1. Canción celestial
La melodia del arpa mágico resonaba en todo el palacio, los ojos azules del joven príncipe llamado Apolo estaban colocados sobre su arpa mientras sus manos se movían de un lado a otro sin dejar de tocar el instrumento mágico.
-Aqui estas- exclamó una voz.
Apolo dejó de tocar y miró a la joven que se acercaba a él, sonrió mirando a su hermana Hebe, llamada la diosa de la juventud.
-¿Que.. que... - Apolo dejó a de hablar y miró a Hebe
-Tranquilo, un paso a la vez- le sonrió su hermana y se sentó frente a él, pasó una mano sobre una planta que estaba muriendo y su magia cayó sobre ella, reviviendola, miró a su hermano quien permaneció callado- Intentemos de nuevo ¿si?
Apolo la miró y asinto con la cabeza, miró de un lado a otro para comprobar que sólo estaban su hermana y el, regresó sus ojos azules a su hermana.
-¿Que.. que... te pasa? - preguntó tartamudeando.
Hebe le sonrió.
-Haz logrado decir "te pasa" corrido y sin tartamudear, bien hecho - le sonrió, Apolo le agradeció con una sonrisa- Y si, me pasa muchas cosas-exclamó y se levanto de su asiento, dio algunas vueltas moviendo su vestido blanco de un lado a otro, miró a su hermano- ¿Puedes creer que regalo un unicornio a Ares y a mi no?
-A..Ares , es el mayor- contestó Apolo- Sabes.. sabes que pa..pa los has querido mas tu y a el...que a.. mi...- se callo y miró hacia otro lado.
-¿Como puedes decir eso Apolo? - negó Hebe acercándose a él, tomó las manos de su hermano.
Apolo desde que había nacido había tenido problemas del habla, porque también ellos grandes dioses había enfermedades y su padre creyó que con él tiempo su segundo hijo podría articular una palabra bien pero los años pasaron y la situación de su hijo no mejoró.
Apolo apartó la vista de su hermana.
-No Apolo, papá nos ama a los tres por igual... - tomó la mano de su hermano y lo miró, su hermano mayor tenía los ojos rojos lleno de lagrimas- No ama a los tres, ninguno más que otro.
-Papá está esperandonos... - habló una voz llegando al lugar.
Ares era el hijo de mayor, hermano de Hebe y Apolo y próximo para tomar el trono de su padre, Apolo se dio vuelta dándole la espalda a su hermano mayor.
-¿Que hacen?
Apolo, Hebe y Ares tenían facciones muy parecidas, en especial los ojos, tenían ojos azul marino, tez pálida y eran considerados por el pueblo como hermosos, cabellera negra y siempre con el mentón en alto, tal y como su padre los había educado.
-Dios, ¿otra ves estas llorando? - soltó Ares mirando a su hermano.
-Ares, dejalo tranquilo- se interpuso entre sus hermano Hebe mirandolo- ¿Por qué siempre tienes que estar molestándolo?
-¿Por qué siempre está llorando? - señaló Ares, Hebe se cruzó de brazos lista para una próxima discusión con su hermano mayor- Somos dioses y no lloramos, eso lo vuelve débil. ¿Como va a defender a la tierra si no sabe defenderse el? ¿Como puede ser un dios con esa actitud tan derrotista? ¿Como puede...?
-¿Como puedes ser tan atrevido en meterte en la vida de los demás? - lo callo Hebe, Ares la miro- Hay cosas que como familia debes apoyarnos Ares, no criticar y hacer sentir mal.
-Si lo hace papa ¿Por qué yo no? - le contestó acercándose a Hebe, la joven negó con la cabeza haciendo que sus rizos negros se movieran de un lado a otro- Pero bueno, no venía a hablar de eso- miró de reojo a su hermano quien solo bajó la cabeza al piso- Nuestros padres quieren hablar con nosotros y es urgente.
Ares miró a sus hermanos y se alejo del lugar, perdiéndose en los pasillos del palacio. Hebe dejó de mirar a su hermano y miró a Apolo quien estaba serio y miraba como unos pegasos volaban hacia el sol que comenzaba a ocultarse entre las nubes para dejar entrar a la noche.
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