—Ahhh si. Dame más. Ahhh— dos hombres, habían pasado dos noches y había sido la compañía de dos hombres pero ninguno lo dio lo que su corazón anhelaba. Con el primero tuvo que fingir su orgasmo al ver como aquel se corrió en apenas 2 minutos, patético. Con el segundo tuvo que aguantar algo de dolor pues ni siquiera sabía cómo mojar a una mujer, había tocado los mismo lugares que meliodas había tocado pero no lograban encenderla como él, solo fingía gemidos y orgasmos que la dejaban con un mal sabor de boca y un vacío en su pecho—Kyaaaaaa—

Cayó a la cama exhausta tras el poco movimiento que su cuerpo había tenido e hizo una mueca amarga cuando ese hombre la abrazo. Ya no era lo mismo, ya no podía ignorar lo que su corazón le pedía, incluso aunque su mente le susurraba cosas lógicas ya no podía.

Solo suspiro cuando escucho como un rayo cayó cerca creando un trueno en esa noche lluviosa y se levantó de la cama aliviada de que ese hombre se hubiera quedado dormido y empezó a vestirse. Esa noche hacía mucho frío