—Así que, te peleaste con tu esposa— ya habían acaso, estaban exhaustos metidos bajo las a sabanas pero cuando el pequeño rubio se había recostado en los pechos de la albina y la había abrazado; Elizabeth decidió soltarle lo que se llevaba preguntando desde que empezaron. En toda respuesta meliodas solo soltó un suspiro que le dolió en el alma y asintió —¿Te gustaría contarme ternura? De esa forma entramos en confianza y nos Érica solo sexo con una desconocida— en eso tenía razón, llegaba a ser incómodo el hecho de que se estuviera acostando con una mujer que no conoce 

—Zaneri es una chica especial. Es de carácter fuerte y se molesta si las cosas no salen como ella quiere, suele controlarme mucho e incluso una vez me fue infiel— Elizabeth empezó a acariciar la espalda ancha de meliodas en señal de apoyo—P-Pero eso quedó en el pasado, ella ya no se ha encontrado con ningún tipo y va a cambiar, ¡estoy seguro! Después de todo ella me...—suspiro pesado—Ella me ama — un hombre sufriendo de el mal de el corazón había llegado a parar a sus brazos. Solo lo abrazo mientras le daba un profundo beso en los labios que correspondió gustoso degustando sus labios cereza; pidiendo a gritos algo de cariño y siguió acariciando su espalda como si fuera un niño pequeño