Nuevamente la aburrida rutina escolar me agobia; miles de tareas y proyectos a entregar. Quizá necesite unas vacaciones urgentes después de esto. Suspiro bebiendo un sorbo de mi amargo café.

Me encuentro en la mesa totalmente solo, después de todo mis amigos tienen sus propias ocupaciones.

Vuelvo a suspirar empezando a transcribir mis apuntes de manera ordenada. Siento una penetrante mirada y me obligo a mí mismo a mantener la vista en mi cuaderno. Sé de quién se trata, y por la misma razón me mantengo reacio a su mirada.

¿Crees que con una mirada puedes dominarme?

Una vibración en la mesa me detiene de mis acciones, es mi celular. Ruedo los ojos antes de tomarlo y leer el mensaje; es Seokjin avisando que esta tarde saldremos a comer algo. Sin poder evitarlo sonrío, y mis ojos viajan hasta la conversación con Yoongi. El último mensaje fue enviado por él y decía "te amo" y "no sabes lo mucho que me importas". Frustrado cierro la aplicación y dejo mi celular sobre la mesa.

—¿Falta mucho para que termines? —la voz de Jungkook me saca de mis pensamientos. Está de pie frente a la mesa sosteniendo una bandeja de comida—. Pensé que tendrías hambre, así que compré algo para ti.

Sus mejillas están teñidas de un color rosa pastel.

—Muchas gracias, aunque no tendrías que haberte molestado. —argumento. La verdad es que no tenía tanta hambre, para mí era más importante terminar mi tarea.

Él tomó asiento frente a mí dejando la charola de plata sobre la mesa, empujándola de manera delicada hacia mi dirección.

—Come algo y después terminas eso, Jimin. —murmuró sonriéndome otra vez. No pude resistirme a su sonrisa y terminé por aceptar, dejando de lado mi libreta para poder comer.

Jungkook siempre había sido amable conmigo, eso me daba una infinita ternura. Hasta pareciera que él es el mayor entre nosotros, puesto que siempre está cuidándome y al contrario, no me molesta. Es más, me gusta.

Mientras comía levanté la mirada topandome con los oscuros ojos de aquel chico que amaba tanto. Me miró por un momento y sentí como si todo hubiese dejado de girar, en mi mundo solo existía Min Yoongi. Pero pronto él apartó su vista, enfocándose en su bella novia la cual estaba a su lado.

Jihye sostenía su mano y sonreía como una bella princesa, no hay que negarlo, ella es casi perfecta. Nadie podría competir con su belleza y carisma, me alegra que Yoongi haya encontrado una mujer así en su vida; lo merece después de todo. Sus ojos están fijos en ella, hay un pequeño brillo en sus orbes.

¿Por qué no me miras a mí?

—Jimin —llamó Jungkook acaparando mi atención—, deberías terminar tus tareas antes de que termine el periodo libre.

—Tienes razón. —asentí enfocándome de nuevo en mis tareas.

¿Qué debo hacer para que me mires igual que a ella, Yoongi?