Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

JUEGO.

"7...8...9...10"

Mentalmente iba contando los números que se iban marcando en lo alto de la puerta del elevador, solo otras dos personas iban dentro, bajaron en el piso 8 y me quede completamente solo.

Aquel lujoso hotel me hacía sentir jodidamente pequeño, siempre había escuchado hablar de aquel lugar, de lo caro que era, aproximadamente tres mil dólares la noche, Beom Gyu me había comentado alguna vez y, suponía que por ello mi ansiedad solo iba en aumento.

Mis piernas temblaban y podía jurar que estaba a punto de desmayarme... ¿Cómo rayos había llegado ahí? Lo último que recordaba era que había tomando un taxi y lo próximo que supe era que ya me encontraba frente a aquel lujoso lugar.

El elevador por fin se detuvo, haciéndome pegar un brinco cuando esto sucedió, talle mis manos en el pantalón para secarme el sudor mientras las puertas se abrían lentamente.

Yeon Jun me había envía otro mensaje con el piso y el número de habitación, miré el largo corredor y pude ver aquella puerta más grande que las demás y con el número 106 en dorado.

"Solo le diré que pare su juego, que esto se acabo."

Me repetía una y otra vez, sintiéndome cada vez más nervioso conforme caminaba por aquel silencioso corredor, dando un brinco cuando las puertas del elevador se cerraron el ruido haciendo eco en todo el pasillo, solo unos metros más y por fin estaría frente aquella puerta. Podría jurar que jamás me había sentido tan nervioso en mi vida, bueno tal vez si, pero esos nervios venían acompañados con algún tipo de advertencia que me daba mi cuerpo.

Me detuve frente a la puerta, cerrando mis puños con fuerza, solo entraría y saldría de ahí, así de simple, es más, de ser posible, ni siquiera entraría, le diría sus verdades a Yeon Jun y me iría de regreso a mi casita. Llené mis pulmones y eleve una de mis manos, deteniendola a escasos milímetros de que esta tocara la madera, no podía, no iba a dejar que Yeon Jun me humillara y me tratara a su antojo, me iría con lo poco de dignidad que me quedaba.

Giré sobre mis talones y justo antes de que diera el primer paso, se escuchó la puerta abriendose a mi espalda, mi cuerpo tensándose al sentir un brazo rodear mi cintura, en menos de un minuto, me encontraba dentro de la habitación, la puerta cerrándose ante mis ojos y aquel aroma tan familiar llegando hasta mi nariz.

—¿A dónde ibas Soo Bin? Ya habías llegado tan lejos...

—Y... Yeon Jun, suéltame...

—¿De verdad quieres que te suelte Soo Bin?

Pegó mi cuerpo por completo al suyo, haciéndome notar el bulto que había entre sus piernas, por más que intente controlarme, no pude esconder aquel escalofrió que recorrió mi espina dorsal cuando lo presionó contra mi, Yeon Jun riendo contra mi sensible cuello.

—Fuiste tú quien dijo que ya no... ¡Que ya no nos viéramos más!

—Tienes razón Soo Bin, pero... ¿A caso no pensaste en buscarme? ¿Por qué no lo hiciste?

Podía escuchar el enojo en las palabras de Yeon Jun, incluso pude sentir el leve temblor de su mandíbula al hablar, ejerciendo más fuerza en su agarre, posando sus labios en mi cuello, mi piel respondiendo siempre tan rápido ante él, ante su tacto, ante sus carias, porque con el ápice de su nariz, recorría el largo de mi cuello, mientras que con la punta de sus dedos, acariciaba mi abdomen sobre la ropa.

—Hueles a él...

Susurro de repente contra mi oído y sentí como era jalado, me rodeo con ambos brazos y me elevo en el aire, caminando hacia la única puerta que había dentro de la habitación, yo intenté zafarme, tomando con mis manos los brazos de Yeon Jun, pero solo recibí una mordida en el cuello como advertencia.

—¡Basta! Deja de moverte Soo Bin...

ㅡSueltame…

Sus palabras sonaron frías y las mías tan débiles, estaba perdiendo aquella batalla sin siquiera luchar, me empujo dentro del baño y cerró la puerta tras él, colocando el seguro, me tomó por la muñeca y me jalo hasta la enorme bañera que había. Mi mente pareció abandonar mi cuerpo, estaba tan ido que no fue hasta mucho después que me di cuenta de lo hermoso que era aquel lugar, Yeon Jun seguía sosteniendome, sentado en el filo de la bañera, observandome con sus hermosos ojos negros, recorriendo todo mi cuerpo. Me sostuvo con una sola mano de la muñeca y con la otra puso a llenar la bañera y agregó algunas sales aromáticas.

Cerró la llave y se puso de pie, acariciandome el cabello con tanta delicadeza que me hacía sentir que de verdad le importaba, pero Min Gyu me había hecho entender que todo aquello era parte de su juego, entonces… ¿por qué no podía irme?

—Aún puedes irte, en tres segundos voy a soltarte, te daré la oportunidad de salir de aquí o puedes quesarte y tener más de esto.

Me tomó con suma delicadeza por la nuca, me atrajo a su cuerpo rodeando mi cintura con su mano libre, entonces pude sentir su cálido aliento chocar contra mi rostro, seguido de sus suaves labios. Comenzó a mover lentamente sus labios sobre los míos, mis ojos fueron cerrándose poco a poco hasta que me encontré correspondiendole el beso, rodeandolo por el cuello, aquello siendo suficiente para que mi respuesta fuera obvia… me quedaba.

Sus manos hábilmente comenzaron a desnudarme, pero esta vez no deje que solo él fuera el que se divirtiera, si iba a aceptar aquello, al menos yo también debería obtener algo a cambio, comencé a acariciar sus costados, escuchándolo suspirar por mi acción, mis labios seguían moviéndose sobre los suyos, mis manos subieron su playera acariciando directamente su piel, era muy suave y mis manos recorrieron ansiosas cada centímetro de piel que iba quedando al descubierto. Ya no había marcha atrás, pero hacía varios minutos que aquella voz lógica en mi cabeza se había callado, mandando la culpa y todas las consecuencias muy al fondo.

Esa noche Yeon Jun y yo tuvimos sexo sin intercambiar palabra alguna, solo gemidos y suspiros que salían de nuestros labios. Lo hicimos dos veces, una en la bañera y otra en la habitación, no se comparaban en nada con aquella vez que habíamos tenido nuestra última vez, el tacto de Yeon Jun fue gentil pero lleno de deseo, se encargo de hacerme disfrutar tanto como yo a él y aunque creí que solo se quedaría en una sola vez, cuando fuimos a la habitación y me puse solo mi playera que me llegaba a la mitad de los muslos, el fuego en sus ojos se encendió y me tomó una vez más, siendo igual de buena que la primera, haciéndome caer rendido sobre la cama luego de correrme por segunda ocasión.

Sentí a Yeon Jun moverse a mi lado en la cama, estaba cayendo en un sueño bastante profundo, mis brazos rodearon el cuerpo ajeno pero... Inmediatamente fui rechazado, Yeon Jun me empujó con suavidad y se retiró un poco más de mi, se incorporo recostandose de lado y recargo su cabeza en su mano.

—No te confundas Soo Bin, hoy solo comenzó el juego, porque esto es lo que es, te lo dije antes y te lo repito ahora, no esperes nada más de mí, porque para ti... Esto es todo lo que habrá.

Y como si hubiera dicho cualquier cosa, se dejo caer y giro sobre la cama, cubriendo su cuerpo con las mantas, mientras yo me quedaba ahí, llorando en silencio, odiándome por aceptar aquello, odiándome aun más... por no poder negar que lo quería, que aunque fuera de esa forma, estaba dispuesto a estar con él, lloré hasta quedarme dormido.

Desperté porque los rayos del sol dieron de lleno en mi rostro, haciéndome gruñir por ello, abrí mis ojos lentamente viendo lo que ya sabía que pasaría, estaba completamente solo, la ropa de Yeon Jun no estaba y sabía que no se encontraba en el baño, ni siquiera en ese hotel.

Talle mis ojos para despertar completamente, sintiéndome vacío y a la vez más completo que antes, aquellos sentimientos tan contradictorios que siempre me invadían cada que estaba con Yeon Jun, suspire y comencé a vestirme, revise mi celular y apenas eran las 7:30 am, ese día no tendría clase hasta las 9, todavía tenía tiempo, mientras revisaba mi facebook me llegó un mensaje, lo abrí tan pronto vi el remitente, lo leí una vez y terminé borrandolo.

"Estuviste maravilloso, tuve que irme, Woo Young me esperaba, no puedo pasar la noche fuera, pero de ahora en adelante princesa, ese será nuestro lugar especial..."

Mordí mi labio inferior con fuerza, haciéndome daño, conteniendo las lagrimas una vez más, no podía llorar cuando yo mismo lo había permitido y lo había aceptado, así que tenía que dejar de llorar, tenía que entender, que desde ese día, por decisión propia, me había convertido en el jueguete de Choi Yeon Jun.

Porque para ser su amante, tendría que haber sentimientos, pero no había tal cosa que nos uniera, solo el deseo carnal que podíamos satisfacer cuando estábamos el uno con el otro.

•━━━━━━━━━━•

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro