El sol iluminaba radiante a todo el pueblo, y desde lo alto de la muralla de Vegetta, aquello era una gran vista. 

-¡¡Hey Luzu!!- El recién nombrado se giro al escuchar el grito de su compañero. 

-¿Qué pasa Vegettita? ¿Estas listo?- Bajo ágilmente de la muralla y se posiciono al lado del dueño de la mansión, en la puerta de entrada a la isla. 

-Luzu, por favor- Hablo con su típico tono falso de arrogancia -Yo nací listo- Abrió la puerta y ambos salieron lentamente, deteniéndose brevemente solo cuando el estomago de Vegetta volvió a rugir de hambre. 

-Si, listo y con hambre, al parecer- El de ojos morados se sonrojo suavemente. 

-¡¡Cállate!! ¡¿Tas tontito o que pasa?! Vamos de una vez- Y así, entre risas y unas cuantas bromas y reclamos, partieron al pueblo de Karmaland. 

Luzu estaba sentado en una mesa de afuera del restaurante de Karmaland, esperando a que su nueva alma gemela de ojos violeta saliera del edificio con sus pedidos. 

-¡¡Luzu, compañero!! ¿Así que aquí estabas eh?- Pego un salto al escuchar el energético grito de su compañero de menor estatura. 

-Eh, Alexbitas ¿Qué tal estas?- Estaba un poco nervioso, sabía que hace menos de un día le había explicado a Alexby sobre el porqué no estaba enojado con Vegetta, pero no sabía si eso significaba que su amigo fanático de Star Wars había dejado de estar enfadado con Vegettita. 

-Bien, bien, estoy perfecto, solo quiero saber... ¿En dónde estuviste todo el día?- La mirada azul que se vislumbraba bajo el casco era increíblemente intimidante. 

-Eh, bueno, la cosa es que me desperté muy temprano y pensé en ir a ver a Vegettita, ya sabes, por lo que paso con Rubius, y pues te veías tan tranquilo durmiendo que preferí no despertarte- Su amigo se relajo por un momento, creyendo su pequeña mentira a medias, pero luego se volvió a tensar. 

-¿Vegetta esta a...- Fue interrumpido por un animado fanático del morado. 

-¡¡Luzu!! ¡¡Aquí esta nuestra comida!! ¡¡Por fin esta...- Su voz animada y alegre bajo de tono rápidamente al ver al oji azul más chico -Lista...- Dejo la comida en la mesa suavemente.

-Hola, Vegetta- La voz de Alexby era repentinamente seria. 

-Alexby- Vegetta solo hizo un gesto con la mano como saludo, se notaba la incomodidad que sentía. 

Luzu se quedo en silencio, sintiendo la invisible presión psicológica de estar en medio de dos personas que tenían un conflicto, una de ellas queriendo huir, y la otra sin demostrar absolutamente nada. 

-Perdón- ... ¿Qué?.

-¿Qu...¿Qué?- Vegetta parecía tan sorprendido como él -¿Por qué te disculpas?- 

-Sé que ayer, cuando Luzu te llamo, escuchaste lo que yo grité, por eso, lo siento- Vaya, Alexby se estaba comportando de forma bastante madura. 

-No, no, no tienes por que pedir perdón, fue una reacción bastante normal, probablemente yo habría hecho lo mismo- Me sorprendería por esa respuesta, pero Vegetta casi siempre actúa de forma madura. 

-No, si tengo- ¿Se pondrán a pelear sobre si Alexby debe o no pedir perdón? -Estaba molesto contigo porque habías lastimado a mi amigo, y no me puse a pensar en que quizá tú también estabas lastimado, que es obvio que lo estas- ¿Lo dice por las ojeras que tiene? -Y tampoco me detuve a pensar en que tú también eras mi amigo, y sabes bien que si hubieras estado en mi lugar habrías sido más maduro que yo, siempre lo haces, después de todo- El policía soltó una pequeña risa nerviosa -Así que eso, lo siento, en serio-

Vegetta sonrío, visiblemente más aliviado -Esta bien, te perdono- 

Alexby le sonrió de vuelta durante unos segundos, luego, pareciendo un poco incomodo y avergonzado hablo -Si, bien, iré a ver a Rubius, debo asegurarme de que coma algo- Se dio la vuelta y camino en dirección a la casa del cura. 

-Alexby- El nombrado se dio la vuelta, mirando atentamente al chico de ojos amatista que le había llamado -Prométeme que lo cuidaras- 

-Te lo prometo- Y los tres sonrieron, dos de ellos sintiéndose más calmados consigo mismos, y el otro sintiendo feliz por la reconciliación de sus dos mejores amigos.