Cuatro años después...

Hoy es mi aniversario con Justin, cumplimos oficialmente cuatro años de novios, han pasado tantas cosas, tantos momentos mágicos, alegría derramándose cada día, obviamente hemos tenido peleas pero nuestro amor se intensifica cada vez más y las superamos, todas las peleas siempre las superamos.

-buenos días princesa - dice Justin dulcemente, hace aproximadamente dos o tres años empezó a ser un dulce conmigo. Se ha vuelto de lo más tierno. Hoy desperté en su habitación por que dormí en su departamento, pasamos una noche magnífica.

-Buenos días - contesté con mis ojos adormilados y con una sonrisa feliz.

-ya me tengo que ir, tengo que hacer unos pendientes, te amo. - me dio un beso corto en los labios y salió de la habitación. ¡Que extraño! No me dio tiempo de decirle algo.

-que te vaya bien- susurré para mi misma.

Me vestí con una camisa de el, que me llegaba a medio muslo y baje las escaleras descalza. Iba tarareando una melodía al azar y fui directo a la cocina. Cocine huevo, tocino, pan tostado y jugo de naranja. Me senté, comencé a desayunar mientras leía el periódico.

Mi celular comenzó a vibrar. Es una llamada, deslicé el dedo para contestar.

-¿bueno?- es un número desconocido.

Nadie me contesta, que extraño.

Escuche que tocaron el timbre del departamento y fui directo a abrir la puerta, cuando lo hice no había nadie. Esto esta muy raro. Bajé mi mirada y pude ver un paquete, algo como de cartón y con un moño bien hecho color blanco. Me agache y lo tomé en mis manos, fui al sillón en forma de "L" y me senté. Abrí la caja con desespero y había una nota.

"El restaurante de tus sueños, ya sabes cual.

Te espero a las 8:00 pm pd: lávate los dientes."

¿quién demonios le manda estos paquetes a mi novio? Será que me está cambiando por otra... ¡No!

Mi celular comenzó a sonar nuevamente.

-¡¿que quieres?! - contesté enfadada pensando que había llamado el número anterior.

-mi amor calma, soy yo ¿Qué pasa? ¿Qué hice ahora? - dijo Justin tranquilo.

-nada es que algo anda muy raro, yo... Solo... creo que me estoy poniendo paranoica olvídalo. ¿que querías? Bebe.

-¿sigues en mi departamento? - preguntó

-Si ¿por qué? - fruncí el ceño.

-por nada...

-¿pasa algo? Justin...

-nada, hablo en serio. Nos vemos.

Colgó.

Ya no me quiere. Esa es la única respuesta. No me dijo te amo y aparte le llego un paquete de una cita de quien sabe quien.

Furiosa subí las escaleras y comencé a vestirme. Terminé de amarrar las agujetas de mis tenis, tomé mi celular y mi bolso y salí de allí lo antes posible, me dirigí a mi auto, subí en el y lo encendí.

...

|JUSTIN PUNTO DE VISTA|

Estaba tan emocionado, si ella sigue en mi departamento como me lo acaba de confirmar eso quiere decir que ya le llego el paquete, ya sabe que ella y yo tenemos una cita a las ocho en su restaurante favorito.

Estoy nervioso y ansioso, es temprano pero tengo que decidir que joya regalarle, que cena y que vino pediré, también necesito un ramo de rosas y...

{...}

Son las siete con cincuenta minutos de la tarde, la cena es a las ocho pero quise llegar antes, estoy ansioso, me vestí y arregle todo en casa de un viejo amigo que me apoyo en todo. ¿Qué estará haciendo mía? ¿el vestido qué le mande ya habrá llegado a ella? Le llamaré. Espero que ya venga en camino.

|Mía punto de vista|

Cuando Llegue a mi departamento después de haber pasado la tarde en un café cualquiera las lágrimas luchaban por salir de mis ojos, hice resistencia. No lloraré.

Mi teléfono sonó y éste indicó que Justin llamaba ¡no me importa! No le contestaré ¡que se chingue!

Iba a caminar directo a mi habitación y me di cuenta de algo... Olvidé las malditas pastillas en el departamento de Justin, mierda. Tendré que ir por ellas, gracias al cielo que tengo llaves. Espero, deseo y necesito que el no se encuentre allí, no lo quiero ver, no ahora.

Mi celular volvió a sonar, es Justin. colgué y lo apagué.

{...}

Llegué al departamento de Justin y en la entrada de la puerta había otro paquete, me agaché y lo tomé en mis manos, entre al departamento, fui por mis pastillas, las guarde en el bolso y me senté. Saqué el paquete y lo abrí, mis ojos se pusieron como platos ¿un vestido rojo? Hay una nota, la abrí y comencé a leer.

"Espero que te guste el vestido, lo elegí pensando en ti, te quedará hermoso, tu color favorito.

Te espero en la cena, con amor, Justin. "

Oh mi dios. Los dos paquetes claramente son para mi, el me los dio, Justin me los regaló. Todo tiene claridad... ¡que tonta soy! Miré el reloj de pared y éste marca las ocho con veinte. ¡la cena es a las ocho!

Justin debe estar desesperado y decepcionado. Espero que no sea adorador de la puntualidad.

Corrí las escaleras con el vestido en manos, lo deje en la cama y me dirigí a la ducha, cuando terminé de bañarme a tiempo récord me puse el vestido que es abierto de un lado y deja ver mi pierna izquierda y es descubierto de la espalda. ¡es precioso! También muy sexy, me hace sentir linda.

Tomé mi bolso y gracias al cielo que ahí siempre tengo pinturas para mi cara y todo tipo de maquillaje. Me maquille y recogí mi cabello en una cola alta, después me di cuenta que no tengo zapatillas aquí, están en mi casa, el tiempo no me alcanzará si voy por ellas. Mierda piensa Mía piensa.

Subí a mi auto con todo listo, encendí mi celular, mire la hora, ocho cincuenta.

¡mierda, mierda, más mierda!

Es nuestro aniversario, no puedo llegar tarde, el no se pude ir de allí por la desesperación, el tiene que seguir allí

Cuando llegué al restaurante corrí, fui a recepción y pregunté por Justin, quizá haya reservado algo y su nombre este por ahí apuntado. El señor de recepción amablemente me condujo hasta Justin y se marchó, le agradecí y el asintió.

Entonces todo se congeló, la gente que estaba en el restaurante, para mi desapareció. Solo estaba él, Justin, mi Justin. Con el ceño levemente fruncido y con una mueca en la cara me miro, está enojado, lo sé y no me importa, en este momento solo quiero abrazarlo y besarlo, decirle cuanto lo amo.

Lo abracé con tanta efusividad y lo bese con pasión, el correspondió el beso y después habló;

-siéntate. -lo hice- creo que me debes una explicación ¿Qué paso? ¿por qué el retraso? -preguntó

-yo... Es una larga historia veras...

Terminé de contarle a Justin y el se burló de me dijo que yo soy la única en su vida después me sonrió y pidió champán. La cena transcurrió tranquila y a la vez muy divertida, este es un día especial, la ciudad acaricia mi alma y en mi cabeza estoy dando saltos de emoción.

-La cena esta deliciosa. -comenté

-luces preciosa, me encanta como te queda el vestido. -me escaneo con la mirada y me obsequió un ramo de rosas rojas. Sonrió y yo también lo hice.

-es hermoso mi amor. Gracias.

-Te amo ¿me amas? -preguntó Justin.

-si, claro que lo hago.

-necesito que salga de tus labios, dilo.

-Te amo mi amor.

-¿estás segura? -sus ojos se profundizaron.

-por supuesto, cariño.

-bien. -dijo y me beso la frente, después fue directo al pequeño escenario del restaurante y le dijo algo al señor que cantaba ¿Qué tramas Justin?

En ese momento el se sentó en su lugar y comenzó a sonar mi canción favorita.

No puede ser-sonreí ampliamente.

-Atención - golpeó una copa para que todos prestaran atención.

-mía, te amo, debes estar segura de ello, eres la mejor persona que ha llegado a mi vida, mis días grises contigo junto a mi son color arco iris, eres la mujer de mi vida, la que quiero y necesito a mi lado por el resto de mi vida, te amo mía. -tomó mi mano, sacó algo de su bolsillo, es una cajita de terciopelo color rojo, después se hincó. - ¿Te...? ¿Te quieres casar conmigo? - preguntó.

Mi boca formo una perfecta "O" no lo puedo creer lo que esta pasando, mi subconsciente aplaude y baila con sus pompones favoritos. Me abrazo mentalmente a mi misma y me siento feliz y llena, me siento llena. Me veo a su lado casada y con hijos, preparando galletas mientras Justin me abraza por detrás. Claro, claro que me quiero casar con el.

Sus ojos destellan preocupación y sé porque, me he quedado en silencio pensando por un minuto, no dudo mi respuesta. Me quede pensando en lo maravilloso que será casarnos.

¿de verdad me quiero casar con el? ¿estar con el por siempre? Yo... No lo sé.

-y ¿bien? - dice seguido de una risa nerviosa y observe a todas las personas en el lugar que nos miran con atención.

-yo...

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Las amo.

Gracias por leer esto.

FIN DEL EPILOGO.

Fin.