El día lunes cuando llegué a la escuela todos estaban susurrando sobre quién sabe qué cosas. Caminé hasta mi casillero, busqué mis libros que me tocaban en la primera hora, y luego me dirigí hacia mi aula.

Namjoon llegó corriendo a mi lado siendo seguido por Jungkook, ambos lucían preocupados por algo.

—¡Al fin te encontramos! —habló en voz alta el primero mencionado, poniendo las manos en sus rodillas buscando recuperar el aire perdido—. A que no sabes lo que está pasando.

—¿Qué?

—¡Yoongi terminó con Jihye en medio de la cafetería! ¡Con todos mirándole! —gritó Jungkook.

Estuve faltando varios días (sin dar una justificación válida), y ahora de pronto vengo a enterarme de esto. ¿Qué clase de broma macabra intentan hacerme?

Mis esperanzas con Yoongi ya están por los suelos, así que no debía emocionarme. Sin embargo, mi corazón se agitó dentro de mi pecho cuando escuché eso.

—Sí, ambos estaban discutiendo y después él dijo abiertamente que debían terminar —relató Namjoon haciendo ademanes con las manos—. Después se acercó a preguntarnos si te habíamos visto.

¿A mí? ¿Estaba buscándome?

No sé qué quiere ahora. Lo único que deseo es alejarme de él, no pretendo ir corriendo a sus brazos apenas me informen que está disponible. Lo odio. Odio que a pesar de que rompió mi corazón, mis malditos pedazos lo siguen amando.

—¿Hablarás con él? —Jungkook me cuestiona mirando fijamente mi expresión. Sé que él espera que lo niegue, que diga que jamás volveré a pensar en Yoongi—. Me refiero a que si él pide que lo hagan.

—No creo —quiero hablarle—, lo de nosotros ya fue. Aún si terminó con Jihye.

Qué buen mentiroso soy. Debería recibir un premio por engañar a tantas personas, ¿no creen?

Bien despierto, no debo llorar.