Un dolor desgarrador atravesó la espalda de Hebe, la hija de dios se incorporó con lentitud hasta quedar sentada y miro hacia su espalda, sus ojos azules se ampliaron al no ver sus alas y soltó un lamento desgarrador y las lágrimas bajaron por su mejilla, sus alas de ángel que dios le había dado para poder regresar al cielo habían sido cortadas y su sangre dorada caía sobre el pavimento machándolo haciéndolo parecer pintura.

Hebe sintió las lágrimas saladas sobre su boca y alzo sus ojos al cielo oscuro, se abrazó con fuerza, ahora jamás podría volver a su hogar, le habían arrebatado su regreso a casa y a lo lejos observo a alguien entre las sombras que se acercaba, Hebe entorno sus ojos y miro a Demonio aproximarse, el ser se colocó frente a ella con sus alas negras extendidas.

—¿Por qué lo has hecho? — pregunto en un susurro, Demonio la observo en silencio— ¿¡Por qué me has traicionado!?— le grito aun desde el piso arrodillada.

Demonio la miro

—Porque soy un demonio— le recordó Lucifer mirándola— Porque soy un ser de oscuridad y mi padre me ha mandado a detenerte.

Hebe derramo más lagrimas que cayeron sobre el pavimento.

—Creí que eras mi amigo— murmuro, tontamente había creído que su acercamiento con el demonio había sido algo positivo, no solamente lo había alejado de seguir matando a más personas también lo había acercado a ella, ingenuamente se adjudicó a Lucifer y le coloco la palabra "amigo", una palabra humana que había escuchado para referirse a una persona cercana, creyó que ella y el demonio habían dejado sus diferencias de lado, comenzó a confiar en él, se acostumbró a su compañía y ojos negros inexpresivos, bajo la guardia y el resultado fue que el le arrebato una parte de ella.

Lucifer permaneció serio, Hebe lo miro esperando ver alguna muestra de arrepentimiento o burla en su semblante, pero no, solo estaba serio, como si no existiera emoción alguna en su ser.

—Lamento haberte hecho grandes expectativas de mi acercamiento hacia ti, si me he acercado es porque mi padre me lo ha ordenado— hablo y Hebe siguió derramando lagrimas— No llores más, eso no devolverán tus alas, tu no las merecías, pocos son ángeles y tú no eras uno de ellos.

—No lloro por mis alas— negó Hebe sintiendo su garganta arder— Lloro por ti— Lucifer se sorprendió de aquello y su expresión lo reflejo— Lloro porque confié en un ser que no debía, lloro porque no estoy con mi familia, lloro por yo me he...— Hebe callo y aparto la mirada, sollozo de nuevo y miro como un gran charco de sangre dorada la rodeaba.

Lucifer se acercó a ella y estiro su mano dejándola suspendida en el aire sin tocar el hombro de Hebe, la alejo lentamente y la tomo del brazo con violencia, espero alguna resistencia de parte de ella, pero no lo hizo.

—Mi padre estará muy feliz de verte.

Hebe aparto sus ojos de los de él, la tierra comenzó a temblar bajo sus pies y una grieta apareció en el piso, la grieta se abrió y unas escaleras que guiaban hacia la parte baja de la tierra aparecieron ante los ojos de Hebe, Lucifer la tomo del brazo y la guio hacia ella comenzando a descender al mundo del infierno.