trabajar, ordenaba un poco la casa y horas más tarde, Soo Bin regresaba, siempre luciendo agotado pero aquello no le impedía cumplir su parte del trato, siempre cocinaba y se había negado a que yo lo hiciera aunque había insistido varias veces, apenas intercambiábamos unas palabras mientras comiamos, luego él se duchaba y se iba directo a la cama, algo que se volvió rutinario, incluso los domingos que no trabajábamos, Soo Bin se pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, a veces escuchaba el televisor encendido y otras un poco de música, pero la mayoría de las veces, se la pasaba leyendo.

Lo sabía porque era yo quien terminaba ordenando la pila de libros que iba acumulando, algunos en inglés, incluso descubrí que usaba gafas y sentí la terrible necesidad de verlo con ellas, apostaría lo que fuera a que se veía bastante adorable.

Sin darme cuenta, dos largos meses pasaron, durante todo ese tiempo, mi relación con Soo Bin no había avanzado en lo más mínimo, al contrario, se había vuelto monótona, pero no era porque yo así lo hubiera querido, por más que me esforzaba, parecía que Soo Bin había creado un muro a su alrededor, imposible de cruzar. Noviembre acababa de entrar, las decoraciones de navidad ya eran visibles, aquello me dió el gran pretexto de poder decorar el apartamento junto a Soo Bin, tal vez podría usar algunos muerdagos como pretexto para besarlo.

Sin embargo, conforme pasaban los días, pude notar como el comportamiento de Soo Bin se volvía cada vez más raro, cuando nos sentabamos a comer, él apenas y probaba la comida, me ignoraba por completo, pero no parecía hacerlo a propósito nuevamente, solo no parecía estar ahí, además de que unas ojeras comenzaban a formarse debajo de sus hermosos ojos.

Se veía más delgado y parecía... muy triste, cada que me miraba, podía ver la lucha interior que tenía, a veces parecía querer matarme con la mirada, otras veces parecía suplicarme con esta, algunas más podía jurar que veía deseo en sus ojos, pero siempre era un sentimiento diferente, algo que me preocupo demasiado, pero cuando le preguntaba a Soo Bin si todo estaba bien, el me ignoraba por completo.

El viernes salí más temprano de lo normal, tendríamos una sesión de fotos un poco lejos de Seúl, así que nos quedaríamos a dormir allá y debía preparar mi maleta, estaría fuera el fin de semana, tenía que avisarle a Soo Bin, mientras terminaba de acomodar mi ropa, escuché la puerta abrirse, mi princesa había llegado temprano, mi ropa la guardaba el closet que había en su cuarto, así que cuando Soo Bin entró dió un pequeño brinco, lo salude como siempre y él me ignoró como hacía últimamente.

—Soo Bin... Solo quería avisarte que debo salir este fin de semana, tengo trabajo fuera de la ciudad, regresaré el domingo por la tarde.

—Bien.

Fue todo lo que dijo y aunque esperaba alguna palabra más, esto nunca pasó; ahora que lo veía con la luz del sol, pude notar lo demacrado que lucía, aquello me hizo entrar en pánico, Soo Bin estaba mucho más delgado, sus ojeras ahora estaban más marcadas y el cansancio y tristeza que reflejaba su rostro, me hacía doler el corazón, pues no sabía como ayudarle, me acerque a él y coloqué mi mano sobre su frente, él de inmediato se hizo hacia atrás y me empujo.

—No me toques...

Sus palabras dolieron, fueron frías y pude sentir el odio en ellas, yo solo quería ayudar, estaba muy preocupado por él, pero él parecía empeñado en alejarme, salió de la habitación y yo me quedé ahí, con la maleta a medio hacer. Me senté sobre la cama y me alborote el cabello con desesperación, si seguía así, pronto debería rendirme ante aquella idea de volver a estar con Soo Bin, pero no podía... no cuando lo había esperado por tanto tiempo, terminé mi maleta y la saqué a la sala, Soo Bin no se encontraba ahí, así que supuse, estaría en el baño, el timbre de la puerta sonó, así que me dirigí a abrirla, pensaba que era la comida que había ordenado, pues no quería que Soo Bin cocinara en ese estado, pero un señor alto y vestido con traje me saludo.

—Buenas tardes ¿Se encuentra el señor Choi Soo Bin en casa?

ㅡSoy el abogado del señor Kim Min Gyu.

Aquello me descolocó por completo por un momento, de pronto, sin poder evitarlo, la esperanza de que Soo Bin se estaba divorciando de Min Gyu me invadió junto a una gran felicidad, no pude evitar sonreír mientras asentía.

—Sí, pero él está un poco ocupado, si gusta esperarlo puede pasar...

—Solo vengo a entregarle el...

—¿Ya está todo listo?

La voz de Soo Bin me hizo pegar un brinco, había estado tan feliz imaginando cosas, que no había notado cuándo se había parado detrás de mí, me tomó por el brazo y me empujó dentro del apartamento, a pesar de ello, era más alto que él y seguí curioseando desde detrás.

—Sí, ya todo está en orden, aquí tiene, debo retirarme, tengo otros asuntos que atender, cualquier cosa puede llamarme o ir directamente a mi despacho.

—Si, muchas gracias.

La voz de Soo Bin sonaba apagada, mi corazón latía lleno de felicidad y esta era notable, a pesar de ello, también me sentía celoso, pues ahora entendía porqué Soo Bin estaba tan decaído, era por el divorcio, ¿Soo Bin realmente amaba tanto a Min Gyu?, al parecer sí y aquella sola idea me hizo hervir la sangre, por suerte la comida llego y mi cabeza se ocupo en otras cosas.

Pero ese día, Soo Bin no salió a cenar.

Aun dolido por lo del día anterior, pude levantarme más tarde pues mi vuelo salía a las diez y ya había dejado listo el desayuno, fui a la habitación por mi ropa para ese día y casi se me sale el alma cuando me encontré con un bulto recostado en la cama, Soo Bin no había ido a trabajar, lo vi cubrirse con las mantas, tal vez estaba enfermo.

—Soo Bin… ¿Te sientes mal? ¿Quieres que vayamos al médico?

—Quiero... ¡Quiero que te largues de aquí Yeon Jun! ¡Eso quiero!

Sus palabras me tomaron desprevenido, casi pude escuchar como mi corazón comenzaba a romperse, sentí las lágrimas agolparse en mis ojos, no quería que él me viera tan vulnerable así que di media vuelta, tomé mi ropa y salí de la habitación, aquello había sido cruel, tal vez lo merecía pero... aun así dolía, sentía mi pecho doler, no podía respirar bien y mientras me duchaba, no pude evitar llorar, lloré hasta que me sentí un poco mejor, pero el dolor se mantuvo.

Durante todo el viaje, estuve de un humor terrible, tanto que ni Yoon Gi quiso acercarse a mí, y a ello le sumaba que tenía un mal presentimiento, sabía que algo no estaba bien, que Soo Bin no estaba bien, ¿qué pasaba si de verdad estaba enfermo?, unas terribles ganas de volver me invadieron, pero no podía simplemente dejar mi trabajo botado, no cuando Woo Young se había encargado de difamarme en cualquier empresa a la que había ido por una entrevista de trabajo.

Las horas pasaban muy lento y aunque había podido desahogarme un poco contándole todo a Yoon Gi, no me sentía mejor.

El domingo por la noche, fuimos a celebrar que ya habíamos terminado, el plan había sido que regresariamos ese mismo día, pero el trabajo se había alargado y todos estaban demasiado agotados como para volver, comimos carne y también estuvieron bebiendo, aunque yo no me uní a ellos, no me sentía con ánimos de beber.

Me retire primero que todos, no estaba de ánimo para ver a todos ebrios ni para cuidarlos, cuando me encontré el hotel, me duche y me dispuse a dormir, apenas me había acomodado en la cama cuando mi celular sonó, mi corazón se detuvo cuando vi el nombre de Soo Bin en la pantalla, Soo Bin me había dado su número para comunicarse conmigo en caso de emergencia, aunque él no sabía que yo ya lo tenía, yo le había pasado el mío y rogué porque no notara que había sido yo quien le había hablado aquella vez, no quería parecer un acosador.

—¿Soo Bin todo está bien?

—¡Shhhh!, no hables tan... fuerte.

La voz del más pequeño sonaba extraña, de inmediato entendí porqué.

—¿Estás borracho?

Apenas era entendible lo que el mayor decía, era obvio que había bebido, suspire pesadamente, el aún amaba a Min Gyu, por eso se había puesto así, lo de su divorcio realmente le dolía, todo aquello me dolía demasiado, me sentía enojado con Min Gyu, pero ya me encargaría yo de buscarlo y decirle algunas cosas.

—Soo Bin, por favor ve a dormir.

—¡No!, me costó mucho trabajo comunicarme... contigo, ¿Por qué no me respon...des? Llevo hablándote todo el día.

—Estaba trabajando, pero... no tengo ninguna llamada perdida, Soo Bin por favor ve a…

—Min Gyu... Ya sé que ya no me amas, pero…¿por qué tenías que irte así?

Jaque mate.

—Soo Bin yo no...

—¡No lo digas! Si ya no me amas... no lo digas...

—Soo Bin... basta, esto duele.

—Ya es casi un año desde que te fuiste... ¿Me has perdonado?

—No sigas por favor...

Las lágrimas nuevamente amenazaban con salir de mis ojos, sentía un gran nudo en la garganta, iba a colgar cuando escuché cristal rompiéndose, me levanté de golpe de la cama, enredandome con las mantas.

—¿Soo Bin? ¿Soo Bin estás bien? ¡SOO BIN!

La llamada se corto, me puse de pie y salí corriendo del hotel en donde estábamos, apenas y había tenido cabeza para tomar mi cartera, no llevaba abrigo y comenzaba a hacer frío, pero no me importaba, lo único que me importaba en ese momento, era llegar con Soo Bin. El taxi me dejó en el aeropuerto y fue entonces que fuí consciente de mi aspecto, llevaba un short y la sudadera que usaba para dormir, tenía el cabello despeinado y llevaba sandalias, pero nada de eso me impidió abordar el vuelo que estaba próximo a salir, seguía intentando comunicarme con Soo Bin, pero seguía mandándome a buzón, comenzaba a desesperarme y aunque solo era una hora de vuelo, el tiempo era oro en aquella situación.

Cuando por fin estuve en Seúl, tomé un taxi y le pedí que condujera lo más rápido que pudiera, por suerte era de madrugada y no había nada de tráfico, debía verme muy mal pues el taxista no dejaba de preguntarme si estaba bien. Por fin me encontré frente al edificio, ni siquiera esperé el elevador, subí corriendo las escaleras, perdiendo una sandalia en el camino, pero poco me importó, cuando estuve parado frente a la puerta me di cuenta que había olvidado mis llaves, estaba dispuesto a derribarla pero la puerta se abrió, no tenía seguro.

Dentro todo estaba oscuro, solo estaba el televisor encendido, mi corazón latía a mil por hora, me dolía el pecho y el costado por no poder respirar bien, sentía miedo de entrar y encontrarme con la peor escena, caminé despacio en busca del pequeño y sentí que mi alma regresó a mi cuerpo cuando lo vi recostado en sofá, durmiendo profundamente, él estaba bien, él solo se había quedado dormido y un vaso se le había caído de las manos rompiéndose al chocar con el piso, así que luego de recoger los vidrios rotos, y ponerme otras sandalias, cargué a Soo Bin entre mis brazos y lo llevé a la cama; mi pulso se aceleró cuando me dí cuenta de que solo llevaba una playera y sus boxers puestos, pero me golpeé mentalmente, no era momento para pensar en eso.

Me quedé cuidandolo por un buen rato, viéndolo dormir con la luz que entraba por la ventana, pero sí seguía ahí iba a hacer alguna tontería, así que me puse de pie para irme, pero ni siquiera había dado el primer paso, Soo Bin me tomó por la muñeca.

—Min Gyu... Perdóname...

Fue todo lo que dijo antes de volverse a dormir, besé su frente y lo tape bien, comenzaba a resignarme al hecho de que Soo Bin siguiera enamorado de Min Gyu, salí sigilosamente de la habitación, el cansancio se había apoderado de mi luego de aquella carrera que había tenido. Arrastré mis pies hasta el sofá y me dejé caer en este, me removí un poco cuando sentí algo extraño bajo mi cuerpo, me había sentado sobre algo, así que lo saqué cuidadosamente.

Mi corazón se saltó varios latidos, era el sobre que le había dado el abogado de Min Gyu a Soo Bin, los papeles de divorcio seguramente, me quedé mirando el sobre por un largo rato, sin saber qué hacer, pero mi curiosidad fue más grande.

Nada en el mundo me hubiera preparado para aquello, sentí mi pecho oprimirse y mi corazón detenerse, poco a poco todo comenzaba a tomar sentido, me sentí culpable, me sentí la peor persona sobre la tierra, toda esperanza desapareció.

Aquellos, no eran los papeles divorcio de Soo Bin, aquello era algo mucho más sombrío, aquel sobre amarillo contenía los papeles de un testamento, era el testamento de Min Gyu, junto a estos venía un acta de defunción. Soo Bin no se había separado de Min Gyu… Min Gyu había muerto en un accidente de auto… justo hace un año.

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