La mañana había llegado y un Yoongi con ojeras se levantaba de la cama. Camino hasta el baño donde se sorprendió de ver a Jungkook arreglándose. Su corazón se estrujo a más no poder de solo pensar que aquel sería el último día que lo vería y estaría con él en aquel departamento

Bajo la mirada cuando Jungkook se quedó viéndolo con una expresión de sorpresa. Tomo su cepillo dental y se lavó los dientes en silencio pero fue sorprendido por la manos de Jungkook las cuales comenzaron a peinar su cabello. Lo miro a través del espejo y el griego le sonrió ampliamente aunque podía ver la tristeza en sus ojos.

Ambos salieron entre risas del baño, ocultando por completo la tristeza que ambos sentían en aquel momento. Desayunaron juntos como cada día, como si aquel no fuera el último día donde Jungkook podría sonreír y sentirse libre, como si aquel día no fuera el último en el que Yoongi no se sintiera solo.

Las horas se pasaron más rápido de lo normal y Yoongi no soportaba que el reloj siguiera avanzando, recordándole que faltaba tan poco para que Jungkook se fuera y no lo volviera a ver nunca más en su vida gracias a una estúpida regla de aquel libro antiguo.

Se la pasaron viendo películas por la tarde, abrazados y trasmitiéndose todo aquel cariño que se sentían mutuamente. Jungkook no quería soltar a Yoongi y este no quería dejar de sentir los brazos del menor. Vieron película tras película sin cansarse, comieron comida chatarra durante todo el día sin separarse más de cinco minutos.

A pesar de ver películas Jungkook no podía dejar de ver también el reloj que avanzaba rápidamente, no quería irse, por primer vez en su más de cien años no quería volver al libro quería quedarse con Yoongi y despertarse a su lado cada día pero no podía exigirle que se acostara con el simplemente para obtener su libertad

11: 37 pm

Jungkook se levantó del sofá dejando a un Yoongi dormido plácidamente sobre este, tomo una manta que se había caído en la alfombra y lo cubrió con esta para que no sintiera frio mientras soñaba. Se acercó a la ventana y abrió las cortinas para ver hacia las calles, no había salido jamás del departamento pero siempre que podía apreciaba la ciudad desde la ventana o el balcón. Le parecía demasiado bello ver los edificios vecinos, las casas las tiendas, sentir el aire golpeado su rostro y ver a la gente desde aquella altura, se sentía libre, al fin libre aunque no lo era.

Pasando unos minutos la voz de Yoongi lo hizo voltear a verlo, el mayor se rascaba una de sus mejillas mientras abría sus hermosos ojos, lo miro ladeando el rostro y Jungkook solo pudo sonreír ante la hermosa vista que tenía. El mayor le estiro los brazos llamándolo para que lo llevara a la habitación para dejar que descansara, había notado que durante la noche no había pegado un ojo debido a sus preocupaciones por las cuales aceptaba que era su culpa.

Yoongi se removió en la cama cuando fue dejado sobre esta, sus ojos se abrieron grandes al ver a Jungkook alejarse con pasos lentos y se sentó en la orilla de la cama para detenerlo

- ¿A dónde vas? Acuéstate conmigo... - pidió tomando su mano, mirándolo suplicante.

- Claro, es solo que pensé que no querías Yoongi – la voz del menor era cada vez más desanimada, los minutos pasaban y ya no quedaba nada que hacer más que aceptar el destino del griego.

- Quiero pasar las últimas horas contigo. – susurro Yoongi abrazándolo al fin.

Ambos se recostaron sobre las sabanas y se abrazaron mirándose a los ojos en todo momento, las manos de Jungkook acariciando la espalda ajena con delicadeza como si fuera a romperse en cualquier momento. Yoongi aprovecho la cercanía para besar al griego de forma lenta, sus ojos se cerraron por completo debido al contacto de ambos labios y sus manos acariciaron cada parte del cuerpo ajeno.

Las prendas de ropa comenzaron a estorbarles a ambos por lo que poco a poco fueron deshaciendo de estas lanzándolas al piso. Minutos después ambos estaban desnudos, uno sobre el otro, devorándose los labios mutuamente. Jungkook comenzaba a sentir como su hombría despertaba después de años en la que no tuvo uso alguno. Yoongi estaba más rojo que un tomate, era la primera vez para el que alguien ajeno su familia lo viera sin nada de ropa

Los besos se detuvieron por unos segundos, en los cuales Jungkook dilato la entrada del mayor. Ya nada importaba, sus deseos era más grande que cualquier otra cosa.

Luego de unos segundos por fin Jungkook entro en el interior del mayor uniéndose por primeras vez en dos meses. Ambos gimieron por la intromisión provocando que Yoongi rasguñara la espalada del menor dejando algunas marcas rojizas en esta, cosa que poco le molesto al griego.

Pasado unos minutos Jungkook se movió en el interior ajeno, atrayendo con ello olas de placer que invadían al mayor sin dejarlo emitir alguna palabra que no fuera gemidos y el nombre del hombre que le estaba haciendo el amor.

11:59 am

A un minuto de que Jungkook se fuera para siempre Yoongi recordó las palabras de la anciana mientras ambos llegaban al anhelado orgasmo. Tal vez no era tan tarde por lo que Yoongi cerró sus ojos pensando en la liberta de Jungkook

En aquel momento Jungkook beso sus labios por última vez susurrando un gracias, para luego de eso una luz iluminara la habitación, Yoongi asustado intento agarrar a Jungkook pero este ya no estaba. Sus ojos volvieron a abrirse y se encontró el solo en la habitación, Jungkook se había ido para siempre.

A la mañana siguiente Yoongi despertó con sus ojos hinchados había llorado toda la noche por lo injusta que era su vida, Jungkook debió quedarse a su lado y terminar con un hermoso final feliz pero no había sido así

Se levantó de la cama colocándose un pijama para salir de la habitación, llamaría a Jimin para que le hiciera compañía en aquel doloroso momento por el que pasaba.

Al salir de su habitación vio a un chico parado a unos centímetros de él, se tallo los ojos para poder ver mejor ya que tal vez por haber llorado demasiado estaba viendo cosas ¿Jungkook realmente estaba ahí?

- Eres una persona muy mala Yoongi. – Jungkook le sonrió ampliamente.

- ¿Yo? Pero tu.... Te fuiste. – susurro Yoongi con su voz totalmente quebrada

- Ya no regresare al libro, gracias a ti. – Jungkook se acercó lo poco que les separaba y lo abrazo.

- Pero entonces... ¿qué haces aquí? – pregunto aun confundido el mayor

- Tu deseo me tiene aquí, ya no pertenezco al libro, ahora te pertenezco a ti bebe. – aquella palabra hizo al mayor sonrojarse

- Yo jamás pedí eso, solo pensé en tu libertad – Yoongi tomo su rostro con felicidad, tal vez no había salido todo como esperaba pero por lo menos lo tenía a su lado.

- ¿seguro?- pregunto el menor para después besarlo

Ambos se fundieron en un lento beso lleno de amor, aquel amor que sentían ambos. Yoongi comenzó a pensar en lo que realmente deseo mientras hacían el amor y en todo momento, siempre lo había querido a su lado.

Entre risas y besos volvieron a la habitación, ya no tenían un tiempo definido. Ahora sabían que estarían juntos hasta que la muerte los separara

Al fin la leyenda del dios griego iba a desaparecer para siempre junto con el libro, ahora solo estaban Jeon Jungkook de Min Yoongi, porque si, le pertenecía para siempre

Mientras tanto En la sala se podía oír la voz del locutor de aquellos programas matutinos el cual promocionaba la nueva película, la cual estaría próximamente en cines "¿señor diablo?" sería un completo éxito.