2. El rey
El gran salón del palacio estaba iluminado por las estrellas y constelaciones del cielo, en la cabecera del comedor estaba el rey dándole un sorbo a su copa de color plata.
La mirada de Apolo se coloco en su padre mientras entraba junto con Hebe, su madre, la reina Hera, sonrió al verlos entrar y tomar sus respectivos lugares en la mesa.
-Llegan tarde- habló Zeus mirando a sus dos hijos, pasó sus ojos azules de Apolo a Hebe.
-Estábamos hablando y se nos fue el tiempo padre- se disculpo Hebe hacia el.
Ares soltó una sonrisa burlona.
-Pues supongo que quien estaba hablando eras tú, porque Apolo no sabe hablar.
-Basta Ares- exclamó Hera mirando a su hijo mayor- No te voy a permitir que trates de esa menera a tu hermano.
Ares soltó una sonrisa y se encogió de hombros restándole importancia, miró de reojo a Apolo quien miraba el cielo como se oscurecía.
-Bueno, hay algo importante que debo decirles- habló el rey dejando su copa de plata sobre la mesa, los ángeles guardianes abandonaron la sala dejando solo a la familia, cuando estuvieron solos, el rey prosiguio- Dentro de unas semanas será la selección para ver quién de ustedes irá a la tierra, como cada año y ya es hora de alguno de ustedes comiencen a tomar sus responsabilidades.
Ares sonrio ante aquella noticia.
-Haré lo correcto en la tierra padre, no te voy a defraudar- asintió con la cabeza.
-Se que si eres seleccionado, no me decepcionaras hijo mio- asintió el rey mirándolo, la mirada de la reina Hera hizo que siguiera hablando- Ninguno de mis hijos jamás me ha decepcionado- agregó.
Hera sonrió.
-Este año serán mandados muchos príncipes y monarcas del cielo a la tierra, estoy seguro que cualquiera que vaya a la tierra logrará llevar paz y protección a los humanos. Ellos nos necesitan- habló la reina mirando a sus hijos- Nos necesitan a todos.
Despues, todos quedaron en silencio mientras seguían comiendo, Hera terminó de comer y jalo del brazo a Apolo para abandonar el lugar.
-Es bueno saber que Ares se irá por algún tiempo- le murmuró y Apolo le sonrió un poco- Podremos entrar a su habitación y montar a pegaso las veces que queramos sin que el se interponga y nos haga malas caras.
-Yo...yo...lo voy... a...extrañar- habló Apolo, Ares lo miró frunciendo el ceño- Es nue...tro hermano y tam...bien lo... qui.. ero.
Hebe miró a Apolo y le sonrió, no comprendía como su hermano podía ser tan gentil, Ares era un ser que le gustaba herir a las personas, hasta a su padre heria con toda la intensión y a su madre también, Hebe por su lado jamás se quedaba callada y eso causaba grandes conflictos en la familia.
-Comprendo - asintió Hebe y le sonrió - Eres muy gentil Apolo- le pasó una mano sobre el rostro de su hermano quien le sonrio- Y mi favorito- le murmuró.
-No...no pue..des... decir eso...- negó con la cabeza- El se enoja... ria mu...ucho con... migo.
-Ares siempre está enojado con todo el mundo Apolo, lo que he dicho es la verdad y no me da vergüenza decirlo- negó Hebe mirándolo- Además, será nuestro secreto- le sonrió.
Apolo le devolvió la sonrisa.
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