Luzu decidió que realmente necesitaba prestarle más atención a su entorno en vez de hundirse en sus pensamientos cuando, después de media hora de caminata rápida bajo la lluvia dirigiéndose hacia quien sabe donde, se dio cuenta de Vegetta tampoco se estaba mojando. 

-¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así?- Pegó un salto involuntario al escuchar la voz de Vegetta, que solo le miraba de reojo mientras seguían avanzando. 

-Eh... No estas mojado- La risa de su amigo hizo que se sintiera estúpido Bien hecho Luzu, sigue así. 

-Si, bueno, tú tampoco estas particularmente mojado que digamos- Volvió a sonrojarse -Es un hechizo de protección- Murmuró Vegetta con voz suave. 

-¿Hechizo de protección? ¿Para que? ¿La lluvia? ¿Los monstruos?- El amante de morado hizo una mueca, como si encontrara divertida la situación pero algo le molestara. 

-Los dioses- ¡¿Qué?! Vegetta observó atentamente el miedo y la confusión en su rostro -Esta lluvia la crearon los dioses, les ayuda a vigilar los movimientos de la gente de manera más amplia que en días normales, pero solo funciona si estas mojado, cuando te secas y no te mojas de nuevo entonces ellos no pueden saber donde estas ¿Dijiste que un espíritu te mantuvo seco? Eso quiere decir que te hecho un hechizo de protección por que no quería que los dioses supieran lo que haces- Luzu permaneció en silencio, meditando profundamente lo que iba a decir.

-¿A dónde vamos ahora?- Perfecto Luzu, simplemente perfecto, es el cambio de tema más discreto y poco obvio que has hecho nunca Se dijo a si mismo sarcásticamente mientras veía a su amigo sonreír con resignación. 

-A las afueras de Karmaland, a algún templo en ruinas- Tuvo que ser por la notable confusión en su rostro, porque siguió explicando -En todo Karmaland esta lloviendo, y necesitamos un lugar plagado de magia antigua, hay algunos templos por aquí, pero la lluvia arruina todo el proceso que tenemos que hacer, por lo que nos estoy llevando a unas ruinas que están unos cuantos kilómetros al norte de las afueras del pueblo, tienen mucha magia y debería de llegarles suficiente luz lunar-

El proceso que tenemos que hacer... -¿Qué tenemos que hacer? ¿Por qué tenemos que hacer un proceso? ¿De qué cosa?- Era definitivo el hecho de que Luzu se había sentido más confundido en estos dos días (o noches) que en todo el resto de su vida, sobre todo por que Vegetta se estaba riendo de él -¿Qué es tan gracioso si se puede saber?- Estaba empezando a irritarse un poco con esto de estar confundido y que otros supieran más que él. 

-Haces muchas preguntas ¿No te lo habían dicho? Aunque supongo que con un evento como este es normal- El de ojos amatista se interrumpió a si mismo con una pequeña risa -Dime Luzu... ¿Cuántas preguntas han pasado por esa cabecita tuya que no has dicho?- Y Luzu dejó de funcionar... 

La mirada y la sonrisa que le dirigía Vegetta eran radiantes, Luzu no era capaz de mirar a su amigo y recordar su mirada molesta, o la discusión con los dioses, o nada en general, solo podía observar la sonrisa tranquila y sincera y aquellos brillantes ojos amatista que le miraban con ternura y diversión. Sintió como se sonrojaba. 

-Eh... yo...- ¡¡Vamos Luzu!! ¡¡Reacciona!! ¡¡Qué Vegettita te esta mirando!! 

-Oh, mira, ya llegamos- Reconectandose al mundo lo más rápido que podía, miró las ruinas que se alzaban frente a ellos. 

No pudo adivinar que podrían haber sido en el pasado, pero podía decir con total seguridad que había sido algo magnifico, columnas de piedra cubiertas de enredaderas se alzaban por todos lados, y en el centro, un gran suelo circular de piedra sobre el cual volaban algunas luciérnagas. 

Era sin duda alguna, el lugar más hermoso que había visto nunca.