"Mi corazón todavía esta buscándote, mi amor es para siempre" Butterfly - BTS

Año 2019

Había sido muy difícil, luego de que se marchara el poco mundo que tenía se había venido abajo. Pedazo por pedazo se había derrumbado hasta solo quedar en polvorientas ruinas.

Si por semana había ido dos veces al centro médico, ahora prácticamente vivía allí, se quería recuperar, quería recuperarse por ella, quería volver a sentirse él mismo.

Ejercicio tras ejercicio, operación tras recuperación, su vida se estaba basando en ello. Sus días se enfocaban en poder recuperarse.

Estar con ella, volver a estar con ella.

Trabajó arduamente, pasito tras pasito, caída tras caída, no le importaba, superaría cualquier obstáculo, no se dejaría derrotar tan fácilmente.

Luego de la silla de ruedas le siguieron las muletas, después de tanto tiempo volvía a ponerse de pie, volvía a sentir a su antiguo yo, faltaba algo, claramente, pero ya no tanto como antes.

—Así, vas muy bien —la persona que le ayudaba le felicitaba por sus logros, estaba caminando él solo, sin muletas sin una silla que le transportara. Él mismo era quien por su propia cuenta se movía.

Lágrimas caían por su rostro, lágrimas de emoción, no estaba ni feliz ni triste, en verdad no sabía muy bien la razón de sus lágrimas, solo lloraba porque lo necesitaba, necesitaba vaciar las emociones desbordantes que se albergaban en su interior.

Podría ir a por ella, mostrarle que no se había dejado rendir, que había trabajado para regresar a su lado.

Que aún la amaba. Sobre todo.

Debía seguir trabajando para recuperarse del todo, aún le faltaba para que sus piernas se acostumbraran nuevamente a sostenerle, tras varios años sin soportar su peso, no estaban en la mejor condición, pero no le importaba.

Cuando tuvo oportunidad fue a la casa de quién había sido su novia por tanto tiempo, no tenía idea de cómo contactarla, ya que había perdido su rastro cuándo la había borrado de sus contactos en un ataque de frustración, había sido hace varios meses, se arrepentía, pero en su momento le había hecho bien. Ir a la casa de su familia era su única opción.

—Buenos días —tan solo la puerta se había abierto las palabras habían salido casi por sí solas.

—¡Oh!, Jungkook —exclamó con sorpresa. Hace mucho que no le veía, la última vez lo había visto en una silla de ruedas, pero el joven ya no estaba en ella, ahora se encontraba de pie frente a su casa. No había pensado en volver a verle— Si quieres puedes pasar, el tiempo no es el mejor el día de hoy, entra, aquí se está mucho más cómodo.

—Muchas, gracias. Es muy amable de su parte.

La mujer le dio un pequeña sonrisa y posteriormente entraron a la casa, se dirigieron a la sala principal y por un momento Jungkook se sintió cómodo y feliz, lo único que le faltaba era ver a quien más deseaba en todo el mundo, su amada.

—¿Has estado bien, Jungkook?

—Sí, señora. Digo, han habido altos y bajos... pero he podido salir adelante a pesar de las dificultades

—Me alegro mucho, ahora veo que ya estás caminando nuevamente, a mi hija le hubiera gustado poder verte... —murmuró lo último con un deje de nostalgia y tristeza. Jungkook de igual forma la escuchó.

—¿Ella no se encuentra en casa o es que se ha mudado? —preguntó con curiosidad, y solo un poquito de preocupación.

—¿No lo sabes? —Jungkook no comprendió a lo que se refirió. ¿Tenía que saber algo?— El verano pasado ella... sufrió un accidente, en este momento ella no se encuentra con nosotros.

—¿Esta en algún hospital?, ¿algún centro de Rehabilitación? —formuló un tanto exaltado, la tenía que ir a ver si así era. Él no la abandonaría.

Pobre chiquillo enamorado.

—No, Jungkook, creo que no me estás comprendiendo. Ella falleció...

┅◈┅

Caminó con lentitud el camino que le faltaba para llegar a al tumba, sus piernas ya estaban bien, pero con cada paso que daba sentía que estas le fallarían y como producto caería al suelo.

Consigo llevaba unas hermosas flores, las mejores que había encontrado, ella las merecía, merecía eso y mucho más.

Cuando finalmente llegó, sintió su respiración congelarse, se había preparado para ese momento, pero ahora que lo estaba viviendo se sentía mucho más difícil de sobrellevar. Cerró sus ojos un momento intentando darse las fuerzas suficientes para poder acercarsele más.

—Hola... —fue lo primero que dijo en un hilo de voz, decir que lo único que quería llorar sería lo correcto— Yo soy... Jungkook, no sé si aún me recuerdes, ya... ya ha pasado bastante desde que nos vimos —tragó sonoramente esperando que el nudo en su garganta se esfumara— Te traje unas flores, son las mejores que encontré.

Sintió una suave brisa recorrer el lugar, cerró sus ojos pensando que ella era quien le respondía de alguna forma.

—¿Sabes? te extraño mucho. Antes yo pensaba que era más probable que tú estuvieras viviendo la situación en la que estoy, cuando quedé en silla de ruedas mi mundo se derrumbó y eso era lo único que podía pensar por la noches —una traviesa lágrima surgió, bajando lentamente por su mejilla izquierda— Nunca pensé que sería yo quien te tendría que llevar flores... —mordió su labio inferior para evitar que los sollozos se escaparan.

Y pensar que tenía planeado hasta como llamarían a sus hijos, la casa en la que vivirían, las tardes sentados cuando ya fueran mayores. Todo lo tenía pensado. Si tan solo ese día, ese horrible día, no le hubieran atropellado él le hubiera podido proponer lo que quería.

Aún eran muy jóvenes, lo sabía perfectamente, pero sin duda él quería pedirle matrimonio a pesar de aquello. Era un loco enamorado, un loco que amaba con toda la pureza del mundo.

Porque ella era la mujer de su vida y eso él lo tenía claro.

—Te amé, te amo y te amaré por siempre —fue lo último que dijo antes de depositar las flores sobre el frío material de la tumba, para luego alejarse en silencio.

Ahora solo sería un discapacitado de amor.