—¿Y se volverán a ver?—

—¿Qué? ¡No!— ban rápidamente bufo por la actitud de su mejor amigo y se volvió a cruzar de brazos —N-No podría, yo sigo casado ban y a ella no le gustan los compromisos, o eso parece—

—Solo fue una noche y ya crees conocerla, además, esa mujer fue capaz de darle lo que Zaneri nunca pudo — bien, tenía un muy buen punto entre sus labios — Además ya es hora de que le pagues con la misma moneda. Si ella es infiel tú también puedes serlo— este se tensó en su lugar 

—N-No podría. Es mi esposa y debo darle honor y fidelidad —

—Fidelidad mis huevos, ella no te da fidelidad y solo te está robando, abre los ojos amigos—

—¡Callate ban! ¡Zaneri es mi esposa y no puedo serle infiel! ¡Te prohibo que vuelvas a hablar de ella de esa forma!—

—¿Señor demon?— los tres voltearon a verla — Hay una mujer que pregunta por usted —

—Dile que pase— se arrepintió de decir eso cuando fue la hermosisima albina vistiendo una mini falda blanca y una camisa sin mangas sonriéndole coquetamente. No sabía que tramaba pero no le gustaba 

—Hola querido, no agendaste nuestra próxima cita así que pensé en venir — esos ojos azules empezaban a embrujar lo una vez más