39- El Origen De Las Sombras
Vegetta termino de desayunar tranquilamente, luego subió y entro a la sala de cofres y unos minutos después salio con un libro en las manos. Luego bajo y se sentó a su lado en el sofá.
-Esto tendría que haber sido una de las primeras cosas que debería haberte explicado- Suspiro y le paso el libro al pelicastaño.
La tapa tenía escrito en detalles de bronce y con letra cursiva "El origen de las sombras", parecía un libro antiguo aunque bien cuidado.
-¿"El origen de las sombras"? ¿Qué es esto Vegetta?- Lobo Plateado se bajo del sofá de donde estaba para subirse en las piernas de su dueño.
-Es un libro de la época antigua, alguien escribió el origen y la creación de los espíritus, claro que en su momento no los llamaban así, sino que más bien les decían "sombras" por que cada vez que alguien podía llegar a mirarlos eran una figura oscura y espectral, ese libro tiene la explicación de lo que me paso, y también menciona el motivo por el que Galanea y los demás pudieron encontrarte o sentirse atraídos mágicamente hacia ti, además de la nigromancia- En la mente del dueño de Manolo se comenzaron a generar un montón de preguntas, ahora estaba más confundido que antes.
-Entonces... ¿Es una especie de bitácora o algo así?- Su compañero de ojos morados asintió -Y quieres que lo lea- Volvió a asentir -Vale... ¿Qué harás tú por mientras?-
-Revisaré los cultivos, seguramente empezaré a cocinar el almuerzo, veré a los animales, ordenaré, cualquier cosa que se base en el cuidado y limpieza de la casa mientras espero a que termines de leer o sea la hora de almorzar- Le explico encogiéndose de hombros.
Asintió, comprendiendo que lo único que le quedaba por hacer ahora era empezar a leer. En cuanto abrió el libro Vegetta se levanto del sillón, con cuidado de no tirar a Lobo Plateado, se acerco a Luzu, deposito un beso en su cabeza y salió de la casa. Comenzó a leer.
"He pasado ya tres años estudiando a las sombras, llenando mis libros con notas por aquí y por allá, y creo que es momento de organizarme un poco.
Las sombras son figuras espectrales que aparecen de la nada, su forma es similar a una silueta humana, pero no poseen ningún rasgo corporal o facial, con excepción de lo que supongo son sus ojos. Los ojos de las sombras son como gemas brillantes, todavía no estoy seguro de si su color se debe a algún hecho en especifico o si se genera simplemente al azar, pero son el rasgo que más resalta de ellos cuando uno se los encuentra en la oscuridad."
Oh, no había pensado en eso... Galanea tenía los ojos dorados, pero el espíritu que me protegió y me llevo hasta Samuel tenía los ojos rojos si no mal recuerdo.
"Hasta ahora he visto 4 colores de ojos; Rojos, morados (Los cuales parecen ser los más comunes), azules y verdes"
¿Verdes? Yo no he visto ninguno con ojos verdes... ¿Y qué hay de los dorados? ¿Vegetta sabrá algo de esto? Claro que si, él te paso el libro, es obvio que ya lo ha leído... Intente anotar mis dudas mentalmente para poder preguntarle a Vegettita cuando terminase de leer o fuese hora del almuerzo.
"Con base en mis investigaciones pasadas, he creado una teoría sobre el origen de estos seres; Creo que su origen somos nosotros, los humanos"
¡¿Qué?!
"He podido ver algo... una especie de patrón. En mis viajes he conocido a gran cantidad de gente, he visto morir a algunos, como a Víctor, un muchacho con una vida miserable, nunca hizo nada bueno, solo creció dañando a la gente que lo rodeaba, pero puedo decir que antes de morir se arrepintió profunda y sinceramente. Vi su alma salir de su cuerpo, no era roja como la de otros tipos malos que morían, era una sombra negra con ojos brillantes de color morado"
¿Almas rojas? ¿Negras? ¿De qué habla?
Continuó leyendo concentradamente los relatos del escritor sobre la vida de ese chico, y sobre como había muerto, arrepentido de sus actos.
-Chiqui, el almuerzo esta listo- El llamado de su compañero lo despertó de sus confusos pensamientos Un momento... dijo... ¿Almuerzo?
Miro el reloj, las 14:26 ¿Tan tarde era? Su estomago rugió en señal de protesta y la boca empezó a salivar al sentir el delicioso aroma de la comida preparada por el pelinegro, no se había dado cuenta del hambre que sentía.
Podemos comer y resolver nuestras nuevas dudas con Vegetta Esa es una buena idea.
Se levanto del sillón cerrando el libro y se dirigió a la cocina, donde su compañero y dos platos de comida le esperaban.
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