Las grandes torres de la ciudad del Infierno se alzaron ante sus ojos cuando Hebe y Demonio llegaron al lugar, era un lugar frio y lúgubre, no te quemabas al llegar a él pero si tu destino era el infierno era un pago muy alto por estar ahí, los demonios que poseían sobrevolaban arriba de ambos, los muertos llevados por los demonios estaban arrodillados y con ojos blancos formados en una gran fila.

Demonio observo a sus hermanos quienes al verlo llegar con la hija de Dios comenzaron a reír descontroladamente, algunos bailaron mientras los veían pasar, un demonio caracterizado de monja llego hasta ellos, era muy alta y los miraba a través de sus ojos verdes, una sonrisa siniestra salió de sus labios y Hebe pudo ver que sus dientes eran puntiagudos.

—Nuestro padre estará muy alegre al verla aquí— hablo, su voz sonaba como la de una serpiente y sus ojos verdes diabólicos se colocaron en ella, se acercó a ambos y Hebe observo que media al menos dos metros de altura, sus ojos se ampliaron cuando su sonrisa se ancho más.

—No Valak— se interpuso entre ellos y miro a su hermana— Nuestro padre se encargará de ella, si la tocas, te matará.

Valak, el demonio de las serpientes soltó una risa y paso al lado de ellos alejándose de ambos, Lucifer la tomo del brazo y encaminaron hacia unas grandes escaleras que poseían diez escalafones, el demonio abrió sus grandes alas y se elevó un metro, con la cabeza señalo las escaleras y Hebe subió a la primera, una cortada en su rostro la hizo estremecer y su sangre dorada mancho el escalón, el segundo la hizo recitar la oración de su padre al revés sin poder evitarlo y a cada escalón que subía era un dolor nuevo.

Doce escalones. Doce mandamientos de Dios. Doce burlas por parte del demonio.

Hebe llego hasta el último escalón y sus piernas temblaron, estas se doblaron y cayo de rodillas, su cabello negro ocultaba su rostro y lentamente alzo su cabeza, el miedo se apodero de ella al mirar a frente a ella, sentado en un trono de cráneos y mirándola atentamente detrás de sus ojos amarillo al rey del infierno.

Asmodeo.

—Bien hecho hijo mío— hablo el demonio mirando hacia Lucifer— Has demostrado ser un demonio eficiente en mi reino y que tiene la dicha de ser uno de mis creaciones— Lucifer paso al lado de Hebe y se arrodillo frente a su padre.

—Agradezco tus palabras, padre— contesto, Hebe lo observo y miro detrás de ella como todos los demonios del infierno se habían reunido ante su rey.

Asmodeo se levantó de su trono y se aproximó a Hebe, la diosa regreso su vista y miro al gran demonio frente a ella, este se colocó en cunclillas mirándola.

—Eres la primera hija del cielo que visita mi reino— comento y le mostro una sonrisa que hizo estremecer a Hebe, se alejó de ella y miro a su hijo— Es hora de hablarle al nuevo rey para que venga por ella, tenerla en mi reino no es mi idea y el la quiere más que yo— se giró hacia dos demonios— Llévenla a las celdas de la muerte— los dos demonios la jalaron obligándola a caminar, el rey del infierno se colocó frente a su hijo— Bien hecho, Lucifer.

Hebe se detuvo al escuchar al nombre del demonio, Lucifer se giró a verla y le sonrió. Había convivido todo ese tiempo en la tierra con el que le hacían llamar el "príncipe de los demonios" y nunca se dio cuenta, los dos demonios la jalaron llevándola lejos.