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CAFÉ.

Abrí lentamente mis ojos, la habitación se encontraba completamente oscura, me sentía desorientado, no sabía dónde estaba y comencé a desesperarme un poco, pero pronto recordé que me encontraba en mi apartamento. Me removi un poco y sentí un punzante dolor en mi trasero, mis ojos poco a poco fueron costumbrandose a la oscuridad y solo entonces me di cuenta de que estaba recostado en mi cama, cubierto con las mantas, por un momento no supe qué hacía ahí hasta que caí en cuenta de ello.

Me incorpore de golpe y busque con la mirada a Yeon Jun, pero no pude verlo por ningún lado de la habitación, me levanté de la cama y sentí mi piel erizarse por el frío y por el dolor que aquello me provocó en el trasero, seguía desnudo y aunque el piso estaba helado, mi desesperación por encontrar al Yeon Jun era mayor. Encendí la luz de mi habitación, echando otro vistazo rápido, teniendo la esperanza de que Yeon Jun estuviera ahí, tal vez estaba en el baño… tan pronto lo abrí no tuve que encender la luz para darme cuenta de que estaba vacío. Salí de la habitación y el apartamento estaba completamente en silencio, mi ojos comenzaban a nublarse por las lágrimas, esperaba escuchar algún ruido venir de la cocina, casi rezando para que Yeon Jun se encontrara ahi pero nada… cualquier esperanza que había tenido se había esfumado, no había más lugares donde buscar, Yeon Jun se había ido.

En mi desesperación por encontrarlo había pasado por alto una pequeña nota que había sobre la mesita de centro, pude identificar de inmediato la caligrafía de Yeon Jun, tan pronto terminé de leerla, caí de rodillas y dejé que las lágrimas vinieran, llorando como un bebé mientras me abrazaba las piernas y me acostaba en el frío piso de aquel apartamento vacío, se había ido… Yeon Jun de verdad se había idio.

"Fue lindo, digno de una despedida. Gracias por todo, sobre el celular… puedes quedartelo Soo Bin, es mi regalo por tu recuperación, ya te dije que tu deuda sobre la remodelación la saldaste hoy, a cambio solo quiero pedirte una sola cosa… No vuelvas a buscarme. Suerte con el doctor Min Gyu.

Choi Yeon Jun"

[POV YEON JUN]

Habían pasado dos meses desde la última vez que le había visto, dos meses en los que me había acostumbrado a su ausencia, después de todo, no era tanto tiempo que había convivido con Soo Bin...

Intentaba convencerme de aquello, pero ni siquiera yo podía engañarme, por las noches, muchas veces tuve que levantarme a escondidas, pues despertaba con una enorme erección al tener sueños húmedos con nuestro último encuentro y la última persona que quería que se enterara de aquello era Woo Young; aún recordaba el gran drama que me hizo cuando llegué a casa con aquella mordida que Soo Bin me dio en el labio, la cual había olvidado por completo y cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde, no importó cuántas veces le dije que me había golpeado con la puerta de la oficina porque se había quedado atascada, él nunca me creyó

No me hablamos por una semana luego de aquella discusión y podía escucharlo llorar todas las noches, no le dije nada, ni siquiera lo negué cuando me pregunto si lo había engañado con alguien, ¿para qué mentir? No me gustaban las mentiras, pero tampoco era tan idiota como para confesarlo, así que simplemente decidí callar.

El reloj marcó la una de la tarde en punto y uo aún seguía acostado en la cama aún con el pijama puesto, sin ánimos de levantarme, agradeciendo no tener trabajo aquellos días. Desde hacía dos meses, mi ánimo no era el mejor, me enojaba con facilidad, todo me molestaba y en la oficina comenzaban a temerme. Pero lo que más me preocupaba era que hacía dos meses… no tocaba a Woo Young, por más que él me incitara, por más que yo lo iniciara, simplemente no lograba sentirme excitado, nunca había tenido problemas para aquello, la verdad era que toda mi vida había sido muy adicto al sexo, a tener un buen culo sobre mi, pero ahora… ahora no conseguía excitarme si no era pensando él, en Soo Bin, en lo suave de su piel, en sus perfectos labios, el largo de sus pestañas y su suave cabello, los gestos que hacía al hablar… en él en general, solo recordarlo hacía que mi libido subiera y no podía controlar mi excitación.

Tuve que para el hilo de mis pensamientos, pues iban hacia un lugar muy peligroso, así que me levanté para darme una ducha y luego de cambiarme, decidí salir por algo para comer, había un pequeño restaurante cerca de la universidad a la que asistía Woo Young, podía citarlo ahí y compensarle un poco por todo lo que había hecho, y tal vez con un poco de suerte, lograría ver a Soo Bin, con aquella idea en mente, me arreglé un poco más de lo normal; le envíe un mensaje a Woo Young para decirle que lo vería y emprendi camino.

El trayecto en auto fue corto, en quince minutos ya me encontraba estacionando el auto para luego ir a la cafetería. Durante todo el camino, varias chicas se habían acercado a hablarme, las cuales ignore lo más educado que pude, estaba acostumbrado a ese tipo de atención, pero mi humor no era el mejor esos días.

Tan pronto entré a aquella cafetería, busqué una mesa libre y terminé sentandome cerca de la ventana, el lugar era muy sencillo y estaba casi vacío a aquellas horas del día, pero su café era delicioso al igual que comida. Había elegido aquel lugar por dor razones, cuando llegara Woo Youbg podría recibirlo con un beso, a él le gustaba ese tipo de atención y si pasaba Soo Bin por allí, podría verlo. Ordene una hamburguesa y papas fritas, obviamente lo acompañe con soda, aunque pedí un café mientras esperaba; me entretuve revisando mi agenda, pensando en lo afortunado que sería si me encontraba a Soo Bin por casualidad aquel día.

Apenas ese pensamiento cruzó por mi mente, la campanilla de la entrada sonó, sonriendo al pensar en lo irónico que sería aquello si fuera él quien estuviera entrando, congelandome cuando una pequeña figura entró, ni siquiera necesité verle el rostro para saber de quién se trataba, la tensión que se formo en mi cuerpo me lo dijo todo. Me quedé mirándolo como idiota mientras entraba, sonriendo tan alegremente que parecía brillar, nunca lo había visto sonreír de aquella manera, pero el embelesamiento me duró muy poco cuando me di cuenta de a quién Soo Bin le dedicaba aquella hermosa sonrisa, detrás de él, el doctor Min Gyu lo acompañaba y le sonreía.

Mi cuerpo comenzó a temblar por la furia que me invadió en ese momento, quería levantarme y tomar a Soo Bin por el brazo y sacarlo de ahí, llevarlo muy lejos en donde nadie pudiera mirarlo o tocarlo, me mordi el labio inferior tan fuerte que me hice daño, debía controlarme o terminaría haciendo algo de lo que podía arrepentirme. Dejé que se sentará y estuviera unos minutos más sin saber de mi presencia, no sabía por qué Soo Bin provocaba aquellos sentimientos en mi, pero no podía controlarlos, así que me le quedé viendo fijo y sonreí internamente cuando vi su cuerpo tensarse, levantando lentamente la cabeza cuando sintió mi mirada sobre él, su cuerpo se estremeció cuando sus ojos se con los míos, fingiendo total indiferencia, girandome a ver un punto fijo en la pared aunque me moría de ganas de verlo. Poco después entró Woo Young al restaurante, una loca idea cruzó mi cabeza y ni siquiera me dutuve a pensarla, me puse de pie y fui hacia Woo Young, podía sentir la mirada de Soo Bin y el doctor Min Gyu sobre mí, me pare frente a Woo Young y lo rodeé por la cintura, atrapando sus labios con los míos, elevándolo un poco del piso mientras lo besaba tiernamente, escuchando algunos murmullos a nuestro alrededor, interrumpidos por el sonido de algo al romperse. Bajé a Woo Young con cuidado y ambos buscamos la fuente del sonido.

Vaya sorpresa me llevé cuando vi a Soo Bin disculparse con la mesera y al doctor Min Gyu intentando limpiar la camisa de Soo Bin con una servilleta, Soo Bin lo detuvo y se disculpó para luego dirigirse al baño, disculpandose una vez más con la mesera. Yo solo tomé a Woo Young de la mano y caminé con él hasta nuestra mesa para sentarnos.

—Hoy estas raro Yeon Jun... ¿Qué mosca te ha picado?

—¿Qué no puedo hacer nada lindo por mi esposo?

—¿Desde cuándo soy tu esposo? Siempre evitas esa palabra.

—Siempre hay una primera vez para todo.

Intenté hacerle algunos tiernos gestos y él de inmediato me tomó por el rostro y me besó, haciéndome reír por ello.

—Eres débil ante mi Woo Young.

—Eso es algo que nunca podre negar.

Mientras Woo Young ordenaba, me disculpe para ir a los servicios, no había visto regresar a Soo Bin aun, así que su me daba prisa tal vez me lo encontraría de casualidad, pero nada podría haberme preparado para escena que me encontré ahí, Soo Bin tenía la camisa abierta, dejando al desubierto su hermoso torso, ya no se le marcaban las costillas como en nuestro último encuentro, ahora unos pequeños cuadritos comenzaban a formarse en su abdomen, ¿estaba haciendo ejercicio?, Soo Bin estaba bastante entretenido intentando quitar la mancha de café de su camisa, que no notó mi presencia.

Aquello me molesto bastante, no el hecho de que no me hubiera notado, sino que cualquiera pudo haber entrado y verlo así, eché un vistazo rápido para asegurarme de que estuvieramos solos y luego cerré la puerta con seguro. Soo Bin giró espantado al escuchar aquel suave click, pude notar el nerviosismo que lo invadió casi de inmediato, pero no dijo nada ni intentó huir.

Me acerque a él a paso lento, lo tomé por la cintura y como si ambos hubiéramos estado esperando lo mismo, lo atraje hacia mí para atrapar sus gruesos labios con los míos, en un beso bastante desesperado, el rodeando mi cuello, yo acariciando la suave piel de su abdomen, había necesitado tanto esos labios que no me contuve, lo besé hasta que se me hizo difícil el respirar, lo besé sin pausas, sin darle tregua a él tampoco para que sus pulmones se llenaran de oxígeno y aquel beso me encantó.

Sentía mi corazón latir como loco y aquello me asustó, haciéndome caer en cuenta en lo que estaba pasando, en que aquel deseo por aquel pequeño chico no era normal, en que nunca me había sentido así por nadie y entré en pánico, alejandome de él lo más casual que pude, rezando porque no hubiera notado el acelerado latir de mi corazón.

Y entonces hice lo que mejor sabía hacer, ser una mierda, me miré en el espejo y me acomode el cabello, viendo a través de esto, como Soo Bin se giraba a verme confundido, sintiéndome como un imbécil al saber que aquello le había dolido, porque era obvio que él me estaba superando muy bien, pero yo no quería, no quería salir de su vida. Me giré a verlo y una sonrisa ladina se dibujó en mi rostro, estaba tan acostumbrado a actuar así que no me detuve a pensar en las consecuencias de mis actos.

—Que disfrutes tu cita, Soo Bin.

Le guiñe un ojo y salí de ahí sintiendome culpable y un maldito, odiaba que aquel chico me hiciera tener conciencia de mis actos, pero aún así… deseaba que aún estando con el doctor Min Gyu, Soo Bin pensará en mi, que en su cabeza no hubiera nadie más que yo, porque en la mía… no había nadie más que él.

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