CELOS.
—¿Eres familiar?
—Es obvio que no.
Las palabras de Yeon Jun fueron frías y calculadoras, parecía que estaba conteniéndose.
—Entonces me temo que no puedes verlo.
El doctor Kim me tomó por el brazo, jaladome hacia él con delicadeza, rodeandome luego la cintura, aunque a penas y me tocaba.
—Mire doctor… ㅡYeon Jun hizo una pausa para leer el nombre en el gafete del mayor.ㅡ Kim, llevo tres meses intentando verlo, creo que al menos me puede dar unos minutos con él.
Se podía escuchar un tono un tanto grosero escondido bajo la falsa amabilidad que actuaba Yeon Jun, sin embargo mi cerebro solo pudo captar algunas palabras en específico, llevo tres meses intentando verlo, aquello por alguna razón hizo que me sintiera feliz, muy feliz, Yeon Jun no se había olvidado de mi, había intentado verme.
—No creo que Soo Bin...
—Solo unos minutos Min... Min Gyu, ¿me darías unos minutos con él?
No supe porque hice aquello, sabía que llamar al doctor Kim por su nombre era un golpe bajo para él, pude verlo en sus ojos, porque aunque reflejaban felicidad por haber sido la primera vez que le decía así, también veía que estaba dolido, pues sabía que había usado aquello para convencerlo, pero necesitaba hablar con Yeon Jun, había tantas cosas que quería decirle y preguntarle, le compensaría aquello al doctor Panuwat después.
—Es... Está bien Soo Bin, te veo a las dos en el patio, no faltes.
—¡Gracias! Ahí estaré.
El doctor Kim se quedó mirando a Yeon Jun unos segundos, no supe como interpretar esa mirada, pero luego se dió la vuelta y se alejó de ahí, caminando con esa elegancia que lo caracterizaba. Giré a ver a Yeon Jun, pero este ya se encontraba caminando hacia las habitaciones, así que apresure el paso para alcanzarlo, caminando un paso detrás de él, sonriendo porque al fin podría agradecerle por lo que había hecho.
[POV YEON JUN]
Llevaba ya varios meses intentando ver a mi princesa, pero la primera vez que había ido a visitarle me había enterado que su estúpido psiquiatra y Beom Gyu habían prohibido las visitas para personas que no fueran familiares, por su salud mental, me había dicho la enfermera de la recepción, sí claro, yo no me tragaba nada de eso, sabía que Beom Gyu lo había hecho porque Woo Young se lo había pedido para que ya no fuera a ver a Soo Bin, en pocas palabras, lo había hecho para joderme pues ni siquiera pude entrar usando los contactos que tenía en aquel hospital.
Aquel día había tenido que ir a pagar algunas cosas que deje pendientes a propósito en el hospital, con suerte convencería a la enfermera y me dejaría pasar a verlo, para ello había cambiado un poco mi imagen y ahora hasta yo admitía que me veía más guapo; no pude evitar sonreír al recordar como Woo Young me acorralo contra la pared el día que llegue de la peluquería, besándome hasta que terminamos en la cama.
Me eché un último vistazo antes de salir de mi apartamento, si aquel día tenía suerte y veía a Soo Bin, estaba seguro de que caería frente a mi de rodillas y yo no desaprovecharía aquello; gracias a que no había tráfico llegué rápido al hospital, puse mi sonrisa más seductora y fui directamente con la enfermera más joven que había en la recepción, comenzando a coquetearle casi de inmediato, pero mi concentración fue interrumpida al escuchar un nombre que conocía muy bien.
—¡Soo Bin!
Volteé de inmediato para encontrarme una escena que no me gusto en absoluto. A unos pocos metros de ahí, mi princesa hablaba con un tipo alto, no le habría dado importancia de no ser por la forma en la que ese tipo lo miraba, deduje muy rápido quién era, probablemente el psiquiatra de Soo Bin.
Al principio había intentado hablar con él, pero este no se había prestado para ello, ahora me quedaba muy claro el porqué de aquello, ese doctorcito de mierda quería follarse a mi princesa, todo su cuerpo lo decía, iba caminando por ahí desprediendo feromonas. Era como un perro en celo, pero Soo Bin era tan distraído que probablemente aún no se había dado cuenta.
Deje hablando sola a la enfermera y me dirigí hacia donde se encontraba Soo Bin, sintiendo mi pulso acelerarse al ver lo que aquel doctorcito le entregaba a mi princesa, una barra de chocolate.
—No sabía que los pacientes pudieran comer chocolate.
Dije de forma bastante seria y despectiva, el doctor se me quedó viendo y de inmediato me reconoció, algo que después agradecería a Beom Gyu, casi podría jurar que quiso tomar a Soo Bin y llevárselo lejos de mi.
—Creo que eso es algo que decide su médico, o sea yo.
—Si, pero lamento informarte que a Soo Bin no le gusta el chocolate.
Tenía que deshacerme de él, sentía la sangre hervirme, no me gustaba que nadie mirara a mi princesa de esa forma, rodeé a Soo Bin por la cintura y le arrebate la barra de chocolate. Sonriendo al sentir su cuerpo tensarse.
—¡Eso es mío!
—Por favor regrésale su chocolate a Soo Bin, no quiero tener que llamar a seguridad.
—¿Seguridad? Prácticamente soy un visitante, ¿adivina a quien vengo a ver?
—Si no eres familia directa, no puedes pasar.
ㅡEso puede arreglarse.
Después de un rato discutiendo con aquel idiota, mi princesa logró convencerlo de que nos dejara hablar unos minutos, así que tan pronto se fue, comencé a caminar hacia las habitaciones, necesitaba calmarme o terminaría desquitandome con Soo Bin.
—Yeon Jun...
—¿Mmh?
—¿Por qué viniste?
—A verte, eso es obvio.
—Sí, ¿pero por qué?
—¿Cuál es tu habitación?
—La última, esa de ahí.
Señalo la última puerta, un poco más alejada de las demás, estaba ignorando su pregunta a propósito, no podía decirle que le echaba de menos.
—Min Gyu me consiguió esa habitación para estar más tranquilo, hay pacientes que son algo violentos, me dijo que en una semana o dos, me bajaran de piso...
—¿Min Gyu?
—Sí, el doctor Kim con el que...
No pude soportarlo más, lo tomé por la muñeca y lo jale hasta que estuvimos dentro de su habitación, cerré la puerta tras nosotros y lo acorrale contra la pared más cercana, estaba actuando como un idiota y lo sabía, pero Soo Bin lograba sacar facetas de mi que ni yo conocía, aquello probablemente era eso que llamaban celos, algo que nunca en mi vida había experimentado y por consecuencia, no sabía como lidiar con ellos.
—¿Qué relación hay entre tú y él?
—¿QUÉ? Yeon Jun, no hay nada entre nosotros, él solo es mi psiquiatra y yo soy su paciente.
—Claro, ¿y por eso te regala chocolates y quedan de verse en el patio?
Tomé la barra de chocolate y me acerqué a la ventana, a pesar de que se abría muy poco, el chocolate cabía perfectamente por aquella rendija y sin pensar en las consecuencias lo deje caer, pero cuando me giré a ver Soo Bin, mi sonrisa de satisfacción desapareció al ver sus ojos llenos de lágrimas, sintiéndome culpable de inmediato.
—Princesa no... No llores bebé, te compraré muchos chocolates, solo que... ese no, no quiero que comas ese.
—¡Basta! Deja de tratarme como si fuera de tu propiedad, ¡eres igual o peor que Yeo Sang!
Aquellas palabras me dejaron helado, me quedé inmóvil por algunos segundos antes de avanzar hacia él con mucho cuidado. Estaba siendo tan hijo de puta, Soo Bin se estaba recuperando y lo último que necesitaba era aquello. Me quite las gafas y me acerqué a él para poder verlo a los ojos.
—¿Tan mierda soy?
—Te estás comportando como tal, tú estas casado, yo no soy de nadie, ¿y que si el doctor Kim me está coqueteando?, ¿por qué habría de importarte? Tú me dejaste muy claro que lo que hubo entre nosotros era simple sexo y ya, ¿por que actúas como si te perteneciera?
—Tienes razón, tienes toda la razón, no te preocupes Soo Bin, en tu jodida vida volverás a verme.
—Yeon Jun... No espera, tampoco es para que no vuelvas a verme, no quise decir eso, lo siento, podemos ser amigos y…
—Pero si lo dijiste fue por algo Soo Bin… ¿amigos? Já, claro.
—Estaba enojado, pensé... que tú ya no querías verme más y mi chocolate…
—Anda y sé feliz con tu psiquiatra, yo me largo a la mierda.
No lo dude ni un segundo y salí de ahí, debía hacerlo, no quería que Soo Bin se diera cuenta del poder que ya tenía sobre mi, no quería que… me viera llorar.
Ahora estaba más que claro que con Soo Bin comenzaba a sentir cosas que jamás en mi vida había sentido por nadie, necesitaba ponerle fin a ello, porque después de todo, él tenía razón, yo estaba casado y él no estaba en condiciones para jugar más mi juego, debía detener aquello por su bien, por ambos.
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Actualización (2/2), disfruten de los capitulos. 🌻
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