—Te pido que por favor abandones mi oficina antes de que llame a seguridad— elizabeth se quedó helada ante las palabras de Ban, el amigo de el rubio quien solo se cruzó de brazos y se puso enfrente de ella —Ya hiciste mucho daño aquí —

—Por favor, solo les pido que me dejen hablar con él—

—No, te dije claramente que ese dinero era lo último que ibas a tomar de mi— ahora fue su rubio quien se puso de pie al mismo tiempo que apretaba sus dientes y fruncia el ceño—Largo—

—Señorita, puede agendar una cita con el señor demon y... —

—No agendar una cita y no me iré de aquí hasta hablar contigo meliodas — los ojos verdes de el mas bajó se cristalizaron, las lágrimas amenazaron con salir apenas ella dio un paso hacia él pero lo único que hizo fue sentarse en su lugar y apretar un botón de el teléfono con el que se comunicaba ahi

—Seguridad, hay una chica no identificada que entró a mi oficina. Por favor saquenla de el lugar— y luego se dio media vuelta dándole la espalda, no pudo ver lo mucho que esas palabras la habían herido y como sus lágrimas habían empezado a salir cuando los de seguridad la arrastraron hacia el exterior.