—Le ruego que por favor abandone el lugar señorita Elizabeth. Solo fue una noche y un error — murmuró nervioso solo para finalizar con lanzarle una mirada a la puerta. Lo único que la mujer hizo fue sonreír coqueta y mirarlo profundo a los ojos mientras se acercaba 

—No planeó irme ternura —

—¿Qué quiere? ¿Dinero?— eso era algo que le interesaba— Si lo que quiere es dinero puedo pagarle una gran suma de dinero con tal de que me deje en paz — era un negocio que sin duda le convenía, con lo que le pagaría podría desaparecer de ahí e irse a vivir cómodamente, sin embargo no solo quería dinero 

—Me gusta su propuesta, pero no—con cada paso que daba meliodas se iba sintiendo más y más acorralado 

—¿Entonces que quieres?—su sonrisa de gato astuto que mostró y la forma en la que acarició su pecho sobre la camisa en círculos que le dio un escalofrío, ¿eso era de miedo o de deseo? 

—Lo que ocultas bajo tus pantalones —¿Cómo es que lo decía con tanta facilidad? ¿En que momento su traviesa mano ya estaba acariciando su entrepierna con atención causándole suspiros?