Dipsy se mostraba molesto, su mirada gritaba odio, no importa si Tinky-Winky le había devuelto su cabeza, lo odiaba, y odiaba el simple hecho de estar con el ahora mismo.

- ¡DEJAME EN PAZ!

- Dipsy. . . Yo. . .

- ¡SOLO QUIERES MOLESTARME! ¡TU ME MATASTE!

- ¡LO SE, Y LO SIENTO!

- ¡DEJAME EN PAZ!

- ¡NO LO HARÉ! Dipsy. . . Yo. . . Yo. . . Quiero. . .

- atención, no te importa nada maldito psicópata, ni siquiera yo ¿Verdad?

- No digas eso, yo. . .

- tú me arruinaste la vida, a mí y a las chicas, solo no quieres aceptar que yo ya NO te amó.

- eso es mentir-

- pues puedes estar tranquilo, estás teniendo toda mi atención, no volveré contigo, pero no tendré a nadie más, si eso hace que te vayas de mi maldita vida.

Tinky-Winky lloro desconsoladamente, como si no hubiera mañana mientras su hermano se alejaba con cara de pocos amigos, era definitivo, Dipsy le odiaba. Pero Tinky no se iba a rendir, iba a recuperar a su amado sin importar si tenía que arrastrarse por todo mainland, el iba a recuperar el amor de su hermano, no le importaba nada más, ni su reputación, ni NooNoo, ni siquiera sus otras hermanas, el quería el amor de Dipsy de vuelta.