Siento cómo el licor recorre mi torrente sanguíneo, no puedo distinguir con claridad las personas a mi alrededor, todo es borroso y confuso. Sin embargo, una extraña sensación de felicidad me recorre de pies a cabeza.

Me llegan extraños recuerdos. Pienso en todo lo que ha pasado últimamente, pero, no me hace sentir triste. Solamente puedo ser feliz. Unos brazos me envuelven la cintura y apenas puedo enfocar a esa persona (más concretamente a un chico); dejó que me abrace. Siento mi camisa húmeda.

¿Estará llorando?

—Lo siento tanto, Jimin, fui un completo idiota.

Esa voz. Se me hace tan conocida, sin embargo no puedo identificarla en su totalidad.

Luego siento una leve presión en mis labios, algo así como un beso, lleno de cariño. Correspondo. Sintiéndome más eufórico que nunca.

—Te amo, Jimin. —escucho que dice.

No puedo hacer más que seguir juntando nuestros labios, la tóxica sustancia haciendo de las suyas dentro de mí. Tan profundo. Llevándome tantos recuerdos, evocando tantas sensaciones.

No sé si estoy de pie sobre la tierra o si estoy flotando en el espacio, pero, quisiera flotar solamente contigo, Yoongi.

Es estúpido que tenga que recurrir a todos mis malos hábitos para querer superarte aún sabiendo cuánto te amo y que jamás te olvidaré.

Drogado todo el tiempo para no extrañarte, ¿no es ilógico?