—¿Por qué golpeaste a elizabeth zaneri? Eso no lo haría una señorita de tu posición—la de cabellos castaños ya no podía controlar su enojo cuando el rubio estaba frente a la albina de cara asustada protegiendola—No debemos herir a los miembros de el personal—

—¡Pero esa maldita zorra siempre está detrás de ti! ¡Te mira, se que intenta seducirte con su cuerpo! ¿¡No lo vez!? —la cara de meliodas como si ella estuviera loca fue suficiente para que zaneri temblar a de la ira

—No, ya te lo he dicho zaneri, ella hace su trabajo—

—¡Pues la quiero fuera! ¡Estas despedida! —

—Bien, estas despedida elizabeth —la peli plateada contuvo el aire ante las palabras de su amado, así nada más la sacaba de su casa, ¿acaso en realidad todas sus palabras fueron mentira? ¿Acaso sólo quería sexo con ella como todos? Antes de poder desilucionarse, él se dio media vuelta ignorando la sonrisa triunfal de la señora de la casa y le sonrió a ella dulcemente—Y estas contratada, necesito una nueva secretaria. ¿Aceptas? —la sonrisa que la albina puso solo hizo que el enojo  hirviera en la cara de zaneri.

—¡Si! —