—¡Por favor anciana! Él jamás va decir que en realidad está frustrado— Rogó Beomgyu —Usted sabe que él es tonto y orgulloso, pero está muriendo por dentro —La mujer anciana asintió varias veces en acuerdo —Solo es demasiado testarudo.

—¿Y que quieres que yo haga?— Preguntó mientras acomodaba los libros en la sección de psicología.

—Ayudelo.

—¿Cómo podría ayudar yo a Yeonjun?— La mujer frunció el entrecejo —Soy bruja, hijo, no maga.

—¡Necesita un novio, por dios! —Dramatizo —Necesita dejar de ser virgen, probar el sexo —Se sentía un poco avergonzado por decir ese tipo de cosas a la mujer, pero por su amigo trapeaba el suelo con el cabello.

—Tengo algo que podria ayudarlo— La señora SeOh, conocida como Sen, o la bruja de biblioteca, estaba encaramada en una silla. Se bajó con ayuda de Beomgyu y caminó a su velocidad hasta la sección de libros antiguos — No es seguro que funcione, hijo, pero no puedo hacer más. No puedo manipular sentimientos, quizás deseos si, pero no creo que quieras que Yeonjun pierda la virginidad con cualquiera —El menor enseguida negó.

—Quiero que se comporte como un chico, que sonría y deje de actuar tan monotonamente.

La mujer asintió y rebuscó hasta tomar un libro viejo y desgastado color amarillo. En la portada se podía divisar a una hermosa mujer de cabellos negros comiendo una manzana roja, vestida con un vestido blanco de seda y con accesorios dorados decorando su vestido, su cuello y sus orejas.

Gritaba Afrodita por donde la miraras, incluso si la portada estaba borrosa por la antigüedad del libro.

La mujer lo puso en sus manos y comenzó a explicarle:

—Lei alguna vez el libro. Según él, el hijo de Afrodita saldrá de él si lo invocas, para complacerte y acompañarte durante dos meses como desees —Beomgyu abrió la boca —Afrodita es la diosa del sexo, según la mitología griega. Conoció a Cratos y dio a luz un hijo llamado Soobin, el cuál heredó su hermosura y fue llamado dios del placer. Cratos lo encerró en el libro para que cumpliera su misión.

—Vaya —Por un momento Beomgyu se sintió tentado a usar el libro él en vez de dárselo a su amigo, después de ver una pintura que señalaba al tal Soobin. Era simplemente hermoso y caliente hasta la madre. Ojos azules, cabello negro y piel palida, en conjunto con unos labios gruesos  elegantes y un coqueto lunar arriba de sus párpados y uno costado de su nariz debajo de su ojo izquierdo.

«Es por Junnie, por Junnie» Sacudió su cabeza. Además el ya tenía a Taehyun, no necesitaba a un dios griego para satisfacerse.

—¡Muchas gracias anciana Sen! Espero que realidad funcione.

—Está bien. Enviale mis saludos a Yeonjun.

Beomgyu corrió feliz a la casa de su amigo. La anciana había cuidado de Yeonjun cuando era pequeño, así que jamás se negaba a ayudarlo, y ella sabía lo testarudo que podía llegar a ser el bajito y lo terco.

Una vez Beomgyu estuvo frente a la casa de Yeonjun, tocó el timbre prolongadamente más de lo normal y esperó a que su amigo saliera.

Vio como laputa se abrió pocos segundos después Yeonjun abrió dejándose ver. Estaba aun empijamado y con cara de dormido.

—Hola Beom —Se dio la vuelta y entró siendo seguido por Beomgyu.

— Junnie —Lo llamó una vez estuvieron en la sala —La anciana Sen te envía saludos —Su amigo asintió —Escucha, tengo la solución a tus problemas —Le extendió el libro a Yeonjun quien lo miraba curioso,

—¿Qué es?

Después de que Beomgyu le explicara exactamente con las mismas palabras que usó la anciana, Yeonjun se dedicó a mirar el retrato del dios del placer en una de las viejas hojas. Luego rio.

—No necesito sexo, Beom — Le dijo — Aprecio tu ayuda, pero en realidad si esto funcionara, y si éste guapísimo dios griego saliera de aquí —Señaló el libro— Incluso así... Lo que quiero decir es que necesito alguien que me ame, no alguien que me folle.

—¡Vamos Junnie! Estoy seguro que si le das una oportunidad a esto funcionará.

—¡Es solo un mito! ¿ok?— Gritó exasperado —¿De verdad crees que un chico va a salir de un libro? Estás loco —Gritó enojado— ¡Además me molesta que sea tan guapo y aparte sea mi tipo!—Dijo refiriéndose al del retrato, al supuesto dios del placer —Me voy a dormir, tengo unas furiosas ganas de hacer de cuenta que no vi esto.

Sin dejar que Beom dijera algo se dio la vuelta para irse.

Su amigo se esforzó demasiado para poder ayudarlo y no iba a permitir que fuera en vano. Así que dejó en todo caso el viejo libro en el sofá de la sala y fue hacia la cocina para robarse una manzana. Notó algunas latas de cerveza nuevas y suspiró, seguro Yeonjun planeaba emborracharse.

Con la manzana en la mano se dirigió al cuarto de su amigo y se sentó en el borde de la cama. Yeonjun lloraba silenciosamente.

—Sabes que hago todo esto por ti, Junnie — Dejó un beso en la frente de Yeonjun —Espero que lo entiendas.

Se puso de pie dispuesto a marcharse. No era nada bueno para consolar gente, siempre terminaba llorando con ellos.

—Gracias, Beom —Escuchó un débil susurro antes de irse.

Su amigo en verdad necesitaba alguien que lo cuidara, que lo amara, que lo acompañara y le hiciera ver lo bello que era. ¿Qué pretendia Beomgyu con el libro? No era otra cosa más si no empujar a Yeonjun para que conociera el mundo real y abriera su vida a cosas nuevas, para que saliera de su zona de confort.