Besarte mucho
Nuevamente las aburridas clases. Jimin caminaba casi sin ánimos por los pasillos, buscando a cualquiera de sus amigos quienes últimamente estaban un poco extraños.
—¡Taehyung! —chilló cuando vio al rubio sacando unos libros de su casillero. Corrió hasta él, dándole una bonita sonrisa.
El nombrado volteó a verlo, también estaba sonriendo, pero había un brillo en sus ojos que Jimin no podía descifrar. Se notaba distinto y más radiante, cosa que solo aumentó la curiosidad del más alto.
—¿Qué tal tu fin de semana? —preguntó una vez ambos empezaron a caminar. Su mirada posándose discretamente en los chupones que habían en el cuello del rubio.
Taehyung se encogió de hombros, mirando hacia otro lado. Jimin solamente sonrió. ¡Bingo! Había dado justo en el clavo.
—Nada interesante a decir verdad —murmuró el teñido. Un leve recuerdo de Jungkook encima suyo gimiendo hizo que se sonrojara y sacudiera la cabeza—. Solo estudiar un poco y salir con mamá.
—Ya entiendo —murmuró intentando no reírse ante la evidente mentira—. Creí que saldrías con Namjoon, me dijo que iban a ir de compras o algo así.
—¿Eh? Que yo sepa él iba a salir con Seokjin. —arqueó sus cejas.
—¿Y qué hay de Jungkook? Le escuché decir también que iba a tener un fin de semana ocupado.
"Y vaya que estuvo ocupado", pensó el rubio mordiendo su labio inferior, recordando el maravilloso fin de semana que vivió con el precioso chico de cabellos oscuros.
—Sí, creo que iba a salir con un chico —le respondió, y cuando Jimin abrió la boca para agregar algo, justo sonó la campana—. ¡Venga, vamos ya a clases!
● ● ●
El salón ya estaba vacío, incluso la preparatoria lo estaba, solo quedaban los alumnos que tomaban clases extra. Sus labios volvieron a unirse en una danza placentera, el menor mordiendo el belfo inferior del rubio, sacando un jadeo al mismo.
Las manos de ambos no podían quedarse quietas y trataban de sentirse lo mejor posible a pesar de la ropa que los cubría. Literalmente era como si se estuviesen comiendo. Nuevamente se separaron, con las mejillas ruborizadas.
—Me haces querer comerte entero como un tentempié —dijo Taehyung, provocando una risa en el chico de cabellos negruzcos—. Me dan ganas de condimentarte con crema y miel.
"Y besarte mucho, mucho. Comerte entero", quiso agregar.
Jungkook se puso aún más rojo, pero aún así envolvió sus piernas en la cadera del rubio, acercando sus cuerpos. El calor emanando de ambos, sintiéndose como un horno.
—¿Y por qué no lo haces? —murmuró sensualmente. Eso solo hacía más peligroso el encuentro— Tu boca es experta en eso.
Taehyung sonrió, volviendo a besar al menor con pasión. Centrándose en todas esas sensaciones que su cuerpo experimentaba cada vez que sus labios se encontraban, permitiéndose gozar de ese paraíso.
Jungkook se estaba volviendo como una droga peligrosa para él. Pero apenas le importaba, las drogas se lamen como helado de vainilla.
Y él lamería entero a Jungkook hasta poder sentir lo dulce de su piel en su lengua.
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